Gary Lauretta apela al ingenio para acortar el camino con las potencias del Turismo Nacional
El preparador bahiense realiza tareas en el Chevrolet Cruze del pampeano Matías Menvielle, de gran actuación parcial en la primera fecha disputada en Bahía Blanca.
Por Tomás Arribas / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)
Junto al equipo de competición del piloto pampeano Matías Menvielle, el experimentado preparador bahiense Gary Lauretta (52) protagonizó un cuento de hadas en la apertura de temporada del Turismo Nacional.
Con lo mínimo e indispensable para poder acelerar, tanto en recursos económicos como humanos, la modesta estructura se alistó en el Ezequiel Crisol de nuestra ciudad y le hizo frente, una vez más, a la poderosa y competitiva Clase 3.
Todo transcurría de mil maravillas, mucho mejor de lo imaginado. Pero la realidad, lamentablemente, no tardó en golpear la puerta. Según el propio Gary, como aquel hechizo que a las 00 queda sin efecto...
"Es como les decía en broma a Rubén (Menvielle) y los chicos del equipo; después de las primeras vueltas de la final, y hasta que abandonó, el carruaje volvió a ser una calabaza (risas). Es muy difícil hacerlo de esta forma. No sé si es alentador tratar de remar tanto contra la corriente", sostiene Lauretta, constructor del Chevrolet Cruze que conduce Mati en la divisional mayor.
Detrás del lamento por el infortunio mecánico y las complicaciones lógicas de una disciplina tan exigente, el equipo podrá inflar el pecho y reconocer los pequeños saltos de calidad logrados en la cita bahiense.
Y ello es irrefutable a través de la estadística. El Cruze del pampeano clasificó 9º y arribó 3º en la segunda serie, situándose, hasta entonces, entre los seis vehículos más veloces del fin de semana.
"Se dio un salto de calidad. Y eso me parece que tiene que ver con un ordenamiento general. El auto prácticamente no presenta cambios en relación al año pasado, solo unos retoques muy finitos de puesta a punto y sobre cómo aprovechar mejor el neumático. En definitiva, esas cosas fueron las que allanaron el camino para tener un buen funcionamiento el fin de semana y grandes buenos parciales", destaca Lauretta.
"Exactamente un año atrás--agregó--, tuvimos la desgracia de romper el motor en el primer entrenamiento, después de dar cuatro vueltas con un auto totalmente nuevo. Logramos recién armar el otro impulsor para la serie, por lo que fue una carrera que no sirvió para probar prácticamente nada. Y corriendo desde atrás no hay parámetros de prueba posible tampoco".
--¿De involucrarte tiempo completo sería más fácil?
--Seguramente. Me gustaría, pero es muy difícil. Nosotros, con los chicos de mi taller, estamos enfocados en otras categorías, por lo que el TN no lo podemos afrontar como para tener alguna pretención mayor. No obstante eso, cada vez que se corre acá en Bahía o cerca, como en Viedma o Toay, siempre los acompañamos. Previamente, la familia pasa por el taller con el auto y le hacemos una buena puesta a punto inicial, como para poder encarar bien el fin de semana.
"El TN está en un nivel tan fino que, trabajando al milímetro, podés mejorar unas pocas décimas que, a la postre, te llevan a un gran resultado. Tenemos los pies sobre la tierra y no creemos que somos mejores por haber superado lo del año pasado. Los saltitos que podemos dar son cosas intermedias", aclaró.
--Con esa forma de trabajo, sin que les sobre nada, ¿se puede desarrollar aún más?
--Observando el detalle, prestando mucha atención a las cuestiones técnicas y sacando mínimas conclusiones en base a todo eso, sí. Cuando uno maneja pocos recursos, esas cosas son las que te permiten avanzar pasitos y progresar. Pero, obviamente, también se necesita cierta continuidad. Dentro de lo que podemos, seguro se logrará una participación decorosa. Faltaría ordenar un poco el equipo y algunas cuestiones más. Pero se va logrando cuando avanzan las carreras.
Sin respiro
Tras un ciclo de parálisis total, el taller de Lauretta reactivó sus tareas y volvió a los autódromos en el amanecer del 2021.
En horabuena, Gary y sus muchachos, de aquí en más, deberán atender una agitada agenda deportiva con el foco dividido en varias categorías.
"Este fin de semana estamos en Trelew, abocados a los autos que preparamos para el TC Austral, muy similar al del Sudoeste de nuestra Federación. Y a la vuelta, tenemos que pensar en el Supercar Pampeano y trabajar en los autos de Christian Valencia que correrán el próximo fin de semana en Toay. Así que estos días me acompañan algunos de los chicos, mientras que los demás están en Bahía acondicionando esas máquinas", detalló Lauretta.
"Este año, sin contar el TN de Mati (Menvielle), hacemos el Supercar y esta categoría del Sur. En 2019 llegamos a involucrarnos en el Turismo Regional y también en el TC del Sudoeste, dado que nuestro fuerte son los 6 cilindros. Pero tener tanto hace que uno no pueda atenderlos de la forma que merecen. Por eso decido solo involucrarme en dos categorías y no desatender a nadie", resaltó.
--¿Hay algún proyecto para encarar algo más?
--No, así estamos bien. Tratamos de no abarcar mucho para no colapsar y poder hacer los trabajos al 100%. Sí hacemos algunas cosas puntuales o por pedidos, pero no queremos ir más allá de nuestras posibilidades. Como única novedad, estamos por armar un Fiat Uno Pista, que veremos si lo alquilamos o qué.
Tuvo su mérito
Podría decirse que parte de su ingenio se vio reflejado el pasado domingo en la victoria del bahiense Sebastián Pérez, en la final de la Clase 2 del Turismo Nacional.
Para dicha ocasión, el Chevrolet Onix Nº8 presentó una innovación en la suspensión trasera, ideada en conjunto con la familia Pérez y concebida por el propio Gary a fin de 2020.
"El eje rígido era una idea que venía gestando Ruben (Pérez, papá de Seba) hacía un tiempito. Analizamos el reglamento particular del Onix y lo hicimos, con los portamasas, ejes y frenos del eje de microgiro. Aparentemente funcionó muy bien", contó.
"No lo creíamos apto para Bahía, porque, según nuestra visión, las características de curvas y del circuito eran más propicias para el microgiro (NdR: las ruedas traseras se acomodan de acuerdo al ángulo de la curva), por el apoyo trasero que podía dar especialmente en la horquilla y la primera curva. Pero funcionó muy bien. Habría que analizar un poco más en profundidad sus bondades", cerró.