“Todos nos quieren ganar porque saben que Villa Mitre es candidato”
Como dice él, se ganó la nota. Alejo Distaulo es el goleador del tricolor en el Federal A y también el único integrante del plantel con asistencia perfecta en lo que va del campeonato. La particularidad: sus 7 tantos fueron de local, con dos dobletes: en el 5-1 ante Olimpo y en el 2-2 con Sansinena.
Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected] y [email protected]
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Alejo Distaulo es el único integrante del plantel de Villa Mitre que disputó los 16 encuentros del presente torneo Federal A, que hoy tiene al tricolor noveno en el Grupo 1 y fuera de la zona de clasificación.
No solo eso: es el máximo artillero del equipo con 7 conquistas.
Un detalle más: todos los goles los convirtió de local, en El Fortín, convirtiéndose en el primer jugador del club villamitrense en conseguir tan curiosa y llamativa marca en competencias superiores a la Liga del Sur.
“Sí, sé que es raro que no haya marcado ninguno de visitante, pero bueno, ya se va a dar. En nuestro estadio hice dos en el arco que da a la estación de servicio (calle Maipú) y cinco en el otro (el que da a Godoy Cruz)”, describió, con seguridad y sin dudar en lo más mínimo, el volante o delantero con pasado en River Plate.
Cada vez que él llegó a la red, la “Villa” sumó: 5-1 a Olimpo (marcó dos), 2-2 con Sansinena (otro doblete), 2-0 a Camioneros, 2-1 a Estudiantes de San Luis y 3-3 con Huracán Las Heras.
“Nunca me pasó que todos mis goles sean en una misma cancha, es de locos, pero se dio así. Cuando vamos de visitante, soy de recorrer el campo de juego en la previa, de pisar las áreas, de imaginarme como sería la jugada y la definición para poder convertir. Lo pienso y te puedo jurar que busco el gol, pero no se da. Igualmente, al equipo le esta costando sumar fuera de Bahía”, relató el nacido hace 26 años en la ciudad tucumana de San Isidro de Lules.
“La única verdad es la realidad: de visitante no creamos tantas opciones de gol como lo hacemos de local, nos está costando poner un jugador mano a mano con el arquero. Afuera no ganamos en lo que va del certamen (2 empates y 6 derrotas en 9 presentaciones)”, sostuvo quien debutó en Primera a los 15 años, en el equipo de su pueblo: San Pablo de Lules.
Después pasó por Almirante Brown de Lules (2013-2014), Reserva de River (2014), Atlético Tucumán (2015), Estudiantes de San Luis (2016-2019), Deportivo Madryn (2019-2020), All Boys (2020-2021) y hoy en Villa Mitre.
--¿A qué se debe la irregular campaña de Villa Mitre, que en los últimos partidos tuvo “que correr de atrás” para no perder?
--Villa Mitre dejó la vara muy alta en la edición pasada, eso está claro. Se fueron jugadores que llevaban mucho tiempo en el club y para este torneo hubo que rearmar el plantel y buscar un equipo con características similares, y creo que eso fue lo que más costó.
“Tal vez no hayamos pisado fuerte en algunos partidos en casa y eso hoy nos hace estar fuera de la zona de clasificación. Por ahí escucho: `qué mal está Villa Mitre´, y es porque están mirando la tabla de posiciones. Es lógico y entendible, pero nosotros sabemos que tenemos equipo para más y que vamos a clasificar más arriba de lo que muchos creen”, indicó el 7 bravo.
“Todos nos quieren ganar porque saben que Villa Mitre es candidato. Nosotros estamos tranquilos, todavía falta una rueda y tenemos mucho para dar”, deslizó Héctor, su primer nombre, que si es por él lo borraría del DNI.
