Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La sangre joven del Midget, potenciada por la genética y la tradición familiar

Andrade, Colturi y Roth, ilustres apellidos de la popular categoría que tendrán su renovación generacional cuando se inicie la próxima cita veraniega. 

Fotos: Emmanuel Briane- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

   La sangre tira. Y más en el Midget, cuya buena porción de su historia se edificó a partir de los vínculos sanguíneos.

   Ese distintivo, sin ir más lejos, puede corroborarse en el actual ranking de pilotos. Existe una cuantiosa lista de apellidos vigentes a través de nuevas generaciones familiares.

   Un atractivo singular que verá, en el corto/mediano plazo, la irrupción de otra camada de nóveles volantes portadores de apellidos ilustres.

   La segunda jornada de pruebas del Club Midgistas del Sur, efectuada el pasado domingo, sirvió para que algunos de ellos hagan su carta presentación ante la comunidad midgista.

   Muchos dirán "apenas fue un ensayo". Pero para Joaquín Andrade, Joaquín Colturi y Ezequiel Roth, el encuentro con el imponente Héctor Evaristo Plano de Aldea Romana marcó el comienzo de esa soñada y tan imaginada aventura.

   También para el pibe Roth, que, a diferencia de su asombrosa actuación en la competencia de invitados de 2019, ahora inicia su camino propio.

   Lamentablemente se quedó con ganas de acelerar Valentín Balducci, hijo de Diego, quien por razones personales debió ausentarse. Aunque, según expresó, tarde o temprano ese momento llegará.

"Esperé tanto tiempo"

   Para empezar a escribir su historia, Joaquín Andrade (23) se decidió por el taller que llevó a papá Diego a la consagración suprema allá por 2005: la estructura de Fernando Rodríguez.

   Joaco afirma no sentir presión ante la portación de apellido. Su desembarco en Midget es un sueño que anhelaba desde pequeño.

   "Fue una locura estar ahí adentro. Aún hoy lo sigo disfrutando, como en el momento que salí a pista en la primera tanda. Está claro que era una prueba, pero para nosotros fue más que eso", expresó Joaco.

   "No sentí presión por ser Andrade. Capaz lo pensé en algún momento, pero nunca me afectó. Ésto lo deseaba desde que tengo uso de razón y haber iniciado el camino para mí ya es un logro", remarcó.

   —¿Qué te generó vivirlo al lado de tu viejo?

   —Fue muy especial para ambos. Él sabía lo que significaba para mí. Básicamente, este sueño lo cumplo gracias a su apoyo. Había un poco de nervios y tensión en la previa, pero lo terminamos disfrutando juntos.

   —¿Se te cruzó por la cabeza alguna carrera o momento de papá corriendo?

   —En la primera tanda sí. Mucha gente hizo la inevitable comparación, pero pude abstraerme de todo. Al principio fue cuestión de sacarme toda la tensión y ansiedad. Pero con el correr de las vueltas logré soltarme y aplicar algunos de los consejos. Uno de afuera ve algo, pero adentro es totalmente distinto.

"Nunca había probado"

   La primera vez del dorreguense Joaquín Colturi (21), hijo del campeonísimo Fabián, tuvo las dos caras de la moneda, comenzando por el precio que hubo que pagar ante la inexperiencia total.

   Por otra parte, lejos de ser un detalle menor, Joaco nunca perdió la calma. Por el contrario, a pesar de las complicaciones, siempre denotó tranquilidad.

   "Pensé que iba a estar nervioso, pero no. Lástima no haber llegado a la prueba conociendo el auto. Al ser todo nuevo, y no haber girado nunca, me costó llevarlo prolijo y redondo. Pensé que resultaría un poco más fácil, pero adentro cambia todo", reconoció.

   "Viendo las filmaciones me di cuenta que el problema fue no acelerar en las curvas. Al no pisarlo, porque no tenía referencias, el auto se me iba al trompo. Pero bueno, imaginaba que sería así”, aseguró Colturi.

   —¿Cómo lo vivió papá?

   —En la semana estaba más ansioso y nervioso que yo. Fue muy raro verlo en el box sin el buzo puesto y sin correr. Lo bueno fue que nunca sentí presión por el apellido y nada de eso, aunque sé que tarde o temprano llegará, aunque creo que como algo positivo.

   "Después de la prueba, papá me dijo que, a pesar de los trompos y no haber girado mucho, lo bueno fue tomarlo con tranquilidad", resaltó.

"No hay presión"

   Que el joven Ezequiel Roth (18), sobrino del tres veces campeón Claudio, haya sido el debutante destacado del domingo tiene mucha lógica y sentido.

   El hijo de Darío, chasista del "Roth Sport", carga encima con la notable experiencia al volante de aquella recordada competencia de invitados junto al tío, donde plasmó la victoria

   Claro que ello no fue antídoto suficiente para combatir el nerviosismo lógico de la primera vez sobre su propia máquina.

   "Se complicó un poco al principio, por la ansiedad y las ganas de girar que había. Había probado mucho en el salitral y pensé que el auto iba a funcionar igual. Pero no, acá es todo totalmente distinto", contó.

   "Haber hecho el segundo mejor tiempo en la última tanda fue muy importante, porque nos marcó la pauta que sirvieron los consejos de mi tío y los cambios que fuimos haciendo en la puesta a punto", agregó.

   —¿Cómo vivieron la tarde papá y el tío?

   —Cuando hice los trompos al principio se mataban de risa. Ninguno estuvo nervioso, todo lo contrario, muy relajados. Solo nos asustamos un poco cuando salió humo del auto, por una manguera que se soltó y derramó aceite en el escape; pero nada más.

   —¿Sentís que puede pesar el apellido?

   —No, no me cambia nada. No siento presión de ningún tipo. El Midget lo tomo como una diversión y un hobby. Aparte recién arranco, todavía no hice nada y tengo un largo camino por delante.