Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Terapia: la obra que abre el telón a la locura en clave de humor y ternura 

Este viernes 9, a las 21, se abre el telón para ver otra función de la obra dirigida por Cecilia Gismano en el espacio Vitró (Dorrego 378) con las actuaciones de Mónica Tacchetti y Franca Bartocci. Se presentó a sala llena los fines de semana de julio y agosto. Texto: Martín Giner.

 

Por Anahí González Pau / agonzalez@lanueva.com

 

   Desde el principio, en Terapia, la obra puesta en escena por Cecilia Gismano en el espacio Vitro, no se sabe quién está peor, si la psicóloga o la paciente. 

   Los monólogos de Mónica Tacchetti, quien interpreta a la terapeuta, son tan desopilantes como el planteo que le hace una particular joven, encarnada por Franca Bartocci, la cual llega al consultorio muy perturbada por una rara situación que quiere resolver. Sin embargo, establecer el diagnóstico y luego el tratamiento, no será tan fácil. 

    El público, mérito de las actrices y de la directora, no puede más que sentir el privilegio de estar participando, desde las sombras, de algo tan íntimo como las sesiones de terapia. Todo lo que transcurre allí es tan ridículo, interpela tanto a la ciencia y al sentido común, que es una invitación a la carcajada constante. 


Monica Tacchetti, una psicoanalista muy particular.

   Los espectadores, cómplices desde el anonimato, empiezan a sacar sus propias conclusiones de lo que se presenta como un desafío: ¿podrá la psicóloga ayudar a esta paciente que, desde su delirio, la hace dudar de su propia cordura?

   En tiempos tan convulsionados, de la caída de las verdades absolutas, se abre el debate: ¿Qué es “normal” y qué es “patológico”? ¿Por qué sufrimos? ¿Somos quiénes creemos que somos?

    Si bien se pueden ensayar varias respuestas, desde múltiples campos científicos, el mérito de esta obra es que nos permite reírnos de nosotros mismos de un modo que permite liberar contradicciones y tensiones. La risa siempre libera, lo sabe el psicoanálisis.


La terapeuta y la paciente, en plena sesión.

   La directora, Cecilia Gismano, comentó que hace seis años, cuando tuvo el primer contacto con el texto de la obra le pareció hermosa.

   “Me pareció muy tierno cómo el autor abordó algo como tan trágico, doloroso y complicado como la locura de un modo tan simple. No se enrosca en grandes planteos. Lo hace con una simplicidad maravillosa pero a la vez con la complejidad del texto”, dijo.

   “El humor siempre toca temas que no son sencillos, situaciones incómodas o dolorosas. El que busca la comedia siempre se enfrenta a la necesidad de desdramatizar, a situaciones a las que si no les pusiéramos humor no serían agradables”, destacó.

   Gismano, quien se siente cómoda en el género, expresó que el mayor desafío del humor es saber dónde está el límite, hasta dónde se puede, con humor, presentar algo que en sí mismo sea desagradable pero que la gente reciba bien y que no le genere malestar.


Franca Bartocci, una paciente que ve cosas extrañas y oculta sorpresas.

   “Esta obra logra que el público empatice con los personajes, que les tome cariño. Están transitando un tema tan delicado como la locura, pero sin embargo se trasmite algo divertido y ameno. El público lo recepciona muy bien y las chicas están espléndidas. Hemos tenido hermosas críticas de la gente y de especialistas”, dijo.

    La actriz Mónica Tacchetti expresó que su desafío es separarse de sí misma, que quede claro que es un personaje.

    “La idea es ridiculizar al enfermo mental, que genere risas, pero desde un lugar de respeto y de dulzura. Para eso uno se respalda en la obra y en la dirección. Tenemos una letra de un dramaturgo que sabe lo que quiere transmitir, una mirada tierna y divertida sobre un tema tan delicado como la salud mental. Y la mirada de la directora que es la que marca todo”, dijo.

   “El púbico es muy amable, agradecen las risas y recomiendan la obra. Sentimos el trabajo cumplido, es muy satisfactorio, Lo pasamos bien y estamos muy orgullosas de lo que logramos”, expresó.

   La actriz Franca Bartocci aseguró que al leer el guión no creyó que fuera a ser tan rico como finamente se logró. 

   “Cecilia capta, más allá del texto, el gesto que tiene que permanecer y lo que no sirve. Tiene un radar para eso y es una excelente guía para tomar lo que es valioso”, remarcó.
   Comentó que tiene una hermanita con problemas de salud mental por lo cual conoce muy bien el tema. 

   “El común denominador en todos ellos es la ternura, la inocencia, la frescura. A mí me generan eso y es lo que quiero transmitir con el personaje, lo que me hacen sentir. Tomar algunos gestos, algunas caras, algunas reacciones con el desafío de que no sea burdo, bizarro, burlón sino que transmita algo lindo. “, señaló.

   Creo que público lo siente así, se trata con respeto y el grupo de trabajo hay mucho compañerismo y empatía.

   Temas como la soledad, el sexo, los tabúes, la incomunicación y los mandatos familiares irán cobrando protagonismo en las distintas sesiones. Sobre el final hay un diagnóstico. Después de tanta incertidumbre se revela la trama. Y la gente aplaude de pie.

   Las próximas funciones serán el viernes 9, a las 21 y el viernes 18 , a las 20. Las entradas se pueden adquirir llamando o enviando un Whatsapp al 2914413901.