Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Más casos de grooming en cuarentena, un fenómeno que no sabe de fronteras

El especialista Hernán Navarro afirmó que se trata de una tendencia mundial. La aparición del Covid-19, el aislamiento y la hiperconectividad conforman lo que denomina como “la tormenta perfecta”.

Fotos: Archivo LN.

Por Pablo Pascual/ppascual@lanueva.com

   La lógica indica que en el período de cuarentena, durante el cual la mayor parte de las personas permanecen a resguardo en sus casas, la delincuencia disminuye.

   Esa regla no aplica para los delitos informáticos, que logran abrir puertas, saltar rejas o burlar sistemas de alarmas para ingresar a los domicilios y buscar a sus víctimas.

   Una de sus modalidades es el grooming, que es la captación a través de Internet de un menor por parte de un adulto, para lograr que, mediante la manipulación o el engaño, realice acciones de índole sexual.

   Pese a que los padres suponen que la permanencia de los chicos y chicas en sus casas los mantiene alejados del peligro, la realidad demuestra que la situación actual los expone aún más.

   Así lo considera Hernán Navarro, director de la ONG Grooming Argentina, quien describió que el aislamiento preventivo a partir del COVID-19 y la hiperconectividad, conforman un caldo de cultivo para la aparición de este tipo de delincuentes.

   “El número de casos está creciendo notablemente respecto de la comparación con años anteriores, no solo en Argentina sino a nivel mundial. La Guardia Civil de España detectó un aumento del 507% en el período de cuarentena respecto de otros registros. Esto se acentúa en los períodos más estrictos del aislamiento”, indicó.

   Navarro agrega que todas estas circunstancias conforman lo que denomina como “una tormenta perfecta. Es decir, esas circunstancias en medio de niños, niñas y adolescentes hiperconectados, incluso invadiendo esto las horas del sueño”.

   “Estamos recibiendo muchísimas consultas de padres y madres preocupados por esta cuestión de que se levantan y se dan cuenta de que su hijo pasó toda la noche con un juego online, o su hija conectada a redes sociales. Esto está pasando como fenómeno y era previsible”, sigue diciendo.

Cazar en un zoológico

   Navarro también advierte que frente a este panorama los delincuentes sexuales tienen a las víctimas a su disposición.

   “Por un lado tenemos a los niños y niñas hiperconectados, y por otro el perfil psicológico de un criminal que responde a la idea de un coto de caza. Es decir, un depredador sexual que sale a la caza permanentemente. Es el ejemplo de un cazador que caza en un zoológico”.

   Del mismo modo, afirma que esta falsa percepción de seguridad dentro de una casa es aprovechada por estos individuos.

   “Esa es un poco la génesis y la realidad del delito de grooming. Por más que mi hijo o hija esté en mi mismo espacio físico, si no hay una política de convivencia digital, una mirada más profunda en cuanto al acompañamiento y la supervisión de los entornos digitales, cuando ese menor entra a su habitación a la noche y cierra la puerta, es como si estuviese ingresando a un boliche”.

   En tanto, advierte que si bien en la mayor parte de los casos el agresor se esconde detrás de un perfil o una identidad falsa, han tomado conocimiento de hechos llevados adelante por sujetos con sus nombres o cuentas reales.

   “La mayoría de los sujetos que ejecutan la modalidad de grooming lo hacen a través de perfiles falsos, pero también hemos vistos casos de personas que no se camuflaron mediante esta modalidad y lo hicieron desde una cuenta verdadera”.

   “Recientemente tomamos conocimiento de uno de los primeros casos en que el autor de esta conducta delictiva era miembro del círculo íntimo de la víctima y no se camufló para actuar”, explica.

Señales de alerta

   Existen una serie de situaciones o conductas a las que hay que prestarle atención para detectar a tiempo cuando un chico o chica está siendo víctima de un hecho de estas características.

   “Hay indicadores emparentados a los del abuso, como la modificación del lenguaje corporal, fluctuaciones en los estados de ánimos, ansiedad y baja en el rendimiento escolar”, indica Navarro.

   En tanto, refiere que hay otras actitudes emparentadas particularmente con este tipo de delitos.

   “Se trata de acciones o conductas relacionadas con la tecnología. Por ejemplo, el ocultamiento de los dispositivos móviles, insistencia en querer conectarse o estar conectados hasta altas horas de la noche, todas estas situaciones se dan porque los van induciendo a estar lejos de la mirada de papá y mamá”.

   Agrega que la mayor parte de las víctimas de grooming evitan hablar con sus padres sobre lo que están viviendo.

   “Ese niño o niña elige confiar en un amigo o una amiga. Le cuesta mucho abrirse a contarlo a sus padres o a un adulto referente, por la propia estigmatización. Allí se conjuga el miedo y la humillación”.

   Finalmente, menciona que en ese momento conviven dos procesos en forma simultánea.

   “El de la víctima, que es mucho más madurativo y que cuando puede hacerlo pone en palabras lo que le tocó atravesar, y por otro el proceso de shock del adulto, que lo empuja a avasallar a la víctima para obtener respuestas de manera inmediata”.

Aplicación para denunciar

   Grooming Argentina lanzó hace dos años una aplicación denominada GAPP, diseñada para que chicos y chicas conozcan sobre este delito y puedan solicitar ayuda de manera inmediata.

   “Más allá de información, contiene dos botones centrales de denuncia, uno que es anónimo, que al presionarlo podés contar un hecho del cual te enteraste y nosotros lo remitimos a la justicia, o el principal, donde hacés la denuncia”, comenta Navarro.

   Agrega que “al apretar el botón de la denuncia, la aplicación envía al usuario a nuestra línea de WhatsApp, donde es atendido por un operador de Grooming Argentina y se activa un protocolo de acompañamiento y asistencia psicológica. También hay orientación sobre cómo preservar la prueba".

La situación en la zona

   Desde la puesta en marcha del aislamiento preventivo y obligatorio se iniciaron seis investigaciones por grooming en el departamento judicial bahiense.

   Fuentes consultadas indicaron que, de todas maneras, en lo que va del año el pico más alto se produjo en febrero, cuando se realizaron ocho presentaciones.

   Hasta el momento la Unidad Funcional de Investigación y Juicio Nº 20, a cargo del doctor Rodolfo De Lucia,  comenzó a lo largo de 2020 un total de 23 investigaciones penales preparatorias.

   Esta situación determina un promedio de casi 6 causas por mes.

   Esa cifra es superior a la registrada durante el año pasado, cuando se investigaron 53 casos, promediando 4 expedientes mensuales.