Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Escenario político: Uber en Bahía, el debate que viene

La empresa anunció su desembarco en nuestra ciudad y ya genera inquietud en las cámaras de taxistas, que pidieron una reunión con el intendente.

Foto: Archivo La Nueva.

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   La crisis del coronavirus dio un pequeño respiro. Ya no se habla de ocupación hospitalaria, conglomerados ni aceleración de la circulación comunitaria. Se está yendo un año donde todos los focos de la gestión giraron en torno a la pandemia, aunque en estos días aparecieron otros temas que darán para el debate.

   El más importante, sin dudas, es la falta de agua, por tratarse de un problema estructural cuya solución nadie imagina cercana. Ni siquiera el ministro bonaerense de Infraestructura, Agustín Simone, tal como admitió el miércoles en una visita junto al gobernador Axel Kicillof a nuestra región.

   “Decir que la problemática del agua en Bahía se va a solucionar en un año sería mentir”, sinceró. Mientras tanto, sigue pareciendo lejana la posibilidad, aunque sea, de que a los usuarios afectados no se les cobre por los días sin líquido.

   Pero hay otra discusión que empieza a asomar y tiene que ver con nuevas formas de ofrecer viejos servicios. Uber anunció su llegada a Bahía Blanca, en principio mediante dos esquemas. Uno llamado Uber Essential, para los trabajadores esenciales o de actividades permitidas en el distrito; y otro denominado Uber Medics, para los profesionales de la salud.

   Esta aplicación que ofrece transporte a bajo costo está en plena conformación a nivel local, según la propia empresa. Sus datos aseguran que unos 29 mil bahienses ya se bajaron la app y que alrededor de 3.500 se mostraron interesados en manejar.

   Todavía no hay fecha específica de inicio para Essential y Medics ni se conocen confirmaciones sobre el visto bueno de las autoridades, pero sí se sabe que las cámaras de taxistas pidieron una reunión con el intendente Héctor Gay para hacer sus planteos. Son innumerables las manifestaciones e incidentes que hubo en otras partes del país contra Uber, ya que los choferes tradicionales la consideran competencia desleal porque tiene tarifas más bajas asociadas a sus menores costos operativos.

   El problema es que en Argentina no existe una definición legal clara sobre este sistema, sino que se mantiene una discusión acerca de si se trata de un servicio de transporte público y debe ser regulado por los entes del área o si es una empresa de tecnología donde se acuerdan servicios entre privados que están exentos del control de esos organismos.

   Para el gobierno de la ciudad de Buenos Aires es ilegal. No obstante, en Capital se concretan decenas de miles de viajes al mes y los usuarios suelen elegirlo por el precio y el seguimiento de seguridad que se realiza sobre cada unidad.

   El hecho es que Uber creció año tras año y excede por mucho la capacidad de control del gobierno porteño. En el país se estima que hay unos 2 millones de usuarios activos de la aplicación y unos 75 mil choferes, llamados por la empresa "socios conductores".

   En el caso bahiense, Uber podría sumarse a la lista de enemigos públicos de los taxistas, hasta hoy encabezada por los remiseros truchos. En un país donde crecen todos los mercados informales, esta última fue una salida para decenas de personas que ofrecen sus servicios a muy bajo precio con sus autos particulares, difundiendo su oferta mediante el boca a boca o en las redes sociales. Obviamente, no pagan impuestos ni tienen cobertura. Tal vez muchos de ellos vean en Uber la posibilidad de mejorar un poco sus condiciones, además de ganar pasajeros.

   A principios de este año el secretario de Movilidad Urbana, Tomás Marisco, formalizó una denuncia con 40 números de teléfono y datos de 6 vehículos particulares acusados de realizar esta actividad de manera ilegal. Sin embargo, la presentación fue desestimada por tratarse, en todo caso, de una contravención a las normas municipales por carencia de habilitación, pero no un delito enmarcado en el Código Penal. "Corresponde la intervención del Tribunal de Faltas Municipal", fue la respuesta que recibió Marisco.

   El bajo nivel de amenaza a la hora de exponerse a sanciones, eventualmente, es un punto para Uber. Y, de acuerdo con esa línea, la llave de su desembarco formal en la ciudad está en Alsina 65.

   Ahora, ¿qué piensan en el Municipio? "Todavía no se discutió el tema. Solo hubo algunas charlas informales hace un tiempo", aseguran desde el entorno del jefe comunal.

   Y agregan: "Lo ideal sería lograr algún acuerdo con los taxis, como pasó en Mendoza. Por lo pronto queremos escuchar a las cámaras la semana que viene y después vemos cómo seguimos".

   Esta historia continuará.

   El fin de año llega con temas importantes a resolver en el país. Dos que figuran en la agenda inmediata son la gestión de las vacunas contra el coronavirus, hasta aquí una comedia de enredos, y otro es el tratamiento del proyecto de aborto legal, que se analizará el 29 de diciembre en el Senado con pronóstico incierto.

