Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

​​​​​Escenario político: por qué la curva de contagios del AMBA puede impactar en Bahía

La saturación del sistema sanitario en el Conurbano obligaría a hacer derivaciones. Nuestra ciudad es una posibilidad.  Además, ¿está Bahía Blanca en condiciones de mantener la fase 4 y no retroceder?

Unidades de terapia vacías, en Bahía Blanca. (Emmanuel Briane - La Nueva.)

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   El pico de casos de coronavirus en Argentina todavía no llegó, pero en los lugares más expuestos como el AMBA se advierte la aceleración de contagios, al punto que es inminente la posibilidad de retrotraer la situación a fases anteriores.

   Según el viceministro provincial de Salud, Nicolás Kreplak, brazo político de esa cartera, el Conurbano tiene al sistema de salud ocupado en un 60% y podría llegar al 100% en pocas semanas.

   Este dato, que desde una ciudad como Bahía Blanca parece un problema de otros, puede traer consecuencias directas.

   Hasta ayer la suma de los hospitales bahienses públicos y privados mostraba apenas un 10,77% de ocupación en sus áreas específicas para COVID-19 y de 42,45% en las camas totales. Más relevante aún: de 145 respiradores, los cuales se duplicaron desde el inicio de la pandemia, solo están en uso 22. O sea, el 15%.

   Nadie lo dijo aún de manera abierta, pero en los centros de decisión provinciales y municipales saben que, en caso de saturación de los sanatorios en el área metropolitana, el Ministerio de Salud comenzará la derivación a los distritos donde haya cupo.

   Las principales ciudades de la Provincia fuera del cordón que rodea a Capital son Mar del Plata y Bahía Blanca, con la particularidad de que nuestro partido, según algunos especialistas, se preparó mejor para enfrentar la emergencia y tendría más soporte técnico y humano.

   En conclusión, Bahía se podría convertir en un eje receptor de pacientes de otras regiones en un futuro poco lejano.

   De esto surgen algunas discusiones. Probablemente aparecerá gente que rechazará la opción por razones de localismo expulsivo, sobre todo si luego no hay camas para los habitantes de esta ciudad y la región. Sin embargo, no existen motivos médicos ni legales para negar la atención a pacientes de jurisdicciones más alejadas, en caso de que la crisis lo imponga.

   "Sería inhumano decir que no los vamos a atender", admite una fuente municipal con formación académica en salud.

   Agrega: "Mi impresión es que el gobierno provincial está tratando de cuidar mucho al interior porque históricamente el colapso del sistema sanitario del Conurbano desagota en la ciudad de Buenos Aires. Hoy es casi imposible que el complejo hospitalario porteño pueda recibir ese flujo, así que están analizando hacer lo que no se hizo nunca, mandar pacientes a sanatorios públicos de distritos del interior. Si esto va a suceder o no, hoy no lo podemos asegurar con toda certeza, pero es altamente probable. Solo podríamos negarnos si nuestro sistema también estuviera colapsado".

   Otro debate es qué sucederá cuando se sature el sistema público, en Bahía u otro lado. ¿El Estado dispondrá del privado como propio?

   Hasta aquí, en nuestro distrito se observó buena voluntad de trabajo en conjunto. Salvo algunas crisis rápidamente controladas como el brote del HAM, no hubo complicaciones graves en la administración coordinada de bienes y recursos.

   Tal vez en Bahía se mantenga el tono aun si la crisis estalla, pero será muy difícil que no se entablen debates legales, en el supuesto de que el gobierno decida disponer del sistema no estatal.

   Ya hoy existen polémicas jurídicas debido al avance del decreto de aislamiento sobre las libertades individuales.

   Incluso surgieron controversias insólitas como las planteadas por intendentes de nuestra región que no están dispuestos a recibir personas de distritos con casos confirmados, pese a que no tienen ninguna facultad para restringir la circulación porque el tránsito depende de los permisos que otorga el gobierno nacional y no de la voluntad de los jefes comunales.

   Afirma un profesor de Derecho de la UNS: "En este tiempo en los diferentes niveles de gobierno se tomaron algunas decisiones que son constitucionales, otras vidriosas y algunas directamente inconstitucionales".

   Más: "Ante este estado de excepción sin precedentes, a veces pareciera que la Constitución pasó a ser una especie de librito de recomendaciones. Es evidente que hay un acuerdo tácito para que sea así. Un dato significativo: ¿alguien vio muchos planteos en la Corte Suprema de la Nación, intérprete última de la Constitución, cuestionando la legitimidad de alguna medida? Existe una voluntad de dejar hacer, al menos por ahora".

   El pulso de nuestra ciudad no parece demostrar plena conciencia de estos riesgos sanitarios. Es lógico: la cuarentena cansa, el pico de contagios no llega y una amplia mayoría necesita salir a producir o distraerse.

   Entonces aparece otra discusión de fondo. Qué tan dispuestos están el Municipio y la sociedad bahiense a ir para atrás en algunas licencias. La opción siempre está latente, en especial ahora que empezó la temporada fría y la circulación de todo tipo de virus irá en aumento.

   Este domingo, Día del Padre, será un prueba. Es ilusorio creer que no va a existir una avalancha de reuniones familiares, pese a estar prohibidas. Si bien nadie tendrá una estadística de encuentros, a cualquiera le bastará un sondeo entre conocidos para tener su propio termómetro.

   La multiplicidad de contactos aumenta el peligro de contagios y aleja la chance de avanzar hacia fase 5, para lo cual se requieren 21 días sin positivos.

   Para una localidad como Bahía Blanca parece un objetivo inalcanzable, aunque muchos se esperanzaron y empezaron a llevar la cuenta, hasta que los últimos casos en un hipermercado y un hospital nos devolvieron a cero.

   Bahía necesita cuidar la actual fase 4, su mejor condición posible mientras dure este incordio. No retroceder depende de tres variables, que se analizan en conjunto.

   Una, la capacidad de respuesta del sistema sanitario, actualmente con mucho espacio disponible pero que de un momento a otro se puede comenzar a apretar.

   Dos, mantener una tasa de duplicación de casos superior a los 15 días. Hoy está en 37.

   Y tres, no tener circulación comunitaria, es decir, contagios cuyo origen es imposible de determinar. 

   Los casos positivos en el Hiper de Aguado podrían entrar en esa categoría, aunque la principal hipótesis es que el carnicero se contagió por contacto con un camionero procedente de otra región. Si fuera así se descartaría la transmisión comunitaria, la peor opción para la ciudad en términos epidemiológicos.

   La voluntad del gobierno de Héctor Gay, está a la vista, es mantener todas las actividades económicas y recreativas autorizadas en funcionamiento, pese a las advertencias de distintos sectores del Frente de Todos que preferirían controles más estrictos.

   Que haya cambios favorables o negativos en la situación del distrito depende, en buena medida, de la conducta de su gente. Pero hay demasiadas variables como para tener una lectura tan lineal.