Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El dolor de Denise Dumas tras contar que su hijo se quiere ir del país: "Me parte el alma"

La conductora se quebró al hablar de la decisión que tomó Santino, quien le expresó sus deseos de emigrar por la difícil situación económica.

   Denise Dumas comenzó un nuevo desafío profesional al ponerse al frente de El sueño de tu casa propia, el ciclo que comenzó en agosto por El Nueve en el que distintas familias compiten para acceder a un hogar. La conductora se mostró emocionada por el proyecto que posibilita cambiarle la vida a muchas personas y, además, contó por qué el tema la toca de cerca.

   “De mis cuatro hijos hay uno que se quiere ir a vivir afuera porque saca cuentas y nunca le va a dar la vida para comprar una casa en este país, como le pasa a un montón de gente. Y son cosas que te desaniman un poco. Dios quiera que no, pero el día que te lo vienen a plantear, te parten el alma”, expresó en diálogo con el programa radial Por si las Moscas (La Once Diez).

   Acto seguido, reafirmó que la propuesta la sensibiliza porque a diario escucha historias de “gente que labura de sol a sol”. “Se merecen tener su casa para descansar, sin tener que luchar día a día por llegar con el alquiler. Sobre todo en este país que todo es tan inestable, tener el techo pasó a ser un privilegio, cuando hay tanta gente que se gasta el sueldo en un alquiler”, opinó.

   Dumas se casó con Germán Barceló en 1999 y tuvieron dos hijos, Isabella y Santino. En 2005 el matrimonio llegó a su fin y un año después, la modelo y conductora conoció a su actual marido, Martín Campi Campilongo, con quien fue madre de Emma y Francesca.

   En 2019 la conductora contó en Hay que ver (El Nueve) cómo había surgido su historia de amor con el cómico e imitador. “Me quedé hablando con él en ShowMatch, de casualidad, y yo trabajaba con José María (Listorti) en el teatro, ya éramos muy amigos con él”, explicó, y aseguró que el humorista fue clave en su rol de celestino.

   “Hablábamos mucho cada vez que nos cruzábamos y yo me dije: ‘Bueno, ojalá se haya quedado pensando en mí’, y no dije nada, pero al día siguiente en el teatro entró José a mi camarín y me dijo: “Vos, atorranta, ¿qué estuviste haciendo con un amigo mío que me llama y me pide tu teléfono?”, agregó.