“La autocrítica nos lleva a comprender que para mejorar debemos ser más regulares, tenemos que impedir que el rival nos llegue tanto para bajar la cantidad de goles en contra, algo a lo que Villa Mitre no estaba acostumbrado. Y te digo porqué: en el torneo pasado recibió 8 tantos y ahora lleva 20 en 16 fechas; algo no está bien”, expresó con cierta preocupación.
Amante de las estadísticas, Distaulo refutó con datos cada opinión que dio, siempre con el optimismo de un goleador que no juega de 9 ni es punta definido.
“Hubo partidos donde no pateamos ni un córner, y el domingo, ante Huracán, tuvimos 15 a favor. Llegamos mucho y el arquero de ellos fue figura. Tranquilamente lo podríamos haber ganado, pero es cierto que debemos pulir ciertas cuestiones cuando perdemos la pelota y hay que retroceder para defender. Huracán nos atacó mucho y nos lastimó bastante. Por lo que dijeron, hacía varios años que Villa Mitre no recibía tres goles de local en un mismo cotejo”, expresó.
Para que Alejo guarde y archive: la última vez que al tricolor le metieron tres “pepas” en El Fortín fue el 4 de mayo de 2018, 0-3 frente a Deportivo Roca, por el Federal A. Pasaron 38 encuentros.
--Están a 11 unidades del líder de la Zona, Deportivo Madryn, ¿es una utopía pensar en el Nº 1?
--Todavía quedan 42 puntos en juego y puede suceder cualquier cosa. La tabla se comprimió bastante y ganando tres partidos seguidos te prendés arriba; la cuestión es como metemos 9 puntos en fila cuando nunca pudimos conseguir ni siquiera dos éxitos al hilo. Están empezando a aparecer los candidatos, Madryn se afianza cada vez más en el podio y hay tres o cuatro equipos que vienen marcando el rumbo.
“Vamos paso a paso. Primero tenemos que ingresar entre los 8 y después sí escalar sacando lo mejor de nosotros. Los de arriba se tienen que cruzar entre sí y ahí tenemos que aprovechar para acercarnos a los puestos de vanguardia. Te repito: ganas tres partidos seguidos y te acomodás, pero no es tan sencillo, sobre todo por los polémicos arbitrajes que venimos viendo domingo a domingo”.
--Los arbitrajes, todo un tema en este bendito Federal A.
--Hay ciertas canchas que parecen blindadas, donde el local no puede perder por nada del mundo y le terminan inventando algo. Aunque no me gusta hablar de los arbitrajes, de las sospechas que generan ciertas designaciones y de los penales inexistentes que, casi siempre, favorecen a los mismos equipos.
“Esta es una divisional exigente, con partidos duros y muy disputados, y la verdad, en algunos compromisos hemos tenido mala suerte. Ciertos encuentros parejos de visitante se destrabaron por errores nuestros o penales mal cobrados, como nos pasó en Chivilcoy. Entiendo que un referí se puede equivocar, aunque a veces no lográs interpretar lo que sancionan porque ni ellos mismos te lo saben explicar”.
“Ya está, lo dije porque surgió entre una pregunta y la otra, pero prefiero declarar siempre en contra de mi equipo, decir que los principales responsables de una victoria o una derrota somos nosotros, los futbolistas, los que entramos a la cancha”.
--Pero no te olvides que algunos fallos polémicos en contra de ustedes les está impidiendo tener algunos puntitos más.
--Ni hablar, partidos que se encaminaban al 0-0 terminaron 1-0 por un yerro arbitral. En lo que va del torneo, que recuerde, no nos dieron ni siquiera un penalcito, ni chiquito, ni en miniatura...
“No me hagas renegar... (risas). Hablando en serio, por jugadores, plantel, institución, empuje y sentido de pertenencia, Villa Mitre merece estar en la B Nacional. En el torneo pasado quedó a un pasito de subir, y es una obligación moral volver a intentarlo. La dirigencia nos dio las armas necesarias como poder luchar, y como grupo estamos dispuestos a dejar todo por el objetivo. Primero debemos entrar a zona de clasificación, y después ir por el 1”.
