Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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¿Las vacunas contra el COVID pueden causar muerte súbita? La opinión de 3 especialistas bahienses

Los cardiólogos Nadia Budassi, Rubén Rodríguez Vidal y Walter Zukerman se refirieron a una situación que alarmó a la comunidad en los últimos días.

Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Audionota: Romina Farías

Por Pablo Andrés Alvarez / palvarez@lanueva.com

   Un par de desgraciados sucesos que se registraron en nuestra ciudad en el último tiempo y la circulación por redes sociales de (falsas) informaciones sobre la directa relación entre las vacunas contra el COVID-19 y la muerte súbita como efecto secundario, generaron alarma entre los bahienses. 

   Según indicaron tres especialistas en cardiología de nuestra ciudad, no es posible avalar esa teoría, ya que no existen estudios que así lo indiquen y que, por la experiencia de sus trayectorias, es altamente improbable que ésto esté ocurriendo.

   "Estamos frente a un problema de desinformación. No existe conexión entre muerte súbita y las vacunas contra el Covid. No hay ningún dato, ningún estudio que demuestre relación alguna", señaló Nadia Budassi, jefa de la unidad coronaria del hospital Interzonal Penna.

   "La vacuna puede tener efectos secundarios, pero son raros y banales. Si ponemos en una balanza efectos secundarios de la vacuna y efectos secundarios del Covid, no hay grises: el Covid mata, provoca miocarditis severas. Con las vacunas vemos reacciones leves como con cualquier fármaco, pero no debemos crear este miedo en la población", dijo, por su parte, Rubén Rodríguez Vidal, quien lleva más de 50 años ejerciendo como cardiólogo y actualmente es Director Médico del Hospital Matera.

   “Sí es cierto que el Covid ha generado problemas cardíacos de distinto tipo, pero yo no le echaría la culpa de ningún modo a las vacunas para que produzcan una muerte súbita. Está demostrado que las vacunas han bajado ostensiblemente la mortalidad. Y las complicaciones mayores se dan en pacientes que no se han vacunado”, manifestó el doctor Walter M. Zukerman, quien realizó su residencia de cardiología en la Fundación Favaloro y actualmente es médico Consultor en cardiología del Colegio Médico Provincia Buenos Aires y Director Médico de los institutos Imágenes del Sur y Centro Diagnóstico Meridiem.

¿Qué es la muerte súbita?

   Según estos tres especialistas bahienses, la muerte súbita se puede definir como aquella que se produce tras la primera hora desde el inicio de unos síntomas determinados o como el fallecimiento inesperado y brusco de una persona aparentemente sana y que se encontraba bien las 24 horas previas.

   No sólo es un importante problema de salud, es que además puede generar mucha alarma social, como cuando ocurre a la vista de una gran cantidad de gente (en una cancha de fútbol o a la salida de un gimnasio, por ejemplo, como ha ocurrido en un par de casos en nuestra ciudad en el último tiempo).

   De acuerdo a lo expresado por los doctores, las causas que la provocan son muchísimas, pero la gran mayoría, alrededor de un 80%, son enfermedades del aparato cardiovascular, del corazón o de los vasos sanguíneos: infartos de miocardio, hemorragias cerebrales, etc. 

   Hay otras enfermedades también causantes de muerte súbita que son más difíciles de prevenir. 

   Por ejemplo, algunas enfermedades cardíacas congénitas (enfermedades que están presentes desde el nacimiento). Estas son más difíciles de diagnosticar porque muchas no presentan síntomas, el primer síntoma puede ser la muerte súbita.

   Algunas de estas enfermedades podrían diagnosticarse o al menos sospecharse con un electrocardiograma. 

   Y es muy importante también el control de los factores de riesgo que deterioran la función del corazón: la tensión alta, el colesterol alto, la diabetes o el tabaquismo. 

   También coincidieron los tres especialistas bahienses en que el apoyo de la atención primaria es esencial, ya que los médicos de cabecera pueden identificar a los enfermos que están empezando a tener síntomas relacionados con una angina de pecho, por ejemplo. 

   Cuando eso ocurre, los pacientes son derivados a los especialistas y así pueden ser diagnosticados y empezar a tratarlos antes de que sobrevenga una muerte súbita.

