Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Trigo HB4: ¿quién le pone el cascabel al grano?

A partir de la aprobación —por parte del Gobierno nacional— del cultivo modificado genéticamente para ser más tolerante a la sequía, la polémica quedó instalada.

El ministro de AGyP, Dr. Julián Domínguez, le respondió al titular de Acopiadores, Ing. Fernando Rivara. / Fotos: Savia Comunicación / Prensa Acopiadores

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “A continuación, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, nos va a contar qué va a pasar cuando llegue el trigo HB4 a nuestros mercados y cómo vamos a salir de esta situación”.

   El Ing. Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores fue directamente al grano y desafío al funcionario. Y lo hizo en el sitio de mayor repercusión del cereal icónico del sur del centro y del sur de la provincia de Buenos Aires: A Todo Trigo 2022.

   Fue sólo unas horas después del anuncio de la Resolución 27/2022, que faculta a la firma Indear SA (una sociedad entre Conicet y Bioceres) a comercializar la semilla de trigo HB4, y a sus productos y subproductos derivados, provenientes del trigo IND- ØØ412-7, y a toda la progenie derivada de los cruzamientos de este material con cualquier trigo no modificado genéticamente.

Ing. Fernando Rivara, presidente de la Federación de Acopiadores.

   De este modo, se podrán comercializar variedades de trigo —con el evento IND-ØØ412-7— con posterioridad a su correspondiente registro en el Instituto Nacional de Semillas (INASE), organismo descentralizado en la órbita del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP).

   El Dr. Domínguez, en el mismo cónclave, al que al principio no se animaba a ir pero que, al final, se convenció de que no podía estar afuera de este acontecimiento, recogió el guante.

   “No soy un trastornado para perjudicar al trigo argentino”, aseguró.

   “La biotecnología y el desarrollo de conocimiento es una alternativa fundamental para combatir el cambio climático”, añadió.

   “Estamos tomando todos los recaudos para proteger la comercialización con los mercados asiáticos”, explicó el funcionario.

   También sostuvo que cree, en forma ferviente, que la Argentina puede exportar 200 millones de toneladas totales en cereales.

   “Estamos trabajando para eso con infraestructura y biotecnología. Y no se logra solamente aumentando la superficie sembrada, sino también incrementando los rindes. Y esa es una alternativa que nos brinda la biotecnología”, afirmó.

Dr. Julián A. Domínguez, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.

   En otro tramo, se dirigió puntualmente al Ing. Rivara. Y le dijo: “Así como tu generación hizo una revolución en la agricultura argentina, las nuevas generaciones harán otra por el lado de la biotecnología”.

   Aseveró el ministro, también, que la industria del conocimiento es la segunda en exportaciones detrás del sector agropecuario.

   “Tengamos confianza en nuestras empresas, en nuestra innovación y en nuestra tecnología”, dijo.

   Tras la sorpresa inicial, el Ing. Rivara argumentó las razones de la incertidumbre sobre este tema.

   “Es un salto al vacío, porque no tenemos ninguna confirmación de que este tipo de material genético sea aceptado por la demanda”, aseguró.

   “Prueba de esto es que, pesar de estar aprobada por las autoridades brasileñas, no tenemos constancia de que se haya vendido harina HB4 a Brasil”, añadió.

   “Es llamativo que una empresa como Bioceres, que cotiza en Nasdaq, no tenga el respaldo de una certificadora de renombre que otorgue garantías de que su material no va a contaminar el resto del trigo argentino”, sostuvo.

   “Si la harina de trigo HB4 no se comercializa en el exterior, ¿adónde creen que va a ir? Al mercado interno”, se preguntó.

   El titular de Acopiadores no ocultó su temor en relación a que este tipo de resoluciones dañen la reputación del trigo argentino y, además, impacten negativamente en su precio.

   “Bioceres dice que, por ahora, no se va a comercializar el trigo HB4. Pero si hay un escape, ¿quién se hace cargo?”, aseveró.

“La empresa dice que los riesgos están minimizados. Pero entendemos que no hay suficientes garantías”, admitió.

   El Ing. Rivara también dividió las aguas respecto de eventuales diferencias personales con la empresa que comercializa el trigo HB4.

   “Por el contrario, está comprobado que la tecnología HB4 no implica riesgo para la salud ni humana ni animal. El problema es meramente comercial, porque los mercados no aceptan el trigo transgénico”, puntualizó.

   “Que quede claro: el avance del HB4 es una decisión política”, insistió.

   “El Gobierno tiene que entender que este tipo de decisiones generan más incertidumbre en los productores, porque un temor de contaminación del trigo obstaculiza el ingreso de nuestros productos a los mercados más exigentes”, contó.

   “Y nos arriesgamos a que el trigo pierda valor en un momento clave”, concluyó el Ing. Rivara. 

“En unos años ya no será un problema”

   “Lo que ha hecho Raquel Chan (NdR: referente del Conicet que lideró las investigaciones del HB4) es fantástico”, dijo Jorge González Montaner, el reconocido asesor privado de mercados agrícolas.

