Bahía Blanca | Miércoles, 09 de julio

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Escenario político: los números a mirar en estas PASO en Bahía

En unas primarias atípicas, habrá tres datos significativos: si se confirma la hiper concentración de los votos en las dos principales coaliciones, cuál será la participación del electorado y cómo se resolverá la primaria seccional entre Compagnoni y Lorenzo. Bonus: una visita de Macri casi silenciosa.

Foto: Archivo La Nueva.

Maximiliano Allica / [email protected]

   En las elecciones PASO de 2019, Juntos por el Cambio y el Frente de Todos concentraron poco más del 86% del total de votos en Bahía Blanca. En las generales, la polarización se profundizó y ese número subió al 92,4% (50,9% para Héctor Gay y 41,5% para Federico Susbielles).

   Esos son algunos de los números a mirar el próximo domingo. ¿Se mantendrá la tendencia de hiper concentración de votos dentro de la grieta o alguna tercera fuerza romperá la inercia?

   Para ingresar al menos un concejal, cualquier partido debe obtener un mínimo del 8,33% de los votos en las generales del 14 de noviembre. Por lo tanto, si alguien quiere llegar con expectativas luego de estas primarias (más allá de superar el piso del 1,5% que le permita seguir adelante) debe obtener ahora un resultado cercano a 8 o 9 puntos que lo muestre competitivo.

   Hoy las apuestas indican que la chance la tiene el Frente Avanza Libertad, de José Luis Espert, que en nuestra ciudad lleva dos boletas de precandidatos a concejales encabezadas por Valeria Rodríguez y Martín Barrionuevo, respectivamente. La suposición en favor de los libertarios tiene que ver con el alto grado de antipatía que demuestra un sector importante de la sociedad hacia la política tradicional, circunstancia que podría favorecer a los extremos. Eso incluye, claro, a las propuestas de izquierda. Faltan pocas horas para saber si esta hipótesis tiene sustancia.

   En los comandos de campaña de las principales coaliciones en Bahía tienen miradas divergentes respecto de lo que podría ocurrir este fin de semana. En Juntos sobra confianza, más allá de que entienden que un alto ausentismo podría restarle votos. Pero, como ya se explicó en esta columna, los números de esa alianza crecen más que los del resto en las elecciones generales y así lo demuestran los resultados de 2015, 2017 y 2019. La noción es que van a ganar sin sobresaltos este domingo en Bahía, aunque quizás sin la misma contundencia que proyectan para noviembre.

   Al oficialismo local se lo ve más tranquilo que en cualquiera de las últimas elecciones. No minimizan las posibilidades de las boletas de Espert, que naturalmente le restan sufragios, pero no ven un desarrollo importante del FdT en este 2021 que pueda amenazar un triunfo en el distrito.

   En el Frente de Todos, por su parte, consideran muy probable que los votos sumados del peronismo y de Juntos en nuestra ciudad queden este domingo en torno al 75%. Es decir, como mínimo 10 puntos menos en comparación con las PASO de hace dos años. Entienden que el eventual crecimiento del espertismo, sumado a una dispersión del voto-bronca en alternativas menores, mejora las chances de que haya una elección pareja entre las dos coaliciones dominantes.

   Sobre ese potencial escenario, un detalle. Si bien JxC suele subir más en cantidad de votantes entre un turno y otro, hay que remarcar que tanto en 2017 como 2019 Cambiemos era gobierno en Nación y Provincia, lo cual le permitió apelar a los principales recursos del Estado para mover voluntades en los dos meses de paréntesis. Hoy esos fondos cambiaron de manos. La política se hace con ideas, pero sobre todo se hace con plata.

   Una anécdota tan burda como ilustrativa. En 2017, en San Luis, los Rodríguez Saá perdieron la primaria por 19 puntos contra Claudio Poggi. De inmediato lanzaron una catarata interminable de subsidios para todo aquel que los pidiera y, en las generales, dieron vuelta una elección que parecía perdida. Cuando se les preguntó qué había pasado, contestaron con parsimonia: "Escuchamos a los puntanos en las urnas y nos pusimos a trabajar en darles lo que pedían".

   Otra. El empresario Francisco de Narváez compitió en más de una oportunidad en la Provincia, con un espacio que tenía poca militancia de calle pero disponía de mucho dinero. Un rubro clave para ganar la elección es contar con fiscales propios en todas las mesas, preparados para contar votos y también para soportar presiones. Cuenta la leyenda que en una ciudad del sur bonaerense, ante esa escasez de militantes, una vez De Narváez contrató al gremio de patovicas para que ayudaran a fiscalizar. Esa noche, en esa ciudad cuyas iniciales son BB, los adherentes de aquel "Colo" terminaron festejando.

   En cualquier caso, estas son las elecciones más extrañas desde 2003, aquellas que marcaron la salida de la crisis de 2001. En aquel momento el contexto era una sociedad muy enojada, clima que supo captar de manera magistral Néstor Kirchner, que de inmediato se convirtió en un "presidente enojado" con discursos encendidos contra el establishment. En este caso, el marco es una sociedad defraudada por un estancamiento económico y social demasiado largo. ¿Quién capitalizará esa frustración?

   Un dato por demás significativo de este domingo será el nivel de asistencia. Se trata de una primarias que, para definirlas en términos de redes sociales, son totalmente Out of Context. Basta salir a la calle y preguntarle a cualquiera que no forme parte del microclima qué se vota y por qué, para darse cuenta lo lejos que se encuentra este comicio de las prioridades de la mayoría.