   Pero los armadores políticos ya empiezan a delinear un 2021 excepcional, porque seguirá siendo pandémico (en el mejor de los casos más aliviado que 2020, pero no liberado del virus) y, a su vez, será electoral. En ese frente, empiezan a verse estrategias y la más notoria es el intento por parte de algunos gobernadores de suspender las PASO, argumentando que sería un gasto innecesario en medio de la pandemia.

   En rigor, las primarias siempre son un gasto evitable en un país en permanente crisis y hasta aquí la historia demuestra que no tienen mayor utilidad para el electorado, al menos en su espíritu básico, toda vez que los principales espacios políticos eluden la competencia interna en agosto.

   Sí permiten a la gente repensar su voto y elegir opciones "útiles" en octubre, lo cual es bueno para consolidar un bipartidismo (o bicoalicionismo, en el caso argentino), con la contracara de que este sistema resta chances a las terceras y cuartas alternativas que sufren una sangría entre una instancia y otra.

   No obstante, está claro que quien propone una modificación circunstancial de las reglas de una elección es porque le conviene y no porque le importen ciertas erogaciones. La política no escatima en gastos cuando se trata de resolverse problemas a sí misma.

   Hasta aquí, la principal oposición a la anulación provisoria de las primarias corresponde a Juntos por el Cambio y es entendible por varias razones. Una, la historia. Sin PASO, María Eugenia Vidal nunca hubiera ganado la Gobernación en 2015.

   Aníbal Fernández llegó muy desgastado luego de la lucha interna con Julián Domínguez, a quien incluso acusó de promover aquel programa de TV que lo sindicaba como un peligrosísimo mafioso apodado "La Morsa". Los candidatos del Frente Para la Victoria sumaron casi un 40% de los votos en agosto, pero la boleta de Aníbal bajó a 35% dos meses después. Vidal, en cambio, pasó de 29% a 39% aprovechando que el peronismo no supo resolver sus cuitas.

   Más increíble fue lo que pasó en las legislativas 2017. La elección más importante de ese año fue la de senadores nacionales por la Provincia de Buenos Aires. El conteo provisorio aquel domingo 13 de agosto le daba ventaja a Esteban Bullrich sobre Cristina Kirchner y casi todo el país se fue a dormir esa noche con la imagen de los festejos amarillos y las caras largas azules.

   Sin embargo el recuento definitivo determinó, 15 días después, que Cristina había ganado por 20 mil votos esas PASO, un 0,21% de ventaja sobre el exministro de Educación. De esa parte de la película casi nadie se acuerda. Durán Barba lo hizo.

   Si hubiera existido una única elección ese año, Jorge Taiana hoy sería senador de la Nación y no Gladys González. Pero, con ese resultado, Cambiemos reenfocó su estrategia y finalmente ganó en las generales. 

   El año pasado, eso sí, fue un claroscuro para JxC. La paliza que sufrió Mauricio Macri en agosto lo vació de poder demasiado antes de tiempo y le hizo estallar una economía atada con hilitos. A su favor cabe decir que la movida de las plazas en cada ciudad y en cada pueblo le permitieron remontar a un 41% final que, en definitiva, le dio sentido a la continuidad de Juntos por el Cambio. Si el resultado en las generales hubiera sido el mismo que en las PASO, habría sido casi imposible mantener unida a la que hoy es la única coalición con chances de disputarle poder al peronismo.

   Quienes también siguen con atención el debate sobre la suspensión o no de las primarias son los vecinalistas. En nuestra región una de sus principales referencias es el intendente de Villarino, Carlos Bevilacqua.

   El y una serie de dirigentes de la zona, entre ellos el bahiense excandidato a concejal Sebastián Gómez (Todos por Bahía) o el puntaltense Daniel Medina (Bien Común), buscan agruparse para terciar en el sudoeste provincial, en unos comicios 2021 que pueden volver a ser muy polarizados entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.

   La suspensión de las primarias podría beneficiarlos, porque en distritos como Bahía Blanca sería esperable que se repita la secuencia de 2019 y reciban más votos en agosto que en octubre. Una sola convocatoria a las urnas, está dicho, permite una mayor distribución de los votos entre las diferentes propuestas (lo cual también les conviene a los libertarios, si llegan enteros a armar una lista).

   Que haya PASO o no en la Provincia depende en última instancia de la Legislatura y, por ahora, la mayoría que ostenta JxC en el Senado bonaerense (26 senadores contra 20 del FdT) está en contra de cualquier modificación.

   Pero la política es el arte de lo posible y en esa bancada tampoco descartan avenirse a negociar con el oficialismo. En ese marco, una opinión valorada será la de Sergio Massa, cuya principal fuerza de tracción sigue estando en la provincia de Buenos Aires, donde le responde toda una tropa de legisladores e intendentes. Entre sus cercanos, en esta región, se encuentran Bevilacqua y unos cuantos vecinalistas más.

   La llegada de Massa al Frente de Todos el año pasado fue decisiva para inclinar la balanza electoral. Sería lógico que quiera hacer oír su voz al momento de resolver cