Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

COVID-19: las preguntas sobre inmunidad que la ciencia todavía no pudo responder

Varios estudios reflejaron que las personas que desarrollaron cuadros más graves de coronavirus son aquellos que tienen mayor cantidad de anticuerpos neutralizantes.

   Si bien está comprobado el efecto protector de los anticuerpos frente al coronavirus, la ciencia todavía no logró una respuesta unánime en torno a cuánto tiempo persiste esta protección ni qué es lo que hace que algunos pacientes resuelvan la infección y en otros progrese a cuadros graves, explicó el docente e investigador Jorge Geffner, en el marco del Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología.

   “No hay un curso clínico único en la infección por SARS-Cov-2, hay un 90% de los individuos infectados que cursan la enfermedad en forma asintomática, leve o moderada y un 10% que desarrolla formas severas, en tanto que entre un 1 y 3% desarrollan cuadros críticos”, recordó Geffner.

   Para el investigador, “estos cuadros críticos son más prevalentes en las personas mayores” y sostuvo que “en los mayores de 75 años representan entre un 15 y un 20% de los que se infectan”.

   “Ahora bien, qué es lo que hace que algunos pacientes resuelvan la infección y en otros progrese a cuadros graves es una pregunta que todavía no se ha respondido”, agregó.

   Geffner, Profesor Titular de Inmunología de la Facultad de Medicina de la UBA e Investigador Superior del Conicet, describió que “como sucede ante la presencia de cualquier otro virus, la respuesta de la inmunidad adaptativa (la que se genera específicamente a causa del ingreso de un patógeno), va a estar mediada por la respuesta de los linfocitos B (que son los que generan los anticuerpos neutralizantes); los linfocitos T CD4, y los linfocitos T CD8 (cuya función es destruir las células infectadas)”.

   “Los anticuerpos neutralizantes son aquellos que inhiben la capacidad de interacción entre el virus y las células”, explicó y aseguró que “si bien claramente median un efecto protector, no resulta claro aún por cuánto tiempo permanecen los anticuerpos en niveles capaces brindar esa protección”.

   Y añadió que “es una pregunta muy importante no sólo para comprender la enfermedad sino para poder analizar el escenario que se aproxima, de la mano de las vacunas”.

   En este sentido, el especialista describió que un trabajo realizado en Islandia dio cuenta de que esta inmunidad dura al menos tres meses y otro de la revista “Science” arrojó hasta 150 días. “Si bien se va viendo una disminución, estos anticuerpos parecerían permanecer en niveles protectores, pero no toda la bibliografía coincide”, concluyó.

   “Sí sabemos que los anticuerpos tienen efecto protector, afirmación que se sostiene en diferentes estudios. Por un lado, tenemos los primeros resultados de eficacia en las fases III de diferentes vacunas, pero también en los últimos meses tenemos estudios clínicos hechos con tratamientos que utilizan anticuerpos monoclonales neutralizantes (de las compañías Eli Lily y Regenerón), que suministrados en forma temprana bajan dramáticamente la carga viral respecto a los grupos controles”, señaló el profesional.

   Geffner también citó como prueba del efecto protector de los anticuerpos el estudio con plasma de convaleciente realizado en la Argentina por el grupo de investigación de Fernando Polack que arrojó resultado positivos cuando el plasma fue administrado en las primeras 72 horas de la aparición de síntomas en personas mayores de 65 años.

   La otra pregunta que apuntó el especialista es si es posible que el organismo resuelva la infección sin anticuerpos. “Hay trabajos realizados con pacientes que no tienen linfocitos B y por tanto no producen anticuerpos. Estos pacientes lograron resolver la infección merced a mecanismos propios a la inmunidad innata y/o mecanismos propios a la inmunidad adaptativas mediada por linfocitos T”, describió.

   Entre las muchas particularidades de este virus nuevo, una que ha llamado la atención de la ciencia es que “varios estudios reflejaron que las personas que desarrollaron cuadros más graves de COVID-19 son aquellos que tienen mayor cantidad de anticuerpos neutralizantes, y lo que se comenzó a preguntar es si esta relación en causal o casual”.

   En este sentido, Geffner señaló que “en los últimos meses comenzó a estudiarse un posible efecto deletéreo (que produce daño) de los anticuerpos debido a esta correlación entre los altos índices de anticuerpos y los pacientes más graves”.