Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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"En septiembre se cuadruplicó la cantidad de pacientes que atendimos en 5 meses"

El titular del Privado del Sur habló sobre la situación de este hospital y apeló a la responsabilidad individual porque "no le podemos pedir al Estado que nos controle y nos meta en casa".

Foto: Archivo La Nueva.

   El doctor Oscar Arias, responsable del Privado del Sur, habló esta mañana por LU2 sobre la situación de este hospital, que el sábado comunicó que está colmado de pacientes críticos y con todos sus respiradores ocupados.

   "Seguimos con la misma situación del sábado, que ya venía desde hacía unos días. Nos preocupaba la afluencia cada vez más importante de pacientes a la guardia, que no nos permitía desarrollar o dar altas precozmente porque esta patología desgraciadamente implica muchos días de internación", comenzó diciendo el titular del Privado del Sur. 

   Y luego detalló: "En los primeros 5 meses atendimos a 50 pacientes de casos positivos de COVID-19, pero venía de forma escalonada y no generaba ningún inconveniente. A partir del fin de semana largo de agosto la progresión de casos fue creciendo y hacia fines de agosto empezamos a sentir las consecuencias, teniendo personal afectado. En septiembre prácticamente se cuadruplicó (y casi se quintuplica) lo que habíamos asistido en 5 meses".

   El profesional indicó que "eso nos genera una cantidad de camas ocupadas muy importante y no nos permite ser receptivos. La cantidad de hisopados positivos es muy alta: en los primeros meses de 15 personas una era positivo y en general era leve; en los últimos días esa cantidad de casos positivos de hisopados se incrementó (en promedio) un 50 % o más".

   "La gente viene complicada y se interna en el piso clínico con requerimientos de oxígeno y algunas otras medidas. Muchos de esos pacientes tuvieron que pasar a terapia; en 5 meses habíamos tenido un paciente en terapia y de golpe pasamos a tener 9", contó el doctor.

   Señaló que por eso fueron aumentando el número de camas y que actualmente tienen 20 unidades en sector COVID: 12 para atención de pacientes adultos en el piso, una unidad para pacientes pediátricos, otra para neonatología, otra para embarazadas y 5 en terapia intensiva. 

   "El hospital sigue recibiendo a todos los pacientes de patologías habituales más los de COVID. Tener COVID no es una discriminación, pero se complica porque tiene un índice de contagiosidad importante que genera bajas en el personal y dificultades para atender [...] Nosotros hemos cumplidos con los protocolos provinciales y nacionales, y lo sugerido por las autoridades sanitarias es que un 25 % de las camas de los hospitales sea destinado a COVID; nosotros ahora en el Privado estamos por arriba de esa cantidad", aseguró.

   Tras el comunicado del fin de semana, Arias aclaró que "el hospital está funcionando y está funcionando casi a pleno; las enfermedades coronarias, cerebrovasculares, las descompensaciones diabéticas, las insuficiencias cardíacas requieren atención urgente, especializada y de alta complejidad, y eso no para. Además de eso tenemos el COVID y por esta contagiosidad que tiene, complica; tenemos que tener espacios habilitados para eso. Muchos dicen 'ahora son todos COVID, que se vistan todos con los equipos de protección y estén mezclados', pero eso sería una locura en este momento".

   Remarcó que "el hospital no está parado, simplemente decimos que si tiene una consulta muchas veces banal para la guardia, no vaya".

   Arias también se refirió a otro tema complejo: el personal de salud afectado.

   "Hasta fines de agosto no tuvimos personal afectado; después empezamos a tener problemas. Tenemos 25 personas —entre médicos, enfermeros, camilleros y personal de limpieza— que han contraído la enfermedad; 10 ya están recuperadas y trabajando nuevamente, otras están asiladas y tuvimos que lamentar el fallecimiento de un colega, el médico Claudio Gaspari. Nos afectan todos los fallecimientos pero cuando toca de cerca genera un bajón anímico importante, que se trata de superar con asistencia entre todos nosotros. Hay que seguir, no podemos bajar los brazos", sostuvo.

   En ese marco, volvió a apelar a la responsabilidad individual para aliviar la situación hospitalaria y no tener que hablar de colapso ni desborde, "palabras que no nos gustan".

   "No podemos pedirle al Estado que nos controle y nos meta en casa; o nos haga salir de una cervecería o un gimnasio, porque es imposible, no se puede controlar todo [...] Si no se apela a la responsabilidad y a los cuidados básicos que no tienen costo (lavarse las manos, respetar la distancia, usar tapaboca y nariz, no compartir el mate, evitar las reuniones sociales, tener cuidado en los lugares de trabajo y merenderos, donde podemos compartir cosas), por más que lleguemos a fase 1 vamos a seguir en la misma situación", cerró.