Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Clima, economía y política: ¿el prólogo para un cambio relevante en 2023?

Los tres factores aparecen determinantes de cara a las presidenciales. El economista Salvador Di Stéfano y el climatólogo Leonardo De Benedictis dan precisiones.

Los eventos climáticos La Niña traen como correlato cambios políticos y económicos muy importantes para el país. / Fotos: Rodrigo García-La Nueva. y Archivo LN.

 

   “La salida de la crisis sería muy lenta, tal como ocurrió cuando las sucesiones de clima, economía y política impactaron coincidentemente en el país. La recuperación nos llevará, como mínimo, dos años, siempre y cuando las condiciones de sequía no se repitan”.

   Lo dijo Salvador Di Stéfano, analista y consultor económico y director de agroeducación.com, tras concluir una relación inequívoca entre los tres factores mencionados.

   “Si seguimos dicha correlación estaríamos en la presencia de un cambio político de magnitud para las elecciones presidenciales del año 2023”, añadió.

Salvador Di Stéfano, analista y consultor económico y director de agroeducación.com

   En cuanto a las semejantes políticas, el vínculo —en opinión de Di Stéfano— es el siguiente:

—En los últimos 13 años hubo 7 de sequía. “Esto nos lleva a un cambio económico y político para 2023”, sostuvo.

—Fernando De La Rúa (1999-2001) fue el político con todos años La Niña en su paso por el poder. “Se tuvo que ir antes de tiempo”, comentó.

—La crisis del año 1989 estuvo precedida de un año La Niña.

—“La sequía del año 2018 le cambió el rumbo al gobierno de Mauricio Macri (2015-2019)”, aseguró.

El clima

   Como se sabe, cada vez con mayor crudeza, el clima es determinante de la actividad económica en la Argentina.

   “Tomando la serie desde la campaña agrícola del año 1952/53, las últimas 70 nos dejaron como resultado 26 años El Niño; 24 años La Niña y 20 años neutrales”, dijo el climatólogo Leonardo De Benedictis.

   “La campaña 2022/23 sería de carácter Niña, pero aún no podemos tipificar su intensidad”, agregó.

   “¿De qué se trata? Para dar una idea general, el evento La Niña es un enfriamiento de las aguas del océano Pacífico central, que genera una circulación de la atmósfera netamente negativa en la distribución de humedad sobre nuestro país”, explicó. 

   “Toda la porción central y este de la Argentina se ve perjudicada, en forma marcada, en el ingreso de humedad sobre la región, por lo que los eventos La Niña están asociados a sequías sobre el sudeste de Sudamérica, incluyendo zonas de Paraguay, Uruguay y sudeste de Brasil”, amplió.

   También dijo el experto que, al ser un ambiente mayormente seco, también es más vulnerable a la variabilidad térmica.

   “De este modo se potencian las olas de calor durante los períodos de verano y aumenta la frecuencia de heladas en el período del invierno”, añadió.

Lic. Leonardo De Benedictis, experto en climatología.

   “También se suma un mayor riesgo de tener heladas tempranas y tardías que, combinado con la sequía, resultan golpes letales para la producción agropecuaria”, afirmó.

   De Benedictis dijo que, en contraposición, el evento El Niño es un calentamiento en el Pacífico central, que genera una circulación y distribución de humedad que promueve la situación inversa a La Niña, potenciando los niveles de lluvia sobre la región productiva agropecuaria del país.

La política

   En este sentido —comentó Di Stéfano— resulta interesante observar que los eventos climáticos La Niña fuerte dejaron secuelas muy negativas para la economía de nuestro país.

   “Fueron la antesala de las crisis de los años 1976, 1989, 2001, 2008, 2018 y, en la actualidad, atravesamos tres eventos La Niña seguidos”, expresó.

   “Los eventos climáticos negativos trajeron consigo cambios políticos y crisis económicas que dejaron al país, y a la sociedad, con heridas muy profundas dada la gravedad emergente”, agregó.

   También dijo que, si se analiza desde 2011 a la fecha, se aprecia que, en los últimos 13 años, hubo 7 eventos La Niña; 3 eventos neutros y 3 eventos El Niño.

