Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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Las cuitas de María Eugenia Bielsa

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

   A María Eugenia Bielsa no le sucede nada distinto que a la mayoría de sus pares en el gabinete nacional: no hay fondos para gestionar, la renegociación de la deuda externa con el FMI y bonistas privados cubre todo el escenario del presidente Alberto Fernández, y no se avizora un horizonte cercano para salir de esa encerrona.

   Peor todavía si el gobierno por ahora se maneja con monedas, que son las escasas partidas que reasigna el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y con cuenta gotas, mientras nadie en la Casa Rosada atina a responder con certeza cuándo el Poder Ejecutivo enviará su propio proyecto de Presupuesto al Congreso y dejará de manejarse con el que heredó, escuálido, de la gestión de Mauricio Macri.

   Sin embargo, pese a aquella pálida generalizada de bolsillos vacíos que soportan ministros, secretarios y organismos descentralizados, en el caso de la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat el tema parece levantar más espuma que en el resto. En los últimos días se escucharon rumores de cierta desazón que sufriría la arquitecta rosarina por el parate obligado de su cartera.

   Sin ir más lejos, habría rezongado días atrás delante de otros funcionarios del gobierno por su situación especial: de ella se prometió, y se esperaba, que iba a ser una de las cabezas de playa del gobierno bajo la promesa de que “miles y miles de viviendas” se empezarían a construir y a entregar en todo el país. En especial mediante el sostenimiento de los planes destinados a los sectores más necesitados.

   No solo a la fecha eso no ha ocurrido, sino que sectores de la construcción que en su momento le dieron la bienvenida a la llegada de Bielsa al sector de la obra púbica en general y de la de viviendas en particular, empezaron a perder la paciencia. Se agarran de una frase de la propia ministra que podría volverse en su contra no por su culpa sino por aquellas restricciones. Para peor en un escenario dominado por la pandemia de coronavirus dentro del cual ahora todos los recursos disponibles tienen al ministerio de Salud como absoluta prioridad.

   La frase en cuestión fue dicha por Bielsa el 27 de enero en un reportaje al diario Página 12: “Antes de marzo vamos a estar entregando miles de viviendas”, dijo la ministra tras criticar a la gestión macrista por haberle dejado en el inventario del ministerio apenas 11.000 unidades del Plan Procrear ”a medio terminar”.

   Hoy la realidad es bien distinta y se entiende el malestar que ha dejado trascender Bielsa en el gabinete y se sostiene que también en conversaciones con Cafiero. Todo lo que hizo desde que asumió fue entregar un complejo de viviendas en Formosa que habían sido construidas casi en su totalidad por el gobierno anterior.

   Por si faltase algún otro detalle que acelere el malhumor de la ministra, en las últimas horas salió a cuestionar el parate de la cartera el secretario general de UOCRA, Gerardo Martínez, quien dijo que hay “inacción” en el gobierno en el tema de la construcción y que en lo que va del año se perdieron 25.000 puestos de trabajo, mientras los números del sector muestran una caída en picada durante 19 meses consecutivos con un índice hacia abajo del 4.5 por ciento en febrero según datos extraoficiales.

   ¿Intentó pegar un portazo Bielsa en alguna de aquellas conversaciones? “Absolutamente falso”, dijeron fuentes de la Casa Rosada. Aseguran que el presidente “comprende” la inquietud de la ministra, como la de cualquiera de sus pares en medio de reiteradas alusiones a un gobierno “que está parado, que no arranca”.

   No alcanza a disimular la desmentida extraoficial otra de las cuitas de María Eugenia: todavía no pudo completar la mitad de la grilla de cargos en su cartera, por falta de presupuesto. Se insiste: nada que no le pase a la mayoría de sus pares del gabinete y de otras áreas que siguen mostrando escritorios vacíos.

   El problema sería, argumentan, que al decidirse por Bielsa para ocupar la cartera de Desarrollo Territorial y Hábitat el presidente Fernández “le puso una vara muy alta” a las proyecciones de gestión porque estaba convencido de la autoridad en el tema viviendas que tiene la arquitecta.

   Claro que no contaba entonces, y al cumplirse el primer trimestre de gestión del Frente de Todos el panorama se reafirma, que otros problemas y otras urgencias económicas postergarían sin fecha el arranque de un área clave en el esquema social del que la ministra debería ser una de las actoras, junto a su par de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, de primerísimo cartel.