Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Alberto Morán, “el galán del tango”

Su poderosa atracción no tenía solamente como centro su seductora estampa, sino que también tenía una voz inconfundible, con un peculiar fraseo y un estilo incomparable.

José Valle / Especial para “La Nueva.”

   Alberto Morán fue un personaje emblemático del tango y de la noche porteña.

   En lo personal un tipo muy generoso, que me hizo jugar en primera desde pibe, confiando en mi trabajo como productor y enseñándome a caminar la noche con consejos y ejemplos. Un señor, un caballero en todo el sentido de la palabra, una persona con mucho barrio, con códigos, magnánimo, solidario.

   Alto, flaco, pintón, elegante, un verdadero dandy que provocó la fascinación de las mujeres desde que pisó por primera vez un escenario. 

   Su poderosa atracción no tenía solamente como centro su seductora estampa, sino que también tenía una voz inconfundible, con un peculiar fraseo, de incomparable estilo, con una media voz cálida y susurrante.

   Había nacido el miércoles 15 de marzo de 1922 en el pueblo de Strevi, provincia de Alessandria en el Piamonte italiano, y sus padres, Ernesto Recagno y Catalina Gamalero, lo bautizaron Remo Andrea Domenico Recagno.

   La familia llegó a la Argentina, el 3 de febrero de 1926, instalándose en el porteñísimo barrio de Boedo, más precisamente en Senillosa y Zelarrayán, cerca de la cancha de San Lorenzo. 

   Realizó la instrucción primaria en una escuela del barrio y la secundaria en la Escuela de Comercio Nº 5 José de San Martín que estaba en Belgrano 2260, entre Pichincha y Matheu.

   El flaco dedicaba el tiempo libre al fútbol y a cantar tangos.

   En 1940, su padre consiguió trabajo en la fábrica textil Campomar de Valentín Alsina, en Lanús, por lo que la familia se mudó a esa zona del sur del conurbano.

   Le fascinaba escuchar en la radio a Carlos Gardel, Agustín Magaldi, Oscar Alonso, pero su ídolo era Francisco Fiorentino, por esa forma romántica que tenía para interpretar.

   Cantaba en cumpleaños, pequeñas fiestas y daba algunas serenatas con el seudónimo de Alberto Román hasta que lo contrataron para cantar en un club de Avellaneda y el presentador, un veterano conductor radial, Francisco Duca, se equivocó y lo anunció como Alberto Morán. A partir de allí ese fue su nombre artístico. 

   En el año 1941 se incorporó a la orquesta barrial que dirigía Alberto Las Heras, al poco tiempo fue convocado para la orquesta que dirigía el bandoneonista Cristóbal Herreros con quien actuó en el Café El Nacional, que estaba en avenida Corrientes 980 entre Suipacha y Carlos Pellegrini. 

   En ese lugar lo escucharon integrantes de la orquesta de Osvaldo Pugliese, más precisamente los bandoneonistas Osvaldo Ruggiero y Jorge Caldara y el destacado violinista y compositor Enrique Camerano, quienes lo recomendaron al maestro de Villa Crespo, quien lo contrató inmediatamente. 

   Morán debutó en el Club Maratón del barrio de Once. Con Osvaldo Pugliese grabó 54 temas desde enero de 1945 hasta marzo de 1954, entre ellos verdaderas joyas del género como  Pasional, San José de Flores, El Abrojito, Quiero verte una vez más, Remembranza, Desvelo y Cobardía. 

   Luego comenzó su etapa como solista acompañado por una orquesta que dirigía el pianista, director y compositor  Armando Cupo. Debutó en la Confitería Montecarlo de Corrientes y Libertad.

   El Flaco daba inicio a sus shows con el estribillo de Muchachita de barrio, ante el delirio de sus fanáticas

   Con Armando Cupo grabó 46 temas desde agosto de 1954 a mayo de 1959. Luego volvieron a unirse entre 1968 y 1970 sumando 24 títulos más. En total dejó 152 registros.

   En 1963, el Flaco fue secundado por la orquesta del violinista y compositor Leo Lipesker y en 1966 por el pianista, compositor, arreglador y director Jorge Dragone.

   En el año 1977, realizó junto a la orquesta del bandonenista rosarino Rodolfo “Cholo” Montironi una importante gira por los Estados Unidos, actuando  en el Madison Square Garden (Nueva York), Walt Disney World (Florida), Hollywood, la cadena de hoteles Holidays Inn y el Club de Las Américas de Miami (Florida).

   Sus últimas grabaciones fueron en 1986 con la orquesta del bandoneonista, director, compositor y arreglador Alberto Di Paulo.

   En cine participó junto a la orquesta de Pugliese en la película Mis cinco hijos, dirigida por Orestes Caviglia y Bernardo Spoliansky sobre el guión de Nathan Pinzón.

  Se estrenó el 2 de septiembre de 1948 y tuvo como protagonistas a Tito Alonso, Pola Alonso, Iris Alonso, Domingo Sapelli e Ilde Pirovano. Es el único filme en el que trabajaron juntos los cinco hermanos Alonso.

  Se casó en 1954, de dicha unión nacieron Guillermo Alberto y Roxana (cancionista de tango), a los pocos años se divorció y formó pareja con la recordada cantante Marga Fontana.

   Fue el propietario de la cantina “El Abrojito”, que estaba ubicada en Chile y Bernardo de Irigoyen, en el barrio de  Monserrat, sitio en el que oficiaba de portero el recordado boxeador Jose María Gatica.

   Escribió los tangos No quiero perderte, con música de Camerano, junto a Mario Soto, Mientras quede un solo fueye y con Reinaldo Yiso, Un tormento.

   El mítico Sandro fue un profundo admirador del Flaco Morán, en el año 1998 presentó un nuevo espectáculo, “Gracias... 35 años de Amores y Pasiones”, que incluía un homenaje al cantor de tangos interpretando Pasional.

   Fue tan empedernido fumador como “burrero”, su pasión por los caballos de carrera lo llevó a ser propietario en sociedad de varios ejemplares.
Alberto Morán falleció en la sala de terapia intensiva del hospital Tornú el sábado 16 de agosto de 1997.

* El autor es historiador de tango, escritor, y productor cultural