Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Escenario político: la particularidad de Juntos en las PASO y el impacto de la variante Delta

Los competidores internos en la coalición tiene la necesidad de movilizar votantes en las primarias, un desafío complejo. Además, empieza el precalentamiento para 2023, con el intendente proyectando una interna para sucederlo entre el Pro, la UCR y la Coalición Cívica.

Natali y Compagnoni, precandidatos a diputados provinciales de la UCR y el Pro.

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   La variante Delta comenzará a circular de manera comunitaria en el país en las próximas dos o tres semanas, coinciden los especialistas. De confirmarse, la tercera ola de contagios por COVID-19 tendrá su pico en torno al 12 de septiembre, día elegido para celebrar las PASO.

   ¿Cuál será el nivel de participación en esa pre-elección, que habitualmente despierta menor interés en el electorado que las generales? La incógnita es importante por dos razones. Primero, porque el flujo de votantes podría tocar mínimos históricos; segundo, porque los grupos más propensos a faltar en las primarias suelen ser los adherentes de Juntos por el Cambio, que este año va a una interna muy competitiva.

   En Bahía Blanca ese menor acompañamiento en las PASO a JxC se notó con claridad en 2019, cuando Héctor Gay obtuvo una ajustada victoria ante Federico Susbielles, la cual se amplió de manera notable en octubre, de la mano del aumento de la cantidad de votantes.

   De un 44,6% en primarias, Gay subió a 50,9% en la general (pasó de 74.127 votos a 94.760, unos 20 mil más), mientras que Susbielles primero alcanzó el 41,9% para sostenerse dos meses después en 41,5% (de 71.677 a 77.272). "Hay que lograr que la gente grande baje de los edificios para votar, son todos votos nuestros pero de gente poco movilizada", decían en el oficialismo dos años atrás, tras el susto inicial. Finalmente ocurrió.

   Algo similar se dio a nivel nacional, con un Alberto Fernández que arrasó en las PASO pero luego casi no movió sus números en octubre, contra un Mauricio Macri que creció de manera exponencial entre ambos turnos, pese a que no le alcanzó para forzar un ballottage.

   En 2017, última legislativa, también creció mucho más la boleta de Cambiemos encabezada por Nicolás Vitalini (de 76 mil votos subió a 89 mil) que las dos principales listas sumadas del peronismo, Unidad Ciudadana y PJ Cumplir (de 63 mil a 67 mil, entre ambas).

   Incluso hay un dato curioso. Axel Kicillof le dio una paliza a Vidal en la Provincia en 2019. Sin embargo, la exgobernadora escaló más que su adversario entre ambas convocatorias. Kicillof pasó de 4,8 millones de sufragios a 5,2 millones (400 mil más) y la ahora candidata en CABA fue de 3,1 millones a 3,8 millones (700 mil más).

   Si la experiencia se repite, los números del Frente de Todos este 12 de septiembre serán bastante predictivos de su resultado final en las generales del 14 de noviembre, mientras que Juntos tendrá otro margen para crecer.

   Todo esto, con una vuelta de tuerca muy interesante. El espacio que menos convoca en las PASO presenta la disputa más atractiva. Diego Santilli del Pro versus Facundo Manes de la UCR, con el correlato en la Sexta Sección de Fernando Compagnoni frente a Lorenzo Natali.

   ¿Quién puede acomodarse mejor ante una baja sensible en la participación electoral? ¿Aquellos que tienen más recursos para movilizar y hacer campaña, que es el caso de los amarillos? ¿O quienes cuentan con más militancia, como los radicales? Las proyecciones por ahora son muy parejas.

   Si la Delta pega, ambas puntas de la coalición tendrán que trabajar a destajo para llevar a muchos de sus votantes naturales a los cuartos oscuros. Cada voto puede resultar clave para decidir quién se queda con el liderazgo de la alianza, lo cual en definitiva es la primera gran batalla.

   Por lo pronto, si bien nadie muestra sus sondeos, se supone que en Bahía Blanca y la región la fórmula Manes-Lorenzo tiene más llegada que Santilli-Compagnoni. No obstante, el margen de error es inmenso porque la campaña recién inicia. Aunque ya tiene sus primeras barridas con las piernas hacia delante, buscando pelota o jugador.

   El intendente Héctor Gay ironizó en recientes declaraciones radiales: "Cuando uno ve cómo se llegó a la candidatura de Lorenzo... es bastante raro. Terminan siendo dirigentes peronistas los que deciden una candidatura del radicalismo".

   Es público que al exconductor de Bienvenidos lo tentó Emilio Monzó y que su conexión local es el otrora intendente peronista de Monte Hermoso, Marcelo di Pascuale (que indirectamente se enfrentará a su rival histórico en la localidad balnearia, el candidato a diputado provincial del Frente de Todos, Alejandro Dichiara).

   También es cierto que el candidato del Pro, Santilli, nació políticamente en el Partido Justicialista, más allá de que con los años se corrió al macrismo. Igual que Monzó. De hecho, se da la paradoja de que en una de las primeras visitas de Mauricio Macri a Bahía Blanca, en 2014, vino con ambos como principales laderos.

   Otro ejemplo es Horacio Rodríguez Larreta, que llegó a impulsar la candidatura presidencial por el PJ de Palito Ortega en 1999, opción que no prosperó porque al cantante y exgobernador tucumano lo absorbió Eduardo Duhalde. Decía Perón que en Argentina hay radicales, conservadores y socialistas, más otros partidos menores. "¿Y peronistas?", le preguntaron. "Peronistas somos todos", devolvió.

   Pero lo más relevante de las últimas manifestaciones públicas de Gay no es la esgrima de campaña sino su proyección del tablero 2023. El jefe comunal ve que la coalición Juntos se encamina a sistematizar un esquema de PASO, lo cual abarcaría a la elección que dentro de dos años definirá a su sucesor.

   Hay un dato a subrayar. Este año Juntos por el Cambio irá a primarias en más de la mitad de las provincias, incluyendo a las principales cinco jurisdicciones del país: provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y CABA, donde Vidal competirá en septiembre con Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein.

   En Alsina 65 ven que la tendencia de medirse en internas iría más allá de esta legislativa. Avizoran que así como el Pro propondrá a un futuro candidato a jefe comunal, también lo harán el radicalismo y la Coalición Cívica, donde el interesado sería el senador provincial Andrés de Leo, según el intendente.

   Lo complejo de esa proyección es que debería derivar de un proceso de posicionamientos y reposicionamientos que, en el camino, podría lesionar a la coalición Juntos. Pero, si lo plantea un dirigente con información de primera mano como Gay, hay que prestar atención.

   En caso de río revuelto, el Frente de Todos local deberá prepararse. Los más optimistas en el FdT creen que el peronismo es favorito en Bahía para 2023, sin importar cómo resuelva Juntos su actual interna. Ven un fuerte desgaste en la gestión municipal y una gran dificultad en promover figuras atractivas por fuera de Gay.

   Toda expectativa es legítima.