Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Sur-Gazelles: testimonios luego de 50 años de mística, amistad y recuerdos

Marcó el debut internacional del seleccionado mayor de la Unión de Rugby del Sur.

El plantel que dispuso la Unión de Rugby del Sur para su primer amistoso internacional. Foto: Archivo La Nueva.

Por Ricardo Sbrana - rsbrana@lanueva.com

   Cincuenta años después de aquella inolvidable jornada deportiva en nuestra ciudad, sus protagonistas la sigan recordando como el primer día.

   El 27 de septiembre de 1972 el seleccionado de primera división de la Unión de Rugby del Sur afrontó su primer partido internacional. Contra Gazelles, un combinado que fue el recambio de los Springboks sudafricanos y que vino de gira a la Argentina, en búsqueda de una reconstrucción.

   Tal vez por ello Gazelles disputó 13 partidos, entre el 23 de septiembre y el 4 de noviembre de ese año.

   Si bien se creyó (y se cree) que el que llegó fue un equipo M23, conocido como Junior Springboks, en realidad fue un combinado con mayoría de jugadores de entre 20 y 25 años de la Unión de Western Province. Que ya para cuando se presentaron en Liniers integraban el seleccionado de su país. Lo que pudo confundir fue que, para el partido en Bahía, el entrenador sudafricano Dan Sweigers cuidó a los mejores o de mayor experiencia luego de un durísimo empate en 13 ante SIC, en Ferro, que dejó algunos golpeados o lesionados.

   Por ejemplo el octavo Morné Duplessis, uno de los capitanes más exitosos de Sudáfrica y también manager de ese seleccionado en el Mundial de 1995, formó parte de la gira pero no jugó en Liniers. Vino con 22 años y una temporada como Springbok.

  El segundo compromiso de la gira fue ante la Unión de Rugby del Sur en Liniers, donde este amistoso internacional sirvió para inaugurar el césped del estadio "Doctor Alejandro Pérez".

   Los sudafricanos vinieron decididos a recomponer la imagen y no perdonaron al modesto seleccionado de la URS (84-3). Tampoco a Río Negro y Neuquén (113-0), Córdoba (50-7), Tucumán (47-6), Salta (100-0) y Santa Fe (67-12), entre los triunfos holgados (los demás fueron por margen inferior). Sólo Los Pumas pudieron, con esfuerzo, ponerles freno en el último partido de la gira (18-16 en Ferro).

   Para Argentina el saldo fue que por primera vez, un seleccionado sudafricano empató y perdió en escenarios argentinos.

   Hoy se cumple medio siglo de lo ocurrido en Liniers.

   “¿Por qué lo seguimos recordando? Fue algo especial: la primera vez de un partido internacional de rugby en Bahía y porque estrenamos el césped de Liniers, por ejemplo. Tuvimos la suerte de tener como presidente al Chino (Raúl) Infante, que hizo un trabajo excelente para conseguir alojamiento al visitante, para jugarlo en un estadio de fútbol, para que la banda del Ejercito aprendiera el himno sudafricano...”, dijo Jorge Legorburu, capitán de Sur.

Diferencias y aprendizajes

   Sur-Gazelles no sólo fue un hito en la historia del rugby bahiense. También fue importante para la Unión Argentina de Rugby.

   “Los encuentros con los Gazelles permitieron valorar nuevamente la constante superación de las Uniones del Interior en la faz organizativa y sus jugadores, a no dudarlo, capitalizarán las enseñanzas derivadas de las confrontaciones con ese poderoso equipo”, sintetizó UAR en la memoria institucional de 1972.

   Ángel Subota, entonces segunda línea del seleccionado bahiense, coincidió con esa mirada.

   “Ya lograr que Gazelles viniera a una ciudad del sur, con nuestro rugby de hace 50 años... Así y todo fue un cambio fundamental en la cabeza de los que jugamos ese partido. Después, cada uno fue transmitiendo ese aprendizaje en sus respectivos clubes. Se generó una conciencia de entrenamiento y un montón de cosas que fueron sucediendo, posteriores. Marcó un antes y un después para el rugby bahiense. Pasamos de partidos de potrero, prácticamente, a algo más organizado”, explicó.

   “En la previa creo que mentalmente no medimos la dimensión de lo que íbamos a enfrentar. Nos entrenamos a conciencia, es cierto, pero del modo usual en aquella época. Correr, resistencia, abdominales... Pero se hacía con gusto. Nadie nos obligaba”, agregó el ex jugador de Argentino, quien disputó el amistoso internacional con 26 años.

   El combinado sudafricano que vino a Bahía podría compararse con el de Argentina XV, segundo seleccionado nacional. El equipo donde se forjan los talentos con potencial destino “Puma”.

   “Hubo una circunstancia en la preparación y fue que desde el punto de vista del video, no había nada. Ellos tuvieron un juego avanzado, con una metodología en los rucks que es la que tienen hoy los Springboks: apuntando con la cabeza al estómago del defensor. Agarrarlos era muy difícil, había poco espacio y no sabíamos donde tacklearlos. Los resultados son lógicos porque al jugar ante un equipo así, nunca tenés la pelota. Los aguantamos mejor en los scrums. En los lines estuvieron 20 centímetros arriba. Además eran jóvenes y venían a ganarse el puesto”, explicó Legorburu, quien jugó como octavo.

   Subota vio algunas otras diferencias en el campo de juego y recordó también la lección más importante de todas: el aprendizaje.

