“Este pibe es un crack”, dicen en Olimpo sobre Sebastián Fernández
¿Será verdad? El volante central de 20 años que tiene enamorado al mundo aurinegro derrocha calidad y le sobra temperamento. El domingo que pasó debutó en el torneo Federal A.
Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]
“Ese pibe es un crack”.
No lo escuché una sola vez, fueron varias. En el mundo Olimpo hablan maravillas del volante central de 20 años que el domingo pasado debutó con los colores aurinegros en el torneo Federal A.
Aunque el que ya lo conocía o el que lo vio jugar en las infantiles o en las menores del club lo viene alabando desde hace un tiempo largo, por su personalidad, por su forma de ser y porque es un 5 bien clásico, con quite, buen primer pase y un temperamento sanguíneo muy marcado, bien de barrio, a veces incontrolable pero casi siempre necesario.
Es una más que aceptable presentación para la primera nota de Tobías Sebastián Fernández en La Nueva. Se sumó a Olimpo a los 9 años, pasó por todas las categorías y acaba de tener su bautismo de fuego en el plantel profesional, jugando apenas 4 minutos (uno más los 3 que hubo de alargue) frente a Ferro de General Pico, hace seis días en el estadio Roberto Carminatti.
Cualquiera podría afirmar que fue muy poco el tiempo en cancha, pero para “Seba” fue cumplir el sueño que venía persiguiendo desde el 2018, cuando Marcelo Broggi, en ese entonces a cargo del conjunto olimpiense en la B Nacional, lo subió a entrenar con el grupo de profesionales, más allá de no haberle dado nunca la posibilidad de, al menos, poder concentrar.
“Sentía cerca la posibilidad del debut porque en el partido anterior, frente a Círculo Deportivo (de Nicanor Otamendi), había estado en el banco de suplentes. En la semana previa al choque con Ferro metí buenas prácticas y los Profes (Marcos Galeano y Maxi Laffite) me decían que me veían bien, que le siga metiendo y que no baje la intensidad porque en cualquier momento me iba a llegar la chance de sumar minutos en cancha”, reconoció el mediocampista bahiense.
—Alguien me comentó que en Otamendi, cuando te enteraste que ibas a firmar planilla, los nervios y la ansiedad te hicieron perder el habla, que a tus compañeros no les dirigiste más la palabra. No debe ser cierto...
—Ja,ja... No fue tan así. Me concentré en el partido y tenía muchas ganas de ingresar. Mientras entraba en calor miraba para el banco para ver si me llamaban; estaba con la adrenalina al máximo nivel. Sí te puedo asegurar que un montón de sensaciones pasaron por mi cuerpo y no me di ni cuenta. Observaba a mis compañeros dentro de la cancha y me imaginaba que podía llegar a hacer si me tocaba entrar.
—Sin embargo el debut llegó a la fecha siguiente.
—La semana fue prácticamente normal. Me pusieron en la lista de convocados pero nadie del cuerpo técnico me dijo nada. Igualmente sentía que había una energía especial, que podía llegar a tener minutos porque notaba que estaba siempre en la consideración del entrenador (Carlos Mayor).
“Además de que están permitidas más modificaciones (cambios de jugadores), el equipo iba ganando y por eso imaginaba que podía llegar a entrar. El llamado de Patrulla (Jorge Jiménez) no me sorprendió, pero la sangre se me heló igual”.
—¿Cuáles fueron las palabras de Mayor en la línea de cal, o de los nervios no te acordás?
—Me voy a acordar toda la vida lo que me pidió: que disfrute, que aproveche los minutos y que le haga caso al Turco (Ezequiel Ham). Me dijo que me pare a la derecha de él, que colabore con la marca y que no me desespere en ir para adelante porque estábamos bien. Me marcó cual era el espacio a cubrir y que valore la oportunidad que estaba teniendo porque me la había ganado.
Sebastián, que el 4 de septiembre cumplirá la mayoría de edad y firmará su primer contrato profesional con la entidad olimpiense, tocó una pelota y recibió una tarjeta amarilla en su escaso tiempo en el césped del Carminatti.
“En realidad toqué dos, una que le di larga al `Mono´ Silva y otra que tiré lejos y a cualquier parte cuando el árbitro había cobrado una falta y yo me iba solo mano a mano con uno de los defensores. En ese momento me amonestó, aunque fue una tarjeta que nadie exigió y que el referí podría haber evitado. Me la sacó porque yo recién entraba y el partido ya terminaba. Hizo la más fácil”, se quejó el “Pipa”.
A veces se pasa de “rosca”
De sus cualidades no hay dudas: tiene temperamento, personalidad y no se deja llevar por delante.
Sus otras características las definió él mismo: “soy un volante central aguerrido, me gusta ir al choque y me sé posicionar para quitar y distribuir juego, lo que me termina convirtiendo en un volante mixto no tan posicional”.
—Dijiste temperamento: 24 cotejos en la Liga del Sur y 3 expulsiones. Evidentemente más de una vez te pasaste de revoluciones.
—Ni hablar, aunque recibí muchas tarjetas por irme de boca. Me acuerdo de una roja muy injusta, ante Rosario en Punta Alta (9 de noviembre de 2018, fecha 15 del torneo Clausura). El árbitro era Fernando Márquez, quien me expulsó a los 50 minutos del segundo tiempo después de ir a disputar una pelota dividida y chocar con un rival que no me acuerdo quien era.
