Bahía Blanca | Viernes, 10 de mayo

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La historia del chalet usurpado, contada por su dueño original

Néstor Santiago y su señora se esperanzan en recuperar la casa que fue noticia. Un hecho inoportuno los dejó "en la lona" pero también les abrió "una nueva vida".

Doce años de abandono, el chalet del barrio Pacífico preocupa a los vecinos, por nuevas usurpaciones, robos y suciedad. Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

La usurpación de un lujoso chalet abandonado en el barrio Pacífico, que una joven pareja intentó -sin éxito- el pasado lunes a la noche, despertó comentarios, dudas e intrigas sobre el origen de la propiedad y su descuidado presente.

Hasta 2010, ese inmueble de dos plantas, con ladrillos a la vista, techo de tejas y aberturas de madera, ubicado en Tucumán 1466, estuvo habitado por la familia que lo construyó en 1984.

¿Qué pasó para que llegara a esta deteriorada actualidad que preocupa a los vecinos? En 1993 hubo un hecho inoportuno que sumergió a la familia en una crisis económica de la que casi no se repone.

"Ese año, en la esquina de Brasil y Tucumán, inauguramos una vaquería, teníamos la representación de Club Ken. Una noche de lluvia de invierno, a la semana de haber abierto, nos hicieron un boquete y se llevaron absolutamente todo. Lo recuerdo ahora y me dan ganas de llorar", comienza el relato Néstor Santiago, quien se presentó como "el que hizo la casa".

Sin pistas por parte de la Policía, Santiago hizo "su" investigación y pudo determinar que un transporte se había llevado la mercadería al Valle. Tardío, un allanamiento en Cipolletti le permitió recuperar apenas dos pequeñas bolsas.

De mal en peor

"Fue un hecho traumático para toda la familia porque habíamos puesto el negocio con mucho esfuerzo. Las fábricas en ese momento te daban a pagar 30/60/90/120 días y, para que no me cerraran las cuentas, entré en un circuito del que no pude salir, que me generó más deudas", explica.

Un conocido de su esposa le salió de garante en la ex Banca Nazionale del Lavoro, para obtener un crédito y sanear las deudas, pero esta persona terminó por estafarlo con una chequera que había obtenido a su nombre.

"Hablé con el gerente, que sabía de la situación, pero lógicamente el banco hace su negocio. No me pude hacer cargo de la hipoteca y dejé de pagarla", agrega.

Los Santiago siempre fueron conocidos como una familia de trabajo. Oriundos de Bahía Blanca, forjaron su avance comercial con un restaurante en Guaminí y explotaron con la pollería Calamita, que funcionó por más de 10 años en Mendoza 59, hasta que fue el turno de la vaquería.

El robo complicó la vida de Néstor pero no lo amilanó. Para darle de comer a sus tres hijos siguió con la venta de ropa, ya de manera ambulante, durante 17 años y debajo de un eucalipto en la zona de El Cholo, donde tenía a varios camioneros como clientes.

Viaje a la gloria

Con la obligación de abandonar el chalet que habían levantado con tanto esfuerzo, en 2010, Santiago y su mujer, Nora Ornella -su salud se vio afectada por asma- decidieron instalarse en la vivienda que años antes habían construido en Villa Ventana, donde viven de la jubilación y del alquiler de una cabaña (Sol y Luna, en la calle Siete Colores).

"Acá encontramos la paz, el paraíso, estamos en la gloria. Amamos el lugar y lo disfrutamos. Estamos viviendo lo que no pudimos vivir en nuestra juventud", reconoce Santiago.

Dice que dieron una vuelta de página, aunque en situaciones como la del lunes, con los usurpadores, afloran los recuerdos.

"Molesta la gente mala, que opina sin saber. Sufrimos mucho con eso porque somos gente de trabajo", responde Nora Ornella en referencia a algunos comentarios de las notas que salieron en lanueva.com.

Su marido remarca que los vecinos los conocen porque vivieron ahí 30 años.

"De hecho, cuando vamos a Bahía a visitar a hijos y nietos, paramos en un departamento que es de mi cuñada y mi señora y está casa por medio del chalet. Cuando voy miro la casa y muchas veces pienso 'ya está, ya fue'", agrega Néstor.

"La posesión la  sigo teniendo yo"

Destino. Santiago no tiene en claro si la vivienda, que en algún momento pasó a manos de la Banca Nazionale del Lavoro -la filial argentina fue absorbida por el HSBC en 2006-, hoy está en proceso judicial.

"Turbio". "Las cosas nunca estuvieron muy claras. Fue todo muy turbio", advierte.

Tenencia. "Estamos esperando a ver qué sucede; la posesión la sigo teniendo yo. Yo soy el que hizo la casa, el que pagó los impuestos, el que la habitó 26 años y el último que cerró la puerta", declara.

Ambiguo. Sin embargo admite que siente una sensación ambigua. Por un lado querer recuperla para cederla a sus hijos y, por otro, olvidarla.

"Dueños". Por la usurpación habían sido aprehendidos Micaela Perayra (23) e Isaías de Soto (27), a quienes se les secuestró tres destornilladores, un martillo y un candado. Cuando la Policía quiso ubicar al potencial dueño del chalet, varias personas (¿oportunistas?) se presentaron o comunicaron con la comisaría Segunda.