   “Ellos tenían otra velocidad en el juego de manos. Nuestra defensa fue... Lo que pudimos hacer. Ellos estaban acostumbrados a otro ritmo, a otro choque. Nosotros estábamos algo tiernos. Eso sí: después de Gazelles, cuando empezamos a jugar el campeonato Argentino, lo hacíamos con otra fuerza y cabeza”, afirmó.

   Víctor Romano, por entonces joven exponente de Rugby Puerto Belgrano, coincidió en ese sentido con Subota.

   “Digamos que ese partido marcó el inicio de una etapa en la que quedaron anécdotas, el esfuerzo que se hizo y cuánto nos faltaba de competencia para estar a un nivel importante. Por eso, cuando después de Gazelles el seleccionado de la URS jugaba en el Argentino de mayores, muchas veces venía Buenos Aires, que era la base de Los Pumas y hacíamos el esfuerzo de prepararnos para estar a la altura”, dijo.

   Romano llegó al combinado de la URS con 19 años, siendo apertura y previamente capitán del seleccionado juvenil. Sin embargo, fue el único jugador que no tuvo minutos en el amistoso.

   "Formé parte del equipo, pero en aquel momento se acordaron cinco cambios. Se fue dando así: no sabíamos en la previa que de siete suplentes iban a entrar nada más que cinco. De todos modos estábamos todos preparados para entrar si era necesario. Hoy a la distancia y por la motivación que se vivía, pienso que lo ideal hubiera sido que jugaran todos. Pero insisto: creo que hubo un arreglo previo y se determinó la cantidad”, explicó.

   Otro de los actores menos visibles que tuvo Sur fue el preparador físico: el profesor Carlos Burgos.

   “Era un profe recién recibido, hacía mis primeras armas. Fachenzo (Martínez, el DT) me había entrenado como jugador de Cuarta y tal vez me designaron preparador físico del seleccionado porque era el único profe que jugaba al rugby. De todos modos en ese momento también era el PF de Argentino, con lo cual la tarea no me era ajena”, recordó Burgos, quien al momento del amistoso tenía 24 años.

   “En aquellos años se entrenaba mucho la resistencia aeróbica. Se trabajaba gimnasia muscular localizada y trabajo de velocidad. Pero el abecé era correr 10 kilómetros. Dentro de eso se hacían cambios de ritmo. Pero no podría hacer comparaciones con tiempo presente porque cambiaron los métodos, los estímulos. En esa época se tomaba el test de Cooper, que ahora no existe”, explicó.

Conferencia y reunión

   El reencuentro ocasional con los compañeros de equipo, más allá del contacto por WhatsApp, es uno de los momentos más trascendentes. Como un eterno tercer tiempo.

   Por eso con motivo de los 50 años, esta noche se vuelven a ver en la sede de la unión local para compartir una cena. Previamente, 20.30, los veteranos darán una conferencia de prensa en Blandengues 85.

   “La reunión es muy importante porque se comparte con los compañeros con quienes hicimos ese esfuerzo. No era sacrificio, sino esfuerzo. Muchos trabajaban, otros estudiaban, pero para todos fue un honor representar a la unión en ese amistoso. En el que tal vez lo más importante, lo que te hacía cosquillas en la panza, fue cantar el Himno Nacional. Un momento emocionante”, dijo Subota.

   Romano, por su parte, también celebra haber sido parte y aguarda con expectativa y alegría cada reencuentro.

   “Todos me hicieron sentir siempre como uno más, sin hacer notar que no ingresé. Estuve también para los cuarenta años. Es un reencuentro con personas que después seguimos jugando en los clubes y compartiendo el seleccionado. El rugby genera la relación más allá del juego en sí mismo. Todo es amistad”, agregó.

   Por último Subota resaltó la labor de Raúl Infante, el entonces presidente de la URS y quien estuvo detrás de la gestión para la llegada de Gazelles.

   “Se lo debemos al Chino Infante. Fue quien armó todo el contacto con UAR, con las canchas, con todo... Se movió terriblemente. El hombre más importante. Los jugadores somos circunstanciales. Pero él en ese momento hizo, como presidente, todo el contacto. De manera planificada y con tiempo de anticipación”, expresó.

Nombres propios

   Esta fue la síntesis del partido:

    Unión de Rugby del Sur (3): Pedro Petersen (Oscar Doria); Pablo Fasano, Daniel Guevara, Juan Carlos Legorburu, Marcelo Vila (C. Guevara); Tomás Greig y Miguel Ritaco; Jorge Legorburu (capitán), Osvaldo Sieppe (Omar González), Roberto Dau; Ángel Subotta y Alfredo Morbello; Aldo Borromei (Jorge Valeriani), Daniel López y Carlos Sozzani. Entrenador, Martín Martínez.

   Gazelles (84): Jackie Snyman; Carel Fourie, Peter Cronjé, Pikkie du Toit, Buddy Swartz; Dawie Snyman y Brian Borgen; Magiel Eloff, Dugald McDonald, Kerry van Eyk; Jannie van Aswegen (capitán) y Johan Kritzinger; Pootjie van Jaarsveld, Arnie Kruger y Johan le Roux. Técnico: Daan Swiegers.

   Puntos: Sur 3 (penal de J.C. Legorburu), Gazelles 84 (tries de Fourie 2, Van Aswegen 1, D. Snyman 2, Swartz 2, D. MacDonald 2, De Klerk 1, J. Snyman 2, Eloff 1, y Borgen 1; 12 conversiones de J. Snyman).

   Árbitro: José María Cabanas (Buenos Aires).

   Cancha: Liniers (Bahía Blanca).