El Himno Nacional en su justo lugar
La canción patria merece el mayor respeto y consideración.
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Hace 30 años, el músico Charly García abrió una fuerte discusión cuando incluyó en su álbum Filosofía barata y zapatos de goma su propia versión del Himno Nacional Argentino, la canción patria escrita en 1813 por Vicente López y Planes y Blas Parera.
El pasado 10 de diciembre, Día de la Democracia en nuestro país, volvió la polémica cuando el gobierno nacional convocó a un grupo de artistas a cantar el Himno, adecuando el ritmo de la canción al estilo de música de cada intérprete.
Los convocados por el Ministerio de Cultura fueron Tita Print, Dolores Solá, Flor Bobadilla, Nadia Larcher, Candelaria Zamar, Mica Chauque, María Castillo, L-Gante, Guillermo Fernández, Leo García, Miss Bolivia, Miloo Moya y Rayo.
El resultado, una extraña mezcla de ritmos y arreglos, aunque cantados con toda solemnidad con cada cantante, en muchos casos trasmitiendo mucha fuerza, en otros como apagándolo.
Lo cierto es que el Himno Nacional tiene, al igual que el uso de la bandera y de otros símbolos patrios, un protocolo, el cual debiera respetarse y conocerse para aplicarse en cada situación.
Se sugiere reducir a una sola voz la parte del canto y sólo dar “forma rítmica” al grupo correspondiente a la palabra "vivamos".
Es parte clave del ceremonial la respuesta de los asistentes cuando se entona la canción, quienes deben permanecer de pie mientras se entonan sus estrofas”. La posición correcta es con los brazos hacia abajo, delante del cuerpo, con la mano derecha sobre la izquierda. Nunca permanecer de brazos cruzados ni con las manos detrás del cuerpo.
“Es símbolo de buena costumbre y educación aplaudir al término de la entonación”, indica la normativa. Adecuar la conducta en el momento de su ejecución, tanto por su intérprete principal como por los presentes, es un gesto de respeto y patriotismo.