“Le puede pasar a cualquiera"

   “La relación que encuentro entre la muerte súbita y el Covid es que pacientes que han estado contagiados e internados con un compromiso isquémico importante, a veces pueden adquirir miocarditis. Y esa miocarditis, en determinados casos, puede favorecer que aparezca alguna arritmia y posteriormente una muerta súbita. Pero es muy bajo el porcentaje”, señaló Nadia Budassi.

   Y agregó: “Respecto a la vacuna, no hay evidencia científica que demuestre que favorezca el crecimiento de muertes súbitas. Sí, con algunas vacunas, en determinados pacientes, aparecieron casos muy aislados de cóagulos o tromboembolismo de pulmón. De hecho, la mayoría de las vacunas tienen algunas contraindicaciones, pero los eventos son muy pocos y puntuales”.

   Según señaló la especialista, en mayores de 35 años, el 80% de las muertes por accidentes cardiovasculares se deben a cardiopatías isquémicas, que produce falta de oxigeno en el corazón y, por ende, arritmias que desencadenan la muerte súbita.

   “Hasta un 50% de los infartos no llegan a los hospitales, porque, precisamente, son sorpresivos al no existir un aviso previo. Es un ataque totalmente inesperado”, dijo.

   Budassi tampoco asoció la muerte súbita a la práctica de deportes.

   “Le puede pasar a cualquiera. Obviamente que hay personas más propensos a sufrirla. En los mayores de 35 años generalmente los factores de riesgo son presión alta, tabaquismo y obesidad, que hacen que que las arterías se tapen”.

   “No hay un alto porcentaje de muertes súbitas, pero cuando ocurren llaman mucho la atención, porque generalmente le ocurre a personas jóvenes o relativamente jóvenes que parecían sanas y no presentaron ningún síntoma de alarma previo, pero siempre hay factores predisponentes que quizás no se tuvieron nunca en cuenta”.

   Por ello, Budassi recomendó los chequeos anuales.

   “Los mayores de 35 años deben realizarse controles anuales con su médico clínico, que si detecta algo llamativo en los análisis que generalmente se indican, lo deriva a un cardiólogo para ampliar esa información. Y obviamente adquirir hábitos saludables y evitar el sedentarismo y el tabaquismo”.

"No está demostrada la incidencia"

   El doctor Rubén Rodríguez Vidal ejerce como director del Hospital Doctor Raúl Matera desde el año 2003. Se recibió de profesional en 1971 e hizo la residencia en el Hospital de Clínicas. 

   Y desde sus más de 50 años de trayectoria esgrime que la gente debe tenerle más temor al tabaco que al Covid.

   “La mayoría de las enfermedades coronarias están vinculadas directamente al tabaquismo, que produce alteraciones arteriales”, señaló. 

   Precisamente porque aún no hay nada científicamente comprobado que ligue a las vacunas con la muerte súbita. 

   ¿Hay virus que atacan el corazón? Sí. Por ejemplo el virus de la influenza (gripe), el virus coxsackie, el parovirus, el citomegalovirus, el adenovirus, y un par más, pero no está demostrada la incidencia en muertes súbitas en pacientes que se hayan contagiado Covid o se hayan vacunado”, manifestó.

   Según Vidal, hay dos grandes grupos de personas que pueden sufrir la muerte súbita.

   “En los jóvenes, generalmente se produce por una enfermedad genética, que se llama miocardiopatía hipertrófica, que es hereditaria. En esos casos, una de las paredes del corazón es más gruesa y tiene tendencia a las arritmias. Es importante saber si hay antecedentes familiares, para poder detectarla con un electrocardiograma y con un ecocardiograma”.

   En tanto, en la gente que supera los 30 años, la muerte súbita, por lo general, se produce por una enfermedad coronaria previa, causada por el tabaquismo, que se puede erradicar, y la hipertensión, el colesterol y la diabetes, que se pueden tratar con medicación.

   “Es clave que el médico clínico realice un profundo interrogatorio con sus pacientes para determinar si existen estos factores de riesgo, acompañado por los estudios pertinentes para obtener un buen diagnóstico. Por eso, la recomendación es visitar a su médico regularmente. Y en las personas mayores, realizar chequeos anualmente, más allá de que se sientan saludables”, cerró.

"No le echaría la culpa a las vacunas"

   El doctor Walter Zukerman hizo la residencia de cardiología en la Fundación Favaloro y actualmente es médico consultor en cardiología del Colegio Médico Provincia Buenos Aires y Director Médico de los institutos Imágenes del Sur y Centro Diagnóstico Meridiem.

   “La muerta súbita, precisamente, se da en pacientes sanos, que no tienen antecedente coronario anterior. Si se llega a tiempo, muchas veces se puede salvar la vida de ese paciente practicando la reanimación cardiopulmonar (RCP)", contó.

   Y amplió: “En un 95% de los casos, ocurre fuera de un hospital. Y el desencadenante, en su mayoría, es alguna actividad física desarrollada con anterioridad. También puede ser por una situación de estrés o un ataque de pánico, pero en general se da en forma espontánea y sin previo aviso”.

   Sin embargo, señaló que en algunos casos, existe algún tipo de alerta, como ser un dolor o una opresión en el pecho, que a veces se minimiza. 

   “También se pueden sentir palpitaciones, que es sentir que el corazón va latiendo bastante más rápido de lo normal. Pero lamentablemente es un evento que en un altísimo porcentaje de casos no avisa”.

   A diferencia de sus colegas, Zukerman manifestó haber estado en contacto con estadísticas que muestran que un porcentaje menor de muertes súbitas en pacientes que han tenido Covid.

   “No es un porcentaje significativo, pero que llama un poco la atención. De todos modos, no quiere decir que sea la causa y el efecto, pero sí que amerita que, aquel paciente que ha tenido Covid, se realice un chequeo cardiovascular”.

   “Está claro que el Covid ha generado problemas cardíacos de distinto tipo, pero yo no le echaría la culpa de ningún modo a las vacunas. Está demostrado que las vacunas han bajado ostensiblemente la mortalidad y que las complicaciones mayores se dan en pacientes que no se han vacunado”.

   Indicó que tampoco se puede afirmar que han crecido los casos de muerte súbita en tiempos de pandemia. 

   “El mayor porcentaje de muertes se han producido por procesos respiratorios y uno mucho más pequeño vinculado a enfermedades cardiovasculares, con las tres entidades que mencionamos: el infarto, la insuficiencia cardíaca y la arritmia”. 

   Su recomendación es que toda persona mayor de 18 años, que haya contraído Covid, consulte a su médico de cabecera, para ver si la enfermedad dejó alguna secuela.  

   “Pero quién debe realizarse un chequeo integral sí o sí es todo aquel deportista, ya sea distractiva o amateur o profesional. Esa persona debe tener una evaluación cardiológica”.

   Los dos años de pandemia, la falta de actividad física constante, y a veces, la falta de los chequeos cardivasculares pueden formar una mala combinación para la salud.

Las vacunas

   La miocarditis leve sí es un efecto secundario de las vacunas Covid, y la miocarditis grave causa muerte súbita. En esa frase ya hay dos matices: es leve la miocarditis provocada por las vacunas y es grave la que causa muerte súbita. 

   Pero hay más: La prevalencia de la miocarditis leve como efecto secundario de las vacunas contra el Covid es muy poco frecuente y todos los casos registrados han evolucionado favorablemente en poco tiempo.

   Con Pfizer la tasa de incidencia de miocarditis durante los 28 días después de la vacuna es de 57 casos por millón de dosis. Con Moderna la tasa de incidencia es de 180 casos de pericarditis o miocarditis por millón de dosis.

   En niños esta tasa baja muchísimo más. En nueve millones de niños entre 5 y 11 años vacunados en Estados Unidos, la incidencia ha sido de un caso por cada millón de dosis puestas. En el escenario peor, es decir estudiando los efectos solamente en niños varones después de la segunda dosis, la incidencia es de cuatro casos por millón de dosis administradas.

   A esto hay que añadir que son miocarditis de buena evolución, que remiten bien, diferentes a las que causan muerte súbita.