Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Argentina, el mito del país rico y la maldición de exportar alimentos

Para un economista bahiense, nuestro país dejó atrás su pasado opulento tras la crisis del 30. "Argentina está dentro del promedio latinoamericano en lo que hace a recursos naturales por habitante", dice Carlos Dabús.

Foto: Archivo La Nueva

Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

    La economista y legisladora kirchnerista Fernanda Vallejos sembró la polémica con sus declaraciones. Sostuvo que Argentina tiene una maldición: exporta alimentos. La respuesta ante este hecho, entonces, debería ser una sola, “desacoplar”, vía retenciones a las exportaciones, los precios externos de los internos como única forma de evitar que los alimentos aumenten de forma sostenida, tal como viene ocurriendo en los últimos meses.

     Vapuleada por varios economistas en las redes sociales, vale la pena preguntarse si, en realidad, la legisladora no plantea un problema mucho más profundo y que tiene que ver con la forma en que nuestro país debe lidiar con algo que no estaba en los planes de quienes consideran a Argentina el granero del mundo: la relativa escasez de recursos, en un país que sufre, cada vez más, el síndrome de la “frazada corta”.

     Pero para plantear esta y otras inquietudes, La Nueva. entrevistó al doctor en Economía, especializado en Macroeconomía e inflación, y además docente de grado y posgrado en la UNS, Carlos Dabús.

     —¿Es Argentina un país rico, como nos inculcaron nuestros abuelos inmigrantes?

     —No, no es rico. A diferencia de lo que muchos piensan, Argentina está dentro del promedio latinoamericano en lo que hace a recursos naturales por habitante. De hecho, según datos del Banco Mundial, nuestro país tiene un capital natural por habitante (N de R: disponibilidad de tierras cultivables, recursos energéticos, disponibilidad de agua dulce, etcétera) del orden de los 10.000 dólares, algo por abajo de Chile y EE.UU y a una enorme distancia de Australia, Nueva Zelanda o Canadá, que tienen cifras de 25.000 dólares per cápita para arriba.

     “El mito del país rico nace hace 100 años, cuando se hablaba del granero del mundo. Yo diría que fuimos ricos hasta 1930, cuando, a partir de ese año y consecuencia de la crisis global, la suerte empieza a ser esquiva para nuestro país, sencillamente, porque el que era nuestro principal cliente y destino natural de nuestras exportaciones, Inglaterra, dejó de comprarnos. Por el otro lado, la potencia emergente de aquellas décadas, EE.UU., producía lo mismo que nosotros, con lo cual no nos necesitaba tanto.

     “Desde ese año las cosas empiezan a cambiar para mal en nuestro país y para todo el mundo, porque varios académicos advierten que el origen del nazismo no está en la hiper alemana de los años 20, porque por aquel entonces, el partido Nacional Socialista alemán tenía una intención de voto que no superaba el 3%. Fue el tremendo desempleo generado tras la crisis del 30 lo que lo catapultó al poder”.

     —Ese mito ¿tiene consecuencias?

     —Sí, porque cada vez que se viene un boom transitorio de los precios de los commodities, gastamos muy por encima de nuestras posibilidades. Para sostener ese gasto extra, nos endeudamos y así aparecen las crisis internas que nos asolan cada diez o quince años, hasta el próximo boom, cuando el proceso se vuelve a repetir.

     “La última crisis de 2018-2019 y, más atrás, el absurdo endeudamiento de finales de los 70 son claro testimonio de eso. Tras el boom, el país termina con una deuda externa enorme y sin suficientes exportaciones para poder afrontarla. Y, como ya la dije, tampoco tenemos tantos recursos que puedan venderse afuera.

    “Pese a ello, hay buenas noticias pensando en nuestro futuro. China va a ser la futura potencia y ya es el 16 por ciento de la economía mundial, está a 10 puntos de diferencia con relación a los EE.UU. Y la ventaja de eso es que sí pueden ser clientes nuestros, tal como la India. Este hecho es muy auspicioso y debería servir de catalizador para investigar cómo hacer, con el auxilio de la tecnología, para aumentar la productividad de nuestros recursos naturales y venderles más”

     “También hay fuerte potencial en las exportaciones de servicios relacionados con la tecnología. De hecho, hoy, exportamos unos 6.000 millones de dólares por estos servicios, alrededor de un 10% del total. Encima está Vaca Muerta”.

    —Entonces, si son menos de los que pensamos, si es una maldición vender afuera bienes que son intensivos en esos recursos, es decir, alimentos, que necesita tierra cultivable....

   —...es que es verdad que esa tensión entre precios internos y exportaciones existe. El tema es ¿cómo la resolvemos? Argentina necesita exportar cada vez más y sabemos que las retenciones afectan negativamente a la producción agropecuaria. Entonces, me parece que la solución está más en subsidiar a la demanda de los sectores menos favorecidos de nuestra sociedad para que puedan comprar alimentos a precios razonables, resolviendo, a la vez, los claros problemas que tenemos para generar los dólares que necesitamos”.

     —¿Y cómo la financiamos?

     —Mire, en Argentina tenemos más espacio para subir impuestos progresivos, al tiempo que es indispensable racionalizar el 25% del gasto público, porque el 75% restante es muy difícil de tocar, porque hablamos de jubilaciones y gasto social. Entiendo que no fue una política inteligente el tema de las moratorias previsionales, pero hoy la gente tiene su jubilación y no se las puede sacar.