--Difícil ehhh
--Pero no imposible. Villa Mitre es muy grande para esta categoría y merece dar el salto. Más allá de la posición que ocupamos en la tabla, no nos sentimos menos que nadie; solo debemos seguir trabajando por el bien de todos los que son parte de este magnífico club.
La herencia: hasta acá llegó
En los distintos portales de internet, como también en su DNI, el hoy artillero villamitrense figura como Héctor Alejo Distaulo.
Enseguida se puso serio, como si se hubiese sentido ofendido...
“Si me preguntan el nombre completo, digo que tengo un solo nombre: Alejo. Los periodistas que no me conocen me suelen decir Héctor, porque en la planilla de juego figura mi primer nombre y el apellido. A veces, en alguna transmisión radial escucho Héctor y me da bastante rabia, pero no puedo hacer nada, no es culpa de ellos”, indicó el correcaminos del villero.
“Héctor viene por herencia: mi bisabuelo, mi abuelo, mi papá y yo nos llamamos así, pero es hora de cortar la dinastía”, comentó a regañadientes.
--¿Tenés hijos?
--Por ahora no, ni siquiera lo estamos buscando con mi señora (Justina), pero nos gustaría. Que llegue cuando Dios lo disponga. Si es varón, será Alejito, pero yo quiero una nena; tengo elegido el nombre y todo.
--¿Cuál?
--Willem.
--Esperá que lo busco en google: nombre de origen holandés mayormente utilizado en Alemania.
--Ahhh, ¡mirá!. Así se llama la novia de un amigo, me gustó la primera vez que lo escuché, no es común y por eso lo registré. Willem Diastaulo suena bien… Sí, bien tucumano…ja ja.
--Sacame de una duda: ¿volante o delantero?
--De chiquito siempre fui delantero, o media punta, incluso llegué a Primera jugando arriba. Aunque cuando me sumé a Atlético Tucumán, el año del ascenso (2015), Juan Manuel Azconzábal, el DT de aquel equipazo, me puso de volante por algo que todavía hoy me causa gracia pero sigo valorando.
“Me incorporé al Decano con algunos kilos de más, entonces el Vasco me pidió que me acostumbre al carril para hacer un mayor desgaste, recorrer más distancias y, de esa forma, poder bajar de peso. Me puse en forma y descubrí otras cualidades de mi juego, como poder aprovechar mi velocidad en mayor cantidad de metros y saber ganar espacios con y sin la pelota al pie”.
“Eso sí, tuve que adquirir el timing de bajar a marcar, de ir de un área a otra, de perseguir a un rival, pero el objetivo que me encomendó el entrenador, que era quemar grasas y adelgazar, lo cumplí...(risas)”.
“Puedo jugar por derecha o por izquierda, el perfil me es indistinto. Me considero un volante extremo, aunque también puedo llegar a rendir como media punta o delantero tirado atrás. Me vendí bien, ¿no?”
--Excelente.
--Contra Huracán, el domingo pasado, jugué de volante por izquierda, aunque Carlos (Mungo, actual orientador tricolor) me venía ubicando de media punta, bien cerca de Falucho Herrera, el atacante más adelantado nuestro. Por más que me tire por el medio o por las bandas, el DT me pide que llegue con ritmo sostenido al área contraria.
“No tengo una posición fija y cumplo con lo que me pide el entrenador, siempre teniendo en cuenta las necesidades del equipo o la estrategia para un determinado partido. Por instinto soy de llegar a posición de gol, pero el gol debe ser una variante siempre presente y no una obsesión”.
--Con Olimpo, en el clásico que ganaron por goleada, jugaste bien de punta.