El clima es determinante en la economía agropecuaria y la evolución de las cosechas determina la continuidad, o caducidad, de los ciclos políticos. 

   “Recordemos que no crecemos desde el año 2011”, señaló.

   “Salir de La Niña nos lleva más de un año, con lo cual podríamos proyectar que 2023 está llamado a no crecer, por tercer año consecutivo de sequía, pero un año neutro o El Niño en la campaña 2023/24 no nos asegura crecimiento”, comentó.

   “Entonces, el campo tendrá que recuperar el terreno perdido y, tal vez, nos devuelva un mayor crecimiento la campaña 2024/25, siempre y cuando volvamos a un año benigno en materia climática”, explicó.

   Di Stéfano contó que, si se mira la evolución desde el año 1970 a la fecha, se aprecia que, con el retorno a la democracia, Raúl Ricardo Alfonsín (1983-1989) fue beneficiado por el clima, aunque hizo —remarcó— una mala gestión económica.

   “Sin embargo, Carlos Menem (1989-1999) estuvo más impactado por años neutros y La Niña, con un resultado de gestión económica distinto al de Alfonsín, ya que tuvo más años de crecimiento”, aclaró.

   “La antesala de 2001 estuvo plagada de años La Niña y esto generó una de las crisis políticas y económicas más importantes de la Argentina”, recordó.

   “Fernando De La Rúa no supo lo que es un año El Niño o neutro en su gestión, y tuvo que abandonar el cargo antes de que expire su mandato”, agregó el economista de AgroEducación.

   “Si miramos más atrás en el tiempo, entre el año 1950 y 1970 tuvimos sólo cinco eventos La Niña. Fue un clima muy favorable que, evidentemente, el país no supo capitalizar”, sostuvo.

   Asimismo, detalló que sobre 25 eventos La Niña, un total de siete se dieron en los últimos 13 años, algo que no se observa en el resto de la serie histórica que parte desde el año 1950 hasta la actualidad.

   “Los mayores impactos de la sequía se notaron en el año 2018 bajo la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019) y los tres eventos La Niña consecutivos que vivimos en la actual coyuntura”, relató.

Textual de Di Stéfano

—“Argentina es dependiente de las exportaciones agropecuarias. Le aseguran un flujo de dólares que le permite tener fluidas importaciones, ingresos fiscales importantes a través de los derechos de exportación y otros impuestos, y un crecimiento de la actividad económica en general”.

—“Esta correlación de clima y evolución del PBI deja a las claras que, con buen clima, los gobiernos tienen más chances de ser exitosos y con mal clima, como el caso de Fernando De la Rúa, hay malas perspectivas”.

“Las sucesiones de años La Niña dejan al mercado muy frágil en materia financiera y económica, con lo cual la recuperación podría darse en dos campañas. No existe una salida inmediata de la crisis”. 

—“El próximo presidente (para 2023) debería, como primera medida, asegurar la campaña agrícola, ya que un revés climático podría terminar con su carrera política. Poco menos que el seguro agrícola debería ser una continuidad política para el cargo. A pesar de que la correlación sea tan clara, los políticos que llegan a la presidencia nunca se ocupan de este tema; soslayan los problemas climáticos y la importancia del campo en la economía y política”.

—“Para los próximos años se espera un crecimiento de las exportaciones energéticas y mineras; sin embargo, en el mientras tanto seguirán siendo predominantes las exportaciones agrícolas. Por eso, la clase política debiera generar acciones que le permitan al sector tener un seguro climático que le quite volatilidad a la economía del empresario agropecuario”.

—“Muchas veces (algunos) políticos desinformados presionan al campo con más impuestos, pero no ven que sus ventas están atadas a variables incontrolables como el clima. En los últimos 13 años, los eventos La Niña generaron merma de ventas en siete de ellos, que hicieron irreparable la ecuación económica”.

—“La sucesión de tres años La Niña merece que el Gobierno ayude con planes financieros que le permitan, al hombre de campo, reestructurar pasivos para las próximas campañas, tener la posibilidad de revancha y, al país, tener cosechas récord que impulsen el crecimiento”.