Bahía Blanca | Miércoles, 16 de julio

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Huevos de gallinas felices: un nuevo emprendimiento bahiense

Hace tres meses crearon una granja en la que importa el bienestar animal. Aves libres y producción sin estrés.

Sergio Prieta/ [email protected]


Con el objetivo de priorizar el bienestar animal y de adaptarse a los nuevos conceptos sobre el tema, dos bahienses crearon un llamativo emprendimiento: una granja donde las gallinas viven libres y producen sin estrés.

En el resto del mundo, e incluso en el país, este tipo de empresas suelen ser bastante comunes, pero en la ciudad es la primera firma en desarrollar la actividad.

“La idea surgió después de un viaje que hice a los Estados Unidos, donde vi cómo funciona este sistema. Cuando llegué a Bahía decidí empezar a trabajar en una iniciativa sustentable”, contó Joaquín Claverie, uno de los propietarios de la granja.

El hogar de las gallinas contentas funciona a 70 kilómetros de nuestra ciudad, en un campo cercano a San Román. Ocupa un predio de 6 hectáreas, donde unas 500 aves se mueven con total libertad, pastorean y, por supuesto, ponen los huevos que luego se comercializan.

“A diferencia del sistema tradicional, nuestras aves verdean sobre un campo de avena, vicia y cebada y se van rotando las parcelas dónde lo hacen”, explicó Claverie.

En la producción tradicional, las gallinas viven en jaulas y empiezan a poner huevos entre las 16 y 20 semanas de vida. Meses después se las desecha, a pesar de que pueden llegar a vivir hasta 6 años.

Mediante el sistema sostenible, la realidad es diferente. “Una vez que dejan de producir, después de los 3 años, las regalamos a otros campos”, contó.

“Más allá de que pasan la mayor parte del tiempo en libertad, las aves tienen un carro móvil que se va moviendo, ya que cuando anochece, en estado natural, esos animales suelen subirse a árboles para evitar ser atacados por sus depredadores, aunque en nuestro caso utilizan el carro”, manifestó.

Este móvil tiene barras que permiten que el guano de las gallinas caiga al suelo y sea usado para fertilizar la tierra. Allí también dejan los huevos que, luego, se deben recolectar.
No a la conflictividad

Otra diferencia con el sistema de granjas avícolas es que la gallina suele ser despicada para evitar que se pelee y lastime a otras, algo que en las granjas sustentables se evita.

Ese procedimiento se realiza para evitar el canibalismo o el picoteo, que desperdicien alimentos y que rompan el huevo al momento de la postura.
“A quienes las compramos les pedimos que eviten realizar esa intervención”, dijo.

Si bien la forma de producir insume mayores costos que el sistema tradicional, explicó que “la diferencia en el producto entre uno y otro es notable, porque con el método sostenible se consiguen mayores nutrientes”.

Esta innovadora forma de producir en nuestra ciudad tiene varias recomendaciones y exigencias del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

Entre ellas, respetar las condiciones de bienestar animal en relación a la densidad de aves por metro cuadrado cubierto, superficie de tierra para pastoreo, acceso al agua de calidad con correctos niveles de bioseguridad.

También tener en cuenta los tiempos de descanso y las zonas de confort, donde se obtiene la mayor potencialidad para el desempeño productivo de las aves, tendiendo todo esto a la disminución de la intensidad productiva, así como la elección de terrenos que no sean inundables, entre otros detalles.