--Si, junto a Falucho Herrera, porque el otro Herrera (Maxi), quien venía siendo el delantero de área, se había contagiado de COVID. Mungo me pidió que juegue ahí, me dijo que íbamos a probar, pero en ese partido me salió todo bien y pude embocar las pocas situaciones de gol que se me presentaron.
“Carlos no sabía que yo conocía esa posición, que ya había jugado varios partidos como atacante, se lo comuniqué después...(risas). Ahora soy una especie de comodín en zona ofensiva”.
Alejo debutó en Primera a los 15 años, en la Liga local tucumana, para San Pablo de Lules, el equipo de su pueblo, que representa a la ciudad cabecera del distrito: San Isidro de Lules.
En 2013 se coronó campeón, fue el goleador de la temporada y su equipo ascendió al torneo del Interior.
En 2014 fue el máximo artillero para que Almirante Brown de Lules, el clásico adversario de San Pablo, consiga subir al Federal B, y su buen momento futbolístico le posibilitó arribar a River, donde firmó su primer y único contrato profesional por dos años y medio.
Hay más: en 2015, a préstamo en Atlético Tucumán, fue campeón de la B Nacional y formó parte del plantel (aunque no sumó minutos en cancha) que ascendió a Primera división.
En 2019, actuando para Estudiantes de San Luis, integró el once ideal de la Copa Argentina.
--¿Entendí bien: dejaste a tu equipo para ir a defender la camiseta del clásico rival?
--Ja,ja... Sí, pero es un clásico tranquilo, no traicioné a nadie. Te digo más: acepté ir a Brown con la condición de no enfrentar a San Pablo, donde me formé como jugador y como persona.
--¿Qué te faltó para llegar a la Primera de River?
--No sé. Al arribar a River me encontré con un mundo nuevo, sorprendente, y tal vez mi tiempo de adaptación fue más lento o distinto a otros jugadores que llegaron antes que yo. Jugué mucho en Reserva y entrené casi todo el año con el plantel profesional que tenía y tiene a Marcelo Gallardo como DT.
--¡Qué lujo!
--Fue el año que River ganó todo de la mano de Gallardo. Tuve un montón de charlas mano a mano y sus consejos me sirvieron para crecer y proyectarme, sin importar lo que me podía llegar a deparar el destino futbolístico. Cuando hacíamos fútbol, siempre me recalcaba lo mismo: “Alejo, pases firmes y controles orientados”. Además me decía que tenía que entrenar al cien por ciento y que no debía renegar del lugar donde estaba, porque era un elegido entre miles que querían estar ahí.
“Me pedía máxima concentración a la hora de estar vestido de jugador, que tenga confianza en mí mismo y sentido de pertenencia. Por algo el Muñeco está donde está y logró todo lo que logró”.
“En River aprendí muchísimo, maduré como futbolista y entendí lo que era ser profesional. El hecho de cuidarme en las comidas, de ser tratado por profesionales de la salud, de tener un psicólogo marcándome los pasos, todo eso fue lo que me hizo llegar hasta acá. Y gracias a Dios sigo ligado a este deporte y disfrutando de la vida, que debe ser paralela al fútbol y no que dependa, pura y exclusivamente, del fútbol”.
--Muy cierto.
--River me marcó para siempre, más en lo humano que en lo profesional, y estoy agradecido a todo lo que me dio. El club, su gente, haber pasado por el nutricionista, el psicólogo deportivo, el fisioterapeuta, fue una enseñanza gigante....
“Por ahí en otros clubes la chance de llegar a Primera llega más rápido y en River morís en el intento, algo que suele suceder. Entonces el jugador, sobre todo el que es del interior y está lejos de su casa, se hace la cabeza y la empieza a pasar mal, porque extraña o porque ve que esa oportunidad no está tan clara como él pretende que esté. En ese momento surgen las ayudas de los profesionales, los que te inculcan que en River, como en la vida misma, tenés que estar siempre preparado, para el éxito o para el fracaso”.
