Hace un año, el tenista bahiense Guido Pella daba el batacazo en Wimbledon

Redacción de La Nueva.

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   Hace exactamente 365 días, el tenista bahiense Guido Pella escribía otra página en la historia del deporte local, tras coronar una actuación suprema en el circuito profesional ATP.

   Ello ocurrió en el verde césped del "All England Club", en la denominada Catedral del Tenis, Wimbledon, el tercer torneo grande de la temporada. Un lugar que, por naturaleza e historia, lejos estuvo de ser un escenario benévolo para jugadores argentinos. 

   Pero, para sorpresa, Guido, quien venía en alza tras conseguir meses antes su primer título profesional en San Pablo (Brasil), sacó a relucir su mejor repertorio tenístico y se transformó en una de las mejores 8 raquetas del torneo.

   La primera prueba de fuego para Guido fue en la tercera rueda, instancia a la que accedió tras eliminar al rumano Marius Copil y al italiano Andreas Seppi, ante el gigante sudafricano Kevin Anderson, finalista el año anterior. 

   Pella, preclasificado 26º, no dejó dudas y barrió al rubio, por entonces 4º del mundo, en sets corridos, para situarse ante otro enorme desafío, ante otro exfinalista en Londres: el canadiense Milos Raonic. 

   Por las características del rival, la instancia y el contexto, no caben dudas que habrá sido el partido más especial en la carrera deportiva del bahiense. Y más teniendo en cuenta que remontó una desventaja de 0-2 en sets, para imponerse 8-6 en el quinto parcial y sacar pasaje a los cuartos de final. 

   “No sé cómo describir este momento. Mi mente está en el lugar indicado. La confianza te la da ganar partidos, y como le dije a mi equipo, juego todos los partidos como si fuesen los últimos", contaba Guido previo al duelo en busca de las semifinales.

   El español Roberto Bautista Agut fue un digno adversario y lo venció en 4 sets. Allí acabó el sueño de Pella, que, no obstante, se mostró ante el mundo del tenis coronando una de las mejores actuaciones de su vida.