   “Pero Bioceres debe respetar los tiempos”, agregó.

Dr. Jorge González Montaner, asesor privado de mercados agrícolas.

   “Es una pena que nos enfrentemos por esto. Es muy positivo desde el punto de vista científico, pero desde lo productivo y agronómico todavía hay cosas por ajustar”, sostuvo.

   “Creo que, a partir de unos años, esto no va a ser un problema”, auguró el Dr. González Montaner.

   El Dr. Daniel Miralles, de la Fauba-Conicet, sostuvo que la aparición del trigo HB4 es un avance importante.

   “Australia tiene hace 25 años trigos transgénicos; la cerveza que tomamos tiene maíz transgénico y no lo sabemos; Brasil consume polenta transgénica y nunca hubo evidencias serias de que hagan daño a la salud de los humanos”, ejemplificó.

Dr. Daniel Miralles, de la Fauba-Conicet.

   “Acá la controversia viene por un problema comercial; de mercados”, añadió Miralles.

La experiencia (desde adentro) de Irastorza

   “A los detractores les diría por qué no salen por el mundo a comentar de qué se trata, porque es una herramienta única para solucionar el hambre. Y que la creó una argentina (por la Dra. Raquel Chan). Si se hubiera inventado en otro país, seguro que ya lo estaríamos comprando”.

   Guillermo Irastorza, productor agropecuario de Coronel Dorrego, tiene una posición tomada respecto del trigo HB4, ya expresada oportunamente en este mismo medio en octubre de 2020.

   “Hace 4 años me invitaron a visitar un cuadro en Corral de Bustos, Córdoba, para ver la prueba del trigo transgénico con resistencia a sequía”, recordó.

“Había escuchado 10 años atrás que se trabajaba un trigo así y estas ideas a mí me enamoran. Nosotros estamos en una zona con mucha dificultad con respecto a lo climático y siempre buscamos alternativas para competir y amoldarnos de la mejor manera”, agregó Irastorza.

   “Ni bien lo vi me gustó (el trigo HB4). Esa zona de Córdoba es privilegiada y, compitiendo con otros trigos, no desentonó. Incluso, se había defendido muy bien ante un pequeño estrés”, comentó.

   “Hablé con quienes me invitaron y les dejé la inquietud de que ese trigo se debía probar en el sur bonaerense. Me inscribieron en el programa HB4 y ese primer año sembré bastante. A pesar de un año muy bueno, se manifestó en forma positiva en los toscales, otro de los problemas que tenemos más allá del clima”, aseguró.

   “Sembramos y algo que me maravilló es que, por primera vez, vi todo el campo en forma uniforme, ya sea en la parte de bajo como en la de piedra, entre los relevamientos de octubre y noviembre. Por supuesto que los mejores lotes dieron más rendimiento y en los peores decayó un poco”, dijo.

   “En 2021 volvimos a sembrar, pero esta vez lo hicimos en el 100 % del campo y pasó lo mismo. Fue un año duro, pero anduvimos bien”, explicó.

Guillermo Irastorza siembra HB4 en el distrito de Coronel Dorrego.

   “Pero hay algo mucho más importante. Hace 12 años comenzamos el proyecto productivo en San Germán, en el distrito de Puan, y siempre lo continuamos. Ahora, a cargo de varios familiares, se decidió sembrar todo con HB4”, contó.

   “El año pasado fue extremadamente duro allí, ya que desde el 1 de junio hasta el 31 de diciembre llovió 85 milímetros. Y se cosecharon 1.100 kilos por hectárea, en una profundidad de 35/40 milímetros; es decir, se hicieron 15 kilos por cada milímetro de lluvia. Entiendo que es algo inédito”, afirmó el productor.

   “Pero lo más importante es que cuando se puso al HB4, en comparación con un trigo considerado como caballito de batalla por sus eventuales altos rendimientos, aunque no otorga muchos estándares, dio lo mismo; y con un salvedad a favor del HB4: 78 de peso hectolítrico y calidad 13 de proteína”, aseguró.

   Irastorza dijo, asimismo, que lo ideal no es comparar los trigos a todos los efectos.

   “Son distintos. Uno es un Falcon y el otro es una cupé Chevy. Suponiendo que el primero ya anda muy bien, si le ponemos HB4 rendirá aún más”, expresó.

   “En el campo nuestro, en Coronel Dorrego, se hizo la única prueba con un trigo de variedad Algarrobo, con y sin HB4. Uno dio 2.400 kilos y el otro, sin HB4, llegó a 1.800 kilos; y sembrados uno al lado del otro”, contó.

   “Por supuesto que hay que agregarle técnica de siembra directa, tratamiento de suelo y demás; es decir, todo el paquete tecnológico. El HB4 no es la panacea, sino que se trata de una herramienta más. Porque si se lo doy a quienes siembran alrededor de mi casa van a seguir cosechando lo mismo de siempre; esto es, muy poco”, concluyó.