   Las PASO, desde su implementación hace una década, siempre convocaron menos gente que las generales. Aunque también es interesante ver cómo fue decayendo el nivel de participación en las distintas primarias, a medida que funcionaron más como una gran encuesta que como un ordenador de candidatos.

   En Bahía, en 2011 votó en primarias el 77,4% del padrón, cifra que desde ahí fue en degradé: en 2013 asistió el 76,2%, en 2015 el 74,9% y en 2017 el 74,1%. Repuntó un poco en la ejecutiva de 2019, con un 75%. No obstante, este año se juega una legislativa, lo cual siempre genera menor interés.

   Una dinámica similar se dio a nivel nacional. En 2011 votó en las PASO el 78,7% del padrón y luego vino el declive: en 2013 el 75%, en 2015 el 74,9%, en 2017 se dio el piso del 73% y en 2019 hubo un repunte para llegar al 76,4%.

   Los más pesimistas esperan para este año una participación del electorado por debajo del 70%, lo cual sería todo un mensaje. Si se confirma, no se podrá echar la culpa solo a los temores por la pandemia.

   A nivel regional, otros números importantes están vinculados con la competencia interna más atractiva, la que se da en Juntos entre el presidente del Concejo Deliberante bahiense Fernando Compagnoni del Pro contra el ahora exconductor de radio y TV Lorenzo Natali, de la UCR.

   La cantidad de votos que obtenga uno y otro determinará la confección de la boleta definitiva que competirá en noviembre en el tramo de los diputados provinciales de la coalición.

   La regla indica que para armar esa lista final, primero hay que tomar a los votantes totales de Juntos en la Sexta. Esos votos representan un 100%. Si el perdedor no alcanza un mínimo del 20%, la lista final se conforma de manera exclusiva con los miembros del espacio ganador. Es decir, si Compagnoni y Lorenzo suman entre ambos 100 votos, debería darse una diferencia de 81 a 19, o más amplia, para que alguno quede totalmente eliminado.

   Aventurar un resultado en esta puja es arriesgado, sin embargo, está claro que el perdedor, sea quien sea, estará por encima de esos 20 puntos. Sería una rareza absoluta que no fuera así.

   En caso de que el derrotado obtenga más de 20 puntos pero menos de 30, el primero de esa boleta perdedora se integrará a la lista ganadora en el puesto 3 y, su segunda (Abigail Gómez en el Pro y Anahí Bilbao en la UCR), irá recién al casillero 8, casi sin chances de entrar a la Legislatura.

   Ahora, si quien pierde la primaria saca más de 30 y hasta 40 puntos, el cabeza de lista perdedor también irá al puesto 3 pero su segunda pasa al 6. Teniendo en cuenta que en estas elecciones se juegan 11 bancas de diputados bonaerenses por la Sexta y que Juntos es favorito, quien ocupe el sexto lugar tiene buenas chances de entrar. De hecho, Cambiemos obtuvo seis bancas de diputados en 2017.

   Finalmente, si quien pierde supera el 40% de los votos dentro del universo de la coalición, el binomio 1-2 de ese espacio va a los lugares 3 y 4 de la boleta final, mientras que el tercero (Gustavo Coria en el Pro y Emiliano Balbín en el radicalismo) pasará al casillero 7.

   La gran apuesta de Juntos es ingresar 7 legisladores este año. No obstante, necesitaría una victoria aplastante en noviembre, del orden del 60% de los votos. No va a ser sencillo.

   En resumen, los dos primeros de cada lista en esta interna entre amarillos y radicales ya pueden imaginarse ocupando una banca a partir del 10 de diciembre. De ahí para atrás, dependerá de lo que dictaminen las urnas el domingo. En buena medida, estarán sujetos al arrastre que puedan traer Diego Santilli para el lado de Compagnoni y Facundo Manes para la tira de Lorenzo.

   Cuenta regresiva.

Bonus track: Macri picó en Punta

   Llamó la atención ayer que el expresidente Mauricio Macri pasara por la zona y no se difundiera ninguna actividad en Bahía Blanca con los referentes locales del espacio, el mismo día que Diego Santilli volvió a la ciudad para reforzar su campaña.

   Sí protagonizó un acto en Punta Alta con presencia del jefe comunal Mariano Uset, la secretaria de Gobierno y precandidata a diputada provincial Abigail Gómez y el propio Santilli. También se lo vio a Compagnoni.

   Según pudo saber La Nueva, en realidad Macri participó en Bahía de una reunión con padres, docentes y alumnos autoconvocados que reclamaron por educación presencial durante la pandemia. Allí estuvo acompañado por el intendente Gay, Santilli, Compagnoni, Nidia Moirano y Hernán Lombardi, entre otros. Se espera que hoy se haga pública esa actividad a través de las redes sociales.

   Macri y Santilli llegaron en distintos aviones a nuestra ciudad, el primero desde Buenos Aires y el otro procedente de Mar del Plata. Los anfitriones amarillos comentaron que, una vez aquí, ambos compartieron prácticamente todas las actividades, excepto la conferencia de prensa cerca de las 18 en el local partidario de Sarmiento y Cerrito.

   "¿No invitaron al exmandatario?", se le consultó a uno de los organizadores. Respuesta: "Todo siempre estuvo atado a los vuelos y el clima". Otra fuente contestó en tono de contragolpe: "Preguntá por qué no anda la iluminación en Espora, ahí vas a encontrar una explicación".

   Como sea, cabe la pregunta: ¿resta Macri en Bahía y por eso lo "ocultan"? No cierra del todo esa idea, teniendo en cuenta que en 2019 sacó más de 50 puntos y que, en todo caso, el ala dura del Pro volverá a estar representada en esta campaña con la muy probable visita de Patricia Bullrich mañana.