Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Falta de acceso a la vivienda, una problemática que pasa a través de años y gobiernos

Pese a la innumerable cantidad de organismos y fondos invertidos, no menos del 16% de los argentinos alquila, porcentaje que se extiende al 24% en Bahía Blanca.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

     Los datos no dejan lugar a dudas. A nivel país, según el último Censo, el 16 por ciento de los argentinos tenía que alquilar la vivienda que habitaba. Una década atrás, el porcentaje era incluso menor (11%). En nuestra ciudad, los datos censales reflejan que más del 23% alquilaba en 2010, mientras que en 2001, lo hacía el 17%.

     Datos más actuales -segundo trimestre de 2019-, aunque con mayor margen de error, reflejan que sobre el total de aglomerados urbanos que releva la EPH (unos 31) el 18% de los argentinos alquila, cifra que se extiende al 20% si consideramos el aglomerado Bahía Blanca-General Cerri.

     Lo llamativo es que la problemática del acceso de la vivienda fue abordada por gobiernos más o menos intervencionistas, con más o menos presupuesto, con más o menos injerencia de las provincias y la Nación.....pero nunca pudo ser resuelta.

     ¿Qué pasó? ¿Se invierte poco en viviendas? ¿son las políticas públicas ensayadas a la fecha adecuadas? Para intentar responder a este y otros interrogantes, convocamos al economista local Alejandro Cappelli, quien destinó buena parte de su formación al estudio de esta cuestión. Los tramos salientes, a continuación.

    --Pasan los años, los gobiernos, pero el porcentaje de inquilinos sigue siendo elevado, aún con diferentes abordajes desde lo público ¿qué pasó?

     --El problema del acceso a la vivienda no es solo argentino, también lo padecen otros países de América Latina.
     Estadísticas oficiales señalan que apenas el 25% de los accesos a la vivienda en la región se financia por medios formales, una clara muestra de la informalidad de nuestras economías.

     “Ya desde la década del 40 en nuestro país, comienza el fomento de la construcción de casas para las clases populares, con el primer peronismo. Pero es en el año 1972 cuando surge el plan estatal de viviendas por excelencia: que es el Fondo Nacional de la Vivienda (Fonavi).

    “En los 90, con un Gobierno de tinte liberal, los planes de vivienda se descentralizan hacia las provincias y el problema de acceso de la clase media se canaliza a través del sistema financiero privado, con el reverdecer del crédito hipotecario.

    “Pero la inestabilidad financiera y económica de nuestro país, que finalizó con la crisis de 2001, hicieron que se cayera el crédito privado.         

    “Tras la recuperación, el gobierno kirchnerista le dio menos importancia al Fonavi, promoviendo los Planes Federales de Vivienda (PFV), que no solamente apuntaron a la construcción de nuevas casas, sino también a la mejora de las condiciones constructivas, el saneamiento, el acceso a servicios públicos básicos como cloacas o agua, etcétera.

     “Para los sectores medios, se propició el Programa de Crédito Argentino (Procrear), que contó con una muy buena convocatoria y tasas subsidiadas por Anses y el Tesoro Nacional. Más cercano en el tiempo, están los préstamos hipotecarios UVA, hoy en el ojo de la tormenta por las subas de las cuotas.

    “Como puede verse, hubo una variada gama de políticas, algunas orientadas a resolver la falta de acceso de los sectores medios con mayor o menor injerencia pública, y para los menos favorecidos, a través de diferentes intervenciones directas".

     "Pero el resultado es el mismo: hoy continuamos ostentando elevados niveles de déficit habitacionales y, tal cual muestran las cifras oficiales, un alto porcentaje de inquilinos, que destinan alrededor del 40% de sus ingresos para el pago del alquiler”.

--¿A cuánto asciende hoy el déficit habitacional?

--Según estudios especializados, es de 3,5 millones de hogares en nuestro país, considerando no solo la necesidad de nuevas viviendas (déficit cuantitativo), sino además las necesidades de mejoras en las construcciones existentes (déficit cualitativo).
"Es muy importante aclarar que existen enormes diferencias entre provincias: mientras las regiones del Noreste y el Noroeste Argentinos exhiben problemas cualitativos, es decir, predominan las viviendas en mal estado, en el Conurbano bonaerense el hacinamiento y la cohabitación es moneda corriente y hay falta de viviendas nuevas.

--El Estado, ¿invierte poco en viviendas o invierte mal?

    --El gasto público en viviendas como porcentaje del PBI es y ha sido uno de los más altos de Latinoamérica. ¿Pero qué pasa? Los fondos no siempre se reparten en forma equitativa, y la existencia de varios organismos municipales o provinciales que dependen de otros supranacionales hace todo muy burócratico, de forma que los recursos no llegan en igual cuantía y tiempo para todos.
       “Después están los problemas asociados al financiamiento de los organismos provinciales de vivienda, ya que los de las provincias como Catamarca dependen en un 100% de lo que les manda Nación, a diferencia, por ejemplo, de Buenos Aires, donde el Instituto para la Vivienda recibe la mitad de sus ingresos del gobierno provincial.
    “Y el resultado ya lo conocemos: la falta de recursos impide que se continúen o finalicen planes, los sectores más bajos se ven obligados a establecerse en asentamientos precarios, muchas veces en tierras usurpadas, ya que la informalidad en la que se desempeñan les impide ser sujetos de crédito.
     "Con el agravante que implica que la mayoría de esos asentamientos se realiza en zonas periféricas, donde no hay servicios públicos básicos, lo que impide que existan condiciones de salubridad adecuadas. ”.

    --¿Y con la clase media?
    --Bueno, el problema ahí va por otro lado. La falta de acceso a la clase media tiene que ver con la inestabilidad macroeconómica que padecemos, responsable de que el crédito hipotecario, que es a no menos de 20 a 30 años de plazo, sea casi un imposible en nuestro país.

    --¿Cómo se podría solucionar esta cuestión?
    --El problema es demasiado complejo y presenta diversas aristas.

     "Me parece que es fundamental articular las diferentes políticas públicas con la de vivienda. Por ejemplo: se podría relacionar la política de empleo, algo que se ha intentado, a través del involucramiento de los beneficiarios de los planes estatales en la construcción de las casas.

     “Pero muy por el contrario, en Argentina, las políticas de empleo, de salud, la de asistencia a los sectores más desfavorecidos y de vivienda van todas por caminos diferentes. Sin dejar de mencionar la falta de políticas de ordenamiento territorial.

     “Además, es indispensable hacer un diagnóstico particular región por región y generar indicadores objetivos de necesidades habitacionales para que el dinero se reparta en forma equitativa. Esto, debido a que las estadísticas del Censo ya están desactualizadas, no tenemos datos certeros y, como ya le dije, las necesidades no son iguales para todos”.