Desembarca el grupo Bragranik, ¿será el resurgir de Ferro?
Una vez cerrado el acuerdo se definirá la situación del actual cuerpo técnico que encabeza Jorge Cordon y la posible llegada de un nuevo entrenador aportado por el grupo empresarial. La idea es aportar futbolistas e impulsar el regreso a primera.
El plantel de Ferro Carril Oeste retomó hoy a los entrenamientos con vistas a la próxima temporada de la Primera Nacional, mientras se espera que en las próximas horas quede oficializada la llegada del grupo empresario de Cristian Bragarnik al fútbol profesional del club de Caballito.
Luego de recibir los resultados del hisopado general (todos los testeos PCR fueron negativos, según se informó desde el club), el plantel de Ferro regresó esta mañana a las prácticas en el estadio Ricardo Etcheverry.
Por otra parte, la Comisión Directiva del club aprobó ayer la continuación de las negociaciones con el grupo empresario de Bragarnik y Uriel Perez para la concreción de un "acuerdo de colaboracion" para el fútbol profesional.
Una vez cerrado el acuerdo se definirá la situación del actual cuerpo técnico que encabeza Jorge Cordon y la posible llegada de un nuevo entrenador aportado por el grupo empresarial.
En tanto, el arquero Marcos Ledesma, de Defensa y Justicia, podría convertirse en el segundo refuerzo de Ferro que ya concretó la llegada del defensor Agustín Aleo, ex Godoy Cruz de Mendoza.
La pregunta que se hace todo el mundo es cómo recuperará el intermediario el dinero que invierta: algo más de $70 millones en un año.
La respuesta es simple: si el equipo consigue éxitos deportivos, el valor de mercado de los futbolistas subirá. Cuando alguno de los jugadores acercados por el empresario sea transferido, Bragarnik se llevará la mayor parte, mientras que a Ferro le quedará algo en concepto de "vidriera".
La última gran transferencia del club fue la de Marcos Acuña, vendido a Racing en julio de 2014, y por la que gracias a las plusvalías y los derechos de formación el club sigue recibiendo dinero que usa para sus gastos corrientes.
En las charlas con el empresario, a los dirigentes les quedó claro que su red de contactos es un factor a considerar para colocar futbolistas en otros mercados. Y cobrar por eso.
¿Y qué ocurrirá con los futbolistas que sean 100% de la institución que sean transferidos?
En este caso, la ecuación numérica se invertirá: la mayor parte quedará para el club, mientras que el empresario percibirá un porcentaje de la operación.
Dos de ellos (Carlos Airala y Matías Ramírez) tienen contrato hasta junio de este año. Si bien hay charlas para sus respectivas renovaciones, todavía no se cristalizaron.
En el club hay quienes entienden que si la alianza con el empresario fructifica, los jugadores no querrán irse en busca de otros horizontes. Otro motivo por el que piensan que este paso es hacia adelante. Y no hacia atrás.