Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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El inesperado cambio de rumbo de Juani Mieres: "No tuve más remedio", sostuvo

El bahiense se retiró de la práctica profesional pero desembarcará en la docencia, aplicando su gran experiencia.

World Padel Tour.

Tenía que darse. Un poco por fuerza mayor, claro está, dado que contra la naturaleza y el paso del tiempo no hay mucho que hacer. Pero también porque el destino le tenía preparado un nuevo y atrapante desafío.

Cansado de lidiar con las lesiones, el bahiense Juan José Mieres (42) decidió ponerle punto final a su exitosa carrera profesional como jugador de pádel.

“Fue algo inesperado, pero no tuve más remedio. El año pasado me operé la rodilla izquierda, hice la rehabilitación para volver a jugar y retomé en mayo, muy de a poco. Pero tuve una recaída en la rodilla derecha, con mucho desgaste en la rótula, los cartílagos y meniscos. Intenté hacer un tratamiento de células madres, con reposo y rehabilitación, y probé de volver a fines de diciembre entrenar. Pero viendo que la molestia seguía decidí dar un paso al costado”, lamentó Mieres.

El lamento y la tristeza lógica de una decisión tan drástica y radical, nada menos que dejar atrás una vida entera y la pasión de uno, se transformó simultáneamente en entusiasmo y ansiedad ante la apertura de un nuevo reto.

Casi sin buscarlo, Mieres, junto a Miguel Lamperti los abanderados locales en la máxima expresión del deporte a nivel mundial, pasó de alumno a maestro. Sí, para su tranquilidad, el pádel continuará siendo el motor de sus días.

“El retiro ya lo venía pensando. Después de ese intento de vuelta pasé dos meses muy complicados, con muchas dificultades para caminar. En diciembre, luego de la operación, intenté otra vez pero fue imposible, estaba a un 50% y no podía competir como lo exige el nivel actual del pádel profesional. No quería sufrir más ni jugar partidos con dolores, porque realmente se la pasa muy mal”, profundizó Mieres.

“Lo bueno es que me saqué un peso de encima. Estaba siempre con mucha ansiedad de ver cuándo volvía, con la rehabilitación y el fisioterapeuta, y la verdad que se hacía muy duro porque veía que no llegaba y no había mejoría. Eso me empujó a tomar la decisión, y la verdad que contento, porque ahora empieza una nueva etapa y muy desafiante. No la esperaba tan pronto, pero son cosas que pasan en el nivel profesional”, detalló.

Juani, radicado en Madrid hace más de una década, asumirá el rol de formador y educador, inculcando técnica, disciplina y valores a nóveles proyectos de la disciplina, cada vez más popular en la agenda mundial.

Junto a Iván Ramírez, su nuevo pupilo.

“Tuve la oportunidad de hablar con Iván Ramírez, un chico de 21 años que estuvo Nº25 del ranking, que ha logrado muy buenos resultados y que quería que lo entrene y le aporte mi experiencia. Es un reto muy bonito, que lo acepté inmediatamente y que lo estoy tomando con mucha ilusión”, contó.

“Nunca fui entrenador de profesionales, solo de menores. Pero me siento maduro para poder hacerlo. Tuve la suerte de tener a los mejores, tanto en pádel como en físico. Y creo conocer la forma de trabajo ideal, al menos la que siempre funcionó en mí y mis compañeros. Trataré de trasladarle eso a Iván, trabajando la técnica y entrenando mucho”, puntualizó.

—¿Qué lineamiento intentarás seguir?

—Considero que va a ser muy importante mi experiencia para que Iván pueda aplicar un montón de conocimientos. No solo el tiempo en cancha y en el gimnasio, yo me involucro mucho intentando hacer un seguimiento del descanso, las comidas, los partidos y los rivales del jugador. Acá los chicos juegan todos muy bien, pero no saben por qué. Es decir, no son conscientes de lo que hacen y por qué las cosas se dan como se dan. Yo intento explicarles cómo es ese funcionamiento. De golpe todos juegan bien pero igual, y el que hace la diferencia es el que usa la cabeza, el que entiende mejor el juego y el que mejor se adapta a las circunstancias. Y eso, que a los jóvenes todavía les cuesta, a mí me encanta trabajarlo.

"Nadie te regala nada"

No caben dudas que Mieres fue un privilegiado. Vivir de su pasión y explotar al máximo en el mundo del deporte, es un lujo de pocos.

Pero nada llegó de arriba. El bahiense construyó un largo y arduo camino a base de sacrificio, resiliencia y mucha determinación.

“Siempre trato de remarcar, especialmente a los chicos, de dónde vengo y que llegué a España con 100 dólares a ganarme en la vida. Eso no me lo olvido nunca”, explicó.

“Tener un nombre a nivel mundial y haber logrado tanto me llena de satisfacción. Fui un privilegiado de poder vivir del deporte y la competición. Pero siempre digo que nadie te regala nada. La gente te ve jugando en un estadio lleno, pero el trabajo previo, el día a día y el sacrificio que uno hace no se ve”, cerró Mieres, quien acumuló casi 400 partidos, más de 260 victorias y 8 títulos en el World Pádel Tour.