Bahía Blanca | Lunes, 05 de junio

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Paola, contra la discriminación: "Si te encontrás con piedras, ¿qué ganas te dan de salir adelante?"

Tiene obesidad mórbida, se está realizando estudios para arrancar un tratamiento y en el camino se topó con muchas dificultades. Pudo resolverlas gracias a la gente que vio su video, pero siente que queda mucho por hacer por quienes están en una situación similar.

   La referente social Paola Vergara, encargada del comedor "Corazones Solidarios" de Villa Nocito, publicó en los últimos días un video en el que habla sobre la discriminación que sufre por su obesidad.

   En la grabación compartida en sus redes sociales, contó que está por iniciar nuevamente un tratamiento para mejorar su salud y "no quiero volver a fracasar". La vez anterior encontró muchas piedras en el camino, como malos tratos y dificultades para acceder a un turno médico, por lo que terminó dejando el tratamiento. Esta vez, prefirió pedir ayuda para ella y otras tantas personas que sufren la misma problemática.

   Si bien luego de la publicación, mucha gente se contactó con ella y pudo conseguir la información para realizarse los estudios que necesita —no sabía dónde hacérselos porque los lugares a los que había llamado no tenían aparatos que se adaptaran a su peso—, su testimonio sirve para concientizar y animar a otras personas a abrirse:

   Tengo 37 años y desde bebé sufro una enfermedad llamada obesidad y en este momento lo que padezco es una obesidad mórbida. En algún momento había arrancado a full haciéndome los tratamientos y fallé una vez porque me tocó atenderme en lo que es la salud pública, donde rescato que hay excelentes profesionales, pero también hay muchos que no tienen servicio de vocación. Por ende, abandoné.

   Hoy nuevamente puedo volver a arrancar, gracias a Dios. Estoy poniendo lo mejor de mí y de a poquito estoy bajando de peso. La nutricionista de la clínica, a la que estoy agradecida y no voy a nombrar porque me pidieron que no la nombre, me atiende cada 15 días y estoy cambiando mis hábitos alimenticios. Estoy contenta de estar haciendo todo este esfuerzo, empezando a caminar, muy agradecida a mis amigas que me apoyan y me acompañan día a día. Pero también me encuentro triste por estar pasando por esta situación, y creyendo que no soy la única obesa que hay en Bahía Blanca...

   Peso 203 kilos y creo que hay gente que pesa un poco más. Si yo estoy pasando por esto, no me quiero imaginar otras personas que también tienen ganas de hacer un cambio. Le pedí a los doctores de la clínica que no me hagan atender en la salud pública, que me den permiso de ir consiguiendo los estudios e ir consiguiendo el dinero para pagarlos y así tenerlos lo antes posible, en lugar de tener que estar dependiendo de un turno eterno y de que encima me hablen mal, me traten mal, porque eso me pasó, por eso fracasé la primera vez.

   Nunca me voy a olvidar cuando un neumonólogo del Hospital Municipal me habló muy mal y me dijo que urgencias para él no existían: 'No tengo turno hasta febrero o marzo del año que viene'. O sea, tenía que esperar hasta el otro año. Salí de ahí, rompí todos los papeles y volví a mi casa a comer, porque se ve que eso es más fácil que pensar en la salud.

   Por eso pedí que me manden a hacer los estudios al ámbito privado. ¿Con qué me encuentro ahora? Mi mejor amiga me saca turno para una ecografía abdominal, le dan turno para el 25 y después se lo cancelan diciendo que no tienen las máquinas especiales para hacerme el estudio y que incluso un aparato que va en la muñeca corría el riesgo de que se rompa por mi obesidad, entonces no me lo podían hacer [...] También necesito un cardiólogo porque de los que llamamos ninguno se arriesga porque no tienen preparadas las maquinarias para una persona obesa como yo.

   No pido nada regalado ni que nadie se ponga en gastos por mí, solamente que me informen y que la gente abra por favor la cabeza. Yo estoy tratando de salir adelante con la ayuda de toda la gente que está conmigo, pero aquella persona obsesa que está en su casa, sola, que no tiene los medios para hacer ni siquiera un video en vivo pidiendo ayuda, que no tiene la esperanza... Porque uno puede arrancar con toda la esperanza, como yo, pero te encontrás con piedras, ¿qué ganas te dan de salir adelante? Eso me pregunto. Después muchas cosas más: como ir a un hospital y no tener un banco donde sentarte... y me vuelvo a preguntar: ¿Soy la única persona obsesa en Bahía Blanca?

Yo no voy a un lugar para que me hablen o me traten mal. Puedo tener muchos defectos, pero educación ante todo. Y ser profesional no significa tener que tratar mal a una persona porque es gorda, me parece que no son así las cosas. Solo quiero pedir ayuda, necesito cambiar mi vida. Pido que me atiendan pesando lo que peso, nada más, yo voy a pagar. No puedo perder un año más y volver a fracasar por lo mismo: la vez pasada no pedí ayuda, esta vez sí porque la necesito, no puedo seguir engordando y dejar mi vida de lado. Tengo muchos proyectos y en una silla no los puedo hacer.

 

   Este relato, en el que Paola se quebró en varias oportunidades, logró que pudiera conseguir los turnos que necesitaba, excepto los análisis de vitamina K dado que todos los laboratorios a los que llamó le dijeron que en Bahía no se hacen. Pero ella siente que el problema no termina acá y que se necesita de una ciudad verdaderamente inclusiva. 

   "Mucha gente me ha escrito no solo para ayudarme, también para contarme su historia. Algunas personas me dijeron que no salen de su casa por vergüenza y porque se cansaron de pedir ayuda... Hay mucha maldad y mucha gente no está preparada para eso, para que te miren como sapo de otro pozo. Pero también hay muchas maneras de hacer inclusión", aseguró Paola en diálogo con La Nueva.

   En las últimas horas, la referente social volvió a grabar un video para mostrar su agradecimiento y pedir que "esto sirva para que se empiece a cambiar la mentalidad y se vea la cruel realidad que pasamos los obesos, las personas con una discapacidad. Hay muchas cosas por cambiar: a veces no es una cuestión monetaria, por ejemplo, una parte de los chicos que están privados de su libertad hace carpintería y el intendente podría hacer un convenio y darles la materia prima para que ellos puedan hacer banquetas o bancos para el hospital".

   "Esto tiene que ser un trabajo en equipo: no hablar y que el resto haga; todos podemos poner predisposición para hacer y cambiar las cosas en Bahía Blanca [...]  A veces no se necesita mucho dinero para cambiarle la vida al otro, se necesita tener amor y pensar en el otro", aseguró Paola, quien aprovechó para solicitar que arreglen las pistas de salud de barrios como Vista Alegre, donde los aparatos "están bastante deteriorados".