Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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En Bahía Blanca, los hombres ganan un 45 % más que las mujeres

Segregación en el mercado laboral y dificultades para ampliar la carga horaria explicarían las diferencias sustanciales de ingresos, que permanecen estancadas al menos desde 2015.

Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

    En tiempos de avances tecnológicos inimaginados hace apenas 30 años atrás, algunas cosas evolucionan mucho más lento: datos oficiales recopilados por dos economistas bahienses demuestran que las diferencias de ingresos entre varones y mujeres existen (y persisten) en Bahía Blanca, con un 45 por ciento a favor de los hombres, si se consideran los ingresos obtenidos por la ocupación principal y sin ajustar por horas trabajadas.

   Tomando el ingreso ajustado por el número de horas trabajadas (el llamado ingreso-horario), la brecha de ingresos varones-mujeres se reduce, aunque no se elimina, ya que pasa a ser de 19,6%.

   “En Bahía Blanca, los hombres ocupados a mediados de 2021 ganaban en promedio 45% más que las mujeres en igual situación. Sin embargo, una buena parte de esta brecha ocurre por la cantidad de horas trabajadas; las mujeres tienden a tener más empleos de medio tiempo que los hombres, esencialmente por la división sexual del trabajo, que las ubica en la esfera de la reproducción, más que de la producción, aun en el siglo XXI y con varias movilizaciones del “8M” por delante”, explica la doctora Valentina Viego, quien utilizó datos oficiales del INDEC de mediados del año pasado.

   Considerando como base de comparación el ingreso-horario, en los últimos 20 años esta brecha ha tendido a disminuir, pero parece haberse estancado. Al menos si se lo coteja con los resultados de 2015: en ese año, otra economista local, María Sosa, demostró que en nuestra ciudad el diferencial de ingresos-horarios varones-mujeres rondaba entre el 18 y el 20% aproximadamente.

   Si se toma en cuenta exclusivamente a los empleos dependientes (asalariados), la diferencia de ingresos totales pasa del 45,3 al 38,1%, de forma que se reduce más de 7 puntos porcentuales (pp).

   Pero si se ajusta por horas efectivamente trabajadas, la brecha de ingresos entre asalariados y asalariadas es del 22,9%, algo superior a la brecha de ingresos para todas las ocupaciones (dependientes más independientes).

   “El empleo asalariado es algo menos desigual, aunque si considera el ingreso horario, la brecha aumenta más de 3 pp (22,9 versus 19,6%). Esto se explica porque en relación de dependencia las mujeres tienden a trabajar relativamente más horas respecto de otro tipo de ocupaciones (cuenta propia, patrón, etcétera). Sin embargo, el ingreso horario difiere fundamentalmente porque las mujeres suelen encontrar empleo en las ramas con peores remuneraciones”, explica Viego.

   Para el universo de empleados por cuenta propia (no asalariados), la brecha de ingresos cae a casi 15%. En términos horarios, esta diferencia se invierte completamente, mostrando, que, en ese tipo de empleos, las mujeres se ocupan en actividades “más rentables” que los varones, en tanto implican menor tiempo de trabajo para un mismo ingreso o, mejor dicho, relativamente mejor ingreso para menos horas trabajadas.

Sector por sector

   Desagregando el total de empleo local en las ramas de actividades económicas que explican más de la mitad del mismo, se concluye que las mujeres tienden a emplearse en las que pagan peores remuneraciones, lo que explica parte del diferencial de ingresos planteado.

   “En ocupaciones con menor remuneración promedio, como servicio doméstico o enseñanza, predominan las mujeres. Incluso, en el sector de atención de la salud, donde el 75% del empleo local es femenino y muestra mayores remuneraciones promedio que otras ocupaciones, las mujeres se insertan allí en jerarquías de menor remuneración, como, por ejemplo, la enfermería o el cuidado de personas dependientes”, señaló la entrevistada.

   Más: aún en sectores con elevada informalidad y bajos salarios, como la construcción, dominada por empleo de varones, y el servicio doméstico, donde en Bahía se podría decir que prácticamente no hay varones, la diferencia de ingresos por hora es aún favorable a los hombres (+ 8%).

   “En suma, la brecha de género en ingresos en Bahía Blanca es sustancial: se explica esencialmente porque las mujeres trabajan menos horas fuera del hogar, lo cual destaca que aún siguen cargando con la mayor parte de las tareas de cuidado. En segundo lugar, se ubica el factor “segregación”: las ramas de actividad con peores remuneraciones y condiciones de trabajo tienden a ocupar a mujeres”, destacó Viego para finalizar.