“El mundo en esos clubes es así: te preparan física, futbolística y mentalmente para la alta competencia, para estar al mejor nivel en el caso que te toque llegar a Primera”.
“Hoy te das cuenta que son cada más chicos los jugadores que emigran al exterior, porque a corta edad te empiezan a preparar para vivir del fútbol, a que tengas un pensamiento superador para que te puedas realizar personal y deportivamente”.
“Gallardo, si tenía que poner a un chico del club en lugar de Ponzio, lo hacía, y eso ayudaba a que los pibes crezcan y se desarrollen sin presiones ni prejuicios en el ámbito con el que siempre soñaron. No quemaba las etapas de los juveniles, les hacía ver la realidad antes de lo previsto para que tengan un tiempo más prolongado para madurar y trascender. El Muñeco miraba mucho hacia las inferiores y no se casaba con nadie, eso te lo puedo asegurar”.
La moto y la bici, prohibidas
A los 26 años, Distaulo se ilusiona con dar el salto de calidad, sabe que condiciones y aptitudes le sobran.
“Siempre quiero crecer, pero en este momento estoy pensando en ascender con Villa Mitre, un club que me brindó todo y donde me siento súper cómodo. No sé que sucederá en diciembre, cuando venza mi contrato, pero no me quiero desenfocar de la misión que tiene este plantel y el grupo que se armó”, subrayó.
“Si tenés la cabeza en otro lado, no rendís dentro de la cancha, está más que claro. La única manera de progresar, de dar un salto de calidad, es teniendo un buen año o haciendo un gran torneo, y para eso tengo que estar metido y comprometido con lo que es Villa Mitre hoy”.
“Confío en lo que puedo dar. Cualquier jugador que arranca en infantiles, sueña con llegar a Primera, y esa ilusión la vengo alimentando desde que empecé a caminar con una pelota en los pies. Trabajo para ser cada día mejor, después Dios dirá”.
--Antes de llegar a la “Villa” estuviste en All Boys, pero apenas jugaste cuatro partidos en seis meses, ¿qué fue lo que pasó?
--Fue el torneo de transición después de la pandemia, en el que no pudimos clasificar. En el momento que analizaba la posibilidad de seguir o irme, me llamó Carlos Mungo y no dudé, porque era Villa Mitre, un club serio y ordenado, del que había escuchado las mejores referencias. Cuando llegué comprobé que no era casualidad que siempre se encuentre peleando arriba y que temporada tras temporada sea protagonista en la categoría.
“A Villa Mitre lo hace grande su gente, su historia y su dirigentes. Tiene un predio hermoso, de primer nivel, emplazado en una ciudad que sigue creciendo”.
--Perdón, ¿cuando decís ciudad, te referís a Villa Mitre o a Bahía Blanca?
--Ja,ja... “Villa Mitre la ciudad”, un slogan que ya vi en varios lugares. Acá dicen que de la vía para arriba es otra ciudad, y no tengo dudas de que es así.
El 7 de agosto de 2020, Alejo sufrió un accidente al chocar su moto con otra que venía de frente, que invadió su carril después de sobrepasar a un auto, en la entrada de su pueblo, San Pablo de Lules.
--¿Qué consecuencias físicas te quedaron después de haber estado internado casi 15 días y de soportar un mes de rehabilitación?
--Además de la fractura de la clavícula y la mandíbula, algunas cicatrices y muchas enseñanzas. Siempre digo que nací de nuevo, porque después de semejante golpazo, la puedo contar. Pude volver a jugar al fútbol, y es algo de lo mucho que vivo agradeciendo.
“Hoy valoro las pequeñas situaciones que antes pasaba por alto o ni siquiera registraba. Podría haber perdido la vida en un segundo, en una maniobra, en una boludez, porque fue una boludez subirme a una moto siendo jugador profesional, asumiendo un riesgo que sabía que no tenía que haber asumido. Mientras estaba internado me preguntaba: ‘¿qué hice?, si antes estaba tan bien y culpa mía me encuentro tan mal´ Me costó, pero salí adelante”.
