Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Fiestas de fin de año: ¿Cuáles son los alimentos justos para el momento adecuado?

“Vamos a comer diferente respecto de otros días, pero no por eso debemos hacerlo en exceso”, dijo la Lic. Milva Bahntje. 

¿Cómo sortear con éxito las cenas y los almuerzos de fin de año? / Fotos: Archivo La Nueva.

   “Si comúnmente me alimento con pechugas de pollo con ensaladas, por ejemplo, pero ahora tendré primer y segundo platos y postre, deberé tratar de que todo sea en porciones y no comer en demasía”.

   Para Milva Bahntje, licenciada en Nutrición por la Universidad Católica Argentina de La Plata (MP 4973), es importante encontrar otra interpretación respecto de los alimentos y su consumo, en el marco de las inminentes festividades de Nochebuena, Navidad y fin de año.

   “Estamos acostumbrados a pensar otras sensaciones por el alimento y no a verlo como el combustible que necesitamos”, sostuvo.

   “Más allá del aporte calórico y demás, a nivel gastrointestinal se trata de algo muy difícil de procesar para un cuerpo acostumbrado a determinada cantidad de alimentos por día que, de repente, le ingresa mucha carga en cantidad y de diferente calidad”, añadió.

   “Esto complica al organismo a la hora de la digestión”, dijo.

   “¿Cuánto se puede comer? Lo que sea necesario para llevar ese día, porque si no la pasaremos mal. Y es algo que no tendría sentido, porque desvirtúa el hecho de la celebración en sí”, comentó.

Lic. Milva Bahntje, licenciada en Nutrición por la UCA de La Plata (MP 4973).

   La Lic. Bahntje señaló que existe una transfiguración de los festejos de cierre de año.

   “Nos juntamos a comer y a morir (sic), pero habría que pensar en reunirse para compartir”, afirmó.

   Respecto de los alimentos para las cenas, y los almuerzos posteriores, comentó la importancia de que el primer plato sea fresco.

   “Son épocas de mucho calor y no debemos hacer los clásicos platos calóricos llegados de Europa, porque allá hace frío y acá no”, aclaró.

   “Las primeras entradas pueden ser ensaladas variadas, con vegetales grillados y frescos y con algún fruto seco que aporte nutrientes. Además, es rica la mezcla de lo crujiente con lo cocido y lo fresco. No hay que caer en grandes mayonesas y cremas porque, luego, eso también repercute en lo gastrointestinal”, explicó.

   También dijo la Lic. Bahntje que hay gente que termina descompuesta porque los alimentos no se consumieron en tiempo y forma.

   “Termina siendo algo no ideal desde lo bromatológico, como tampoco desde lo nutricional. Es inadecuado para esta época”, indicó.

“¿Cuánto se puede comer? Lo que sea necesario para llevar ese día, porque si no la pasaremos mal”, dijo la Lic. Bahntje.

   “Para quienes les gustan, las carnes —preferentemente magras— a la parrilla, o al horno, van bárbaro. Y pueden ir acompañadas de diferentes ensaladas con lechuga, tomate, zanahoria, remolacha, choclo y demás”, dijo.

   También remarcó que las mayonesas pueden ser reemplazadas con queso crema, o yogur natural, ya que de este modo será más fresco, y menos pesado, para la digestión.

   “Hay que tratar de reducir el consumo de alcohol y de hidratarnos más con aguas saborizadas naturales, que pueden ser con jugo de limón, rodajas de naranja o de pomelo y hojas de menta en el mismo agua, o gaseosas, pero sin azúcar, más que nada para no aportar demasiadas calorías”, agregó.

   Para el postre recomendó ensalada de frutas con bochas de helados y cheesecake con frutillas, pero siempre con este detalle: que sean frutas de estación, porque son más económicas y nutritivas, ya que vienen del exterior y no están freezadas.

   Una recomendación para los frutos secos: que sean en relación a la cantidad de gente que hay en el encuentro.

   “Cuando se reúnen varias familias, lo ideal es determinar con anterioridad qué va a aportar cada una y no que todas lleven varias cosas, porque luego, para no quedar mal, ponen todo en la mesa y se termina comiendo de más”, explicó.

   Para la mesa de los dulces, y a la hora del brindis, la nutricionista fue clara para la mayor comprensión posible: “Hay que tratar de no pasarnos porque si no, al otro día, tendremos resaca”.

  En otro tramo de la charla con La Nueva., admitió que, en estas fechas, solemos comer por demás y dejar de lado algunas actividades físicas.

   En tal sentido, aludió a prácticas ancestrales.

   “Como seres humanos de la modernidad no tenemos diferencia respecto de la prehistoria, donde se caminaban decenas de kilómetros en busca de comida. Nuestro cuerpo está preparado para eso; es decir, movernos mucho, y comer lo necesario”, aseguró.

   “Por eso en estas ocasiones hay que empezar a encontrar el nexo entre el alimento y la definición de combustible. Esto es, uno tiene que comer en relación a las cuestiones que va a hacer durante el día”, sostuvo.

   “No podemos comer lo mismo si somos maratonistas que si trabajamos en una oficina. En relación a eso será la cantidad de combustible que uno tendrá que cargarle a ese auto”, añadió.

   “Está bueno que los días en que uno come diferente no lo vea como que, enseguida, tiene que compensarlo, pero sí debemos tratar de no salirnos mucho de las porciones”, aseveró la Lic. Bahntje, quien también integra el Voluntariado de Nutricionistas de Bahía Blanca.

Los vínculos con los trastornos alimenticios

   Respecto de los pacientes con trastornos alimenticios, la Lic. Bahntje señaló que se trata de un abordaje múltiple por el aporte de psicólogos, psiquiatras y nutricionistas.

   “Desde el  consultorio siempre les dijo a los familiares de personas diagnosticadas, y en tratamiento, que tengan un organigrama para estas fechas”, dijo.

   “La idea es que no sea sólo la cuestión típica para juntarse a comer, que se haga en exceso y al otro día se trate de compensar”, agregó.

   También explicó que se debe entender que, para estos pacientes, es difícil la situación de comer en público alimentos que, en general, están tratando de evitar.

   “Y en estas fechas hay comidas con mayonesa, calóricas, dulces y alcohol. Es como un gran festín de todo lo que están tratando de restringir”, afirmó.

   “Son personas que tienen una gran distorsión de su imagen. Por más que la gente les diga que están flacos, se siguen viendo gordos. Y por eso las charlas a nivel familiar deben ir por otro lado”, indicó.

   “Sucede a veces que, en estas ocasiones, viene gente que vive en el exterior, o en otras provincias, y se suele preguntar cómo te ven. Y en realidad hay que ir por el lado de cómo estás, porque hasta el comentario de si estás más linda, o no, puede ser mal interpretado”, dijo la Lic. Bahntje.