“Fue una acción común y corriente de partido, un encontronazo fuerte, pero como ellos estaban con un jugador menos, Márquez compensó. Por esa roja directa estuve dos fechas sin jugar”.
El 7 de julio de 2019, en un 0-4 frente a Sporting por la semifinal (cotejo de vuelta) del Apertura, la “joyita” olimpiense sufrió la fractura del tobillo derecho y permaneció casi cuatro meses fuera de las canchas.
“Siempre estuve tranquilo, jamás pensé en pavadas y por eso se me pasó rápido. Por suerte no me quedaron secuelas de esa lesión, aunque fue grave y los primeros dias sufrí muchísimo”, contó.
Sigamos...
El 19 de abril de ese 2019 que no terminó como él pretendía, marcó su único gol en el certamen local de Primera división.
“A Rosario en el Carminatti. Ganamos 3-1 (Ndr: convirtió el segundo) y fue un golazo. En una presión alta, fui al choque con Achigar (Nicolás), le robé el balón, encaré hacia al área, amagué a darle la pelota a Ivo Di Buo y le enganché a dos defensores para adentro; al quedar mano a mano con el arquero la piqué de un ángulo cerrado. Me puse un poco nervioso para definir...(risas).
Sebastián, que pide que lo llamemos así, con ese único nombre, debutó en Olimpo el 18 de septiembre de 2018: derrota 1-2 frente a San Francisco.
“El técnico era Plácido Sangronis, aunque no recuerdo nada de ese partido, ja, ja”, señaló uno de los cuatro hijos de Graciela Ríos y Jorge Fernández.
En el actual torneo Federal A, Olimpo perdió el primer partido, empató el segundo y ganó el tercero. No caben dudas que el equipo va de menor a “Mayor”.
“Es buena, ehhh... Estamos para mucho más; la idea es pelear el campeonato y ascender. Tenemos con qué, porque en el plantel hay jugadores de categoría, con experiencia y de buen pie. Más allá de la importancia de los nombres, tanto ellos como nosotros, los pibes que somos del club, queremos lo mismo. Siempre aclaran que `los objetivos los debemos perseguir entre todos´. Me siento parte de un proyecto ambicioso”.
—Debe ser un lujo jugar al lado de Silva y Ham...
—Uhhh… No sabés. Silva las pide todas y el Turco te da mucha seguridad.
—¿Cuál es tu meta en un futuro no muy lejano?
—Pienso en sumar minutos y en jugar la mayor cantidad de partidos. Después, si surge la chance de ir a un club o a una categoría superior, la evaluaré, pero tiempo al tiempo. Soy hincha de Olimpo y siempre voy a querer lo mejor para mi y para la institución. Olimpo es la mejor vidriera de Bahía.
—Como jugador profesional, ¿qué es lo que tenés que corregir?
—El cuerpo técnico está muy conforme con mi rendimiento, aunque todos los días me hablan sobre el control de mi carácter. Me dicen que, tarde o temprano, ese temperamento y mi forma de ser me pueden jugar en contra.
“Juego en un puesto donde estoy expuesto constantemente y en esta categoría, dejar a tu equipo con un jugador menos, es dar mucha ventaja. Debo controlar mis impulsos, sé que cuando más tranquilo esté más voy a rendir”.
—No hace mucho, un DT, que no te voy a decir quien es, me confió: “si logra controlar el temperamento puede llegar a jugar una o dos categoría más arriba que un Federal A”.
—¡Qué halago! Es un mimo al alma, pero una cagadita a pedo a la vez... (risas). Es lo que ven de mi, pero estoy en crecimiento, mejorando día a día. Otro tema a corregir es el trato con los árbitros, debo entender que no les puedo protestar a cada rato, que no siempre soy el dueño de la razón.
“Por ahí les tengo que hablar con más respeto, para que no me tomen de punto y sea todo más complicado para mi. Trataré de llevarme mejor con los hombres de negro... (risas)”.
—De los técnicos que tuviste, ¿quién te marcó?
—Todo me dejaron algo, pero las mayores enseñanzas son las de mis compañeros, los que día a día están al lado mío. Marcelo Broggi fue uno de los que más machacó sobre mis estados de ánimo, el que intentó que yo logre un control mental. Además me enseñó ciertos secretos del fútbol que me van a servir para siempre.
El “jardinero” Fernández
Mientras daba vuelta para un lado y para el otro la camiseta con la que hizo la producción fotográfica, “Seba” confesó: “tengo que terminar el secundario, me faltan quinto y sexto año”.
—¿En dónde?
—En la EEM 3 (Vieytes y Bravard), aunque ahora me enteré que puedo cursar y rendir por internet, gracias al curso on line que ofrece Futbolistas Argentinos Agremiados para los jugadores de las distintas categorías del país.
“Me cuesta sentarme a estudiar, concentrarme para leer un libro o los apuntes. No soy amante de la escuela, pero voy a terminar el secundario para la alegría de mi mamá”, admitió.
—¿Es cierto que, en los ratos libres, te vestís de “jardinero”?
—Ja,ja... Cuando puedo le cortó el pasto a los vecinos y junto algún manguito para mi. Y si no me subo al camión con mi papá y salimos a vender soda y agua envasada. Son algunas changuitas que me sirven. Por más que esté en Olimpo y sea jugador profesional, seguiré ayudando a la gente; nunca me voy a olvidar quien soy y de donde salí.
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Presencias. Son las de "Seba" con Olimpo en la Liga del Sur. Marcó un gol y lo expulsaron en 3 ocasiones. Debutó en la Primera local el 18 de septiembre de 2018.