--Enseñanzas de la vida.
--El 8 de agosto estaba en una cama, inmovilizado, con dolores en todo el cuerpo, y mi novia, la que hoy es mi esposa, me agarraba la mano y lloraba sin parar. En ese instante hice un click, empecé a volorar a quien tenía a mi lado; una mujer de fierro, que pasaba días enteros sin dormir, cuidándome y sin dejarme un segundo solo”.
--¿Fue cuando le propusiste matrimonio?
--Ja,ja, fue un tiempo después. Ella me hizo valorar un mundo que no conocía, a reconocer a los que están en las malas. En el deporte pasa algo parecido: cuando le metí los goles a Olimpo, aparecieron un montón de amigos del campeón que me felicitaron y me abrazaron a la distancia vía mensajes de WhatsApp, pero nunca supieron, y no se quisieron enterar porque jamás preguntaron, que estuve al borde de la muerte.
“En ese momento vivía solo, por eso le pedí a mi novia de irnos a alquilar juntos, porque sentía y siento que es la mujer con la que quiero compartir la vida entera”.
--Me dejaste sin palabras.
--Lo que me pasó a mi le puede pasar a cualquiera, pero somos hijos del rigor y nos damos cuenta de lo que sufre el otro cuando nos toca sufrir a nosotros. Hay que pensar en el que está a tu lado, en amar al prójimo, en valorar cada minuto de tu vida, en agradecerle a Dios....
“Después del accidente, tomé como costumbre decirle te amo a mi mamá biológica (Melina) y a mi segunda mamá, mi abuela Catalina, ya fallecida. Por algo Dios actúa”.
“Mirá, me accidenté y me quedé con mi abuela 30 días más de lo debido, recuperándome de las fracturas y tratando de recuperar los movimientos normales del cuerpo. Al mes me fui a Buenos Aires, y cuando regresé a Tucumán, al poco tiempo, mi abuela había fallecido. Fue la voluntad de Dios la que nos permitió estar juntos antes de su despedida al cielo. Creer o reventar. Es cuestión de fe”.
“El accidente tuvo consecuencias legales, por supuesto, pero de eso no quiero hablar porque me trae recuerdos muy ingratos. Me equivoqué al subirme a una moto y estoy totalmente arrepentido. Es el día de hoy que no te toco ni una bicicleta, por las dudas…”.
¿Y fuera del fútbol qué?
“Mi otra abuela (Anita Molina) es mecánica dental, carrera que yo había empezado y que pude hacer solo medio año (son tres) antes de irme a River. En ese lapso aprendí más de lo normal y me gustaría retomarla. Mi idea, además de seguir con el legado de mi abuela, es tener un oficio y un trabajo para toda la vida”, contó Alejo.
“Cuando me retire voy a ir de lleno por esa carrera, me gusta. El desafío es conseguir el título, más allá de que aprendí mucho mirando y ayudando”.
--¿Algún otro proyecto?
--Cuando cuelgue los botines voy a ayudar a mi señora, que es pastelera y tiene un emprendimiento propio acá en Bahía. Es un proyecto con rápida salida laboral, así que le estoy presentando mucha atención, a tal punto que ya sé decorar tortas y hornear pirotines.
--Uhhh, tus compañeros, ¿no te piden que lleves algo para el mate?
--Todo el tiempo, pero nadie pone para comprar, ni siquiera hacen una vaquita. Ya saben, si no hay plata no hay mercadería… No existe más el “Dios te lo pague”.
Va por más
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Goles. Lleva Distaulo en Villa Mitre, convirtiéndose en el máximo artillero del equipo en el actual torneo Federal A. Eso sí, los anotó todos en Bahía, donde el tricolor cumplió 8 fechas de las 16 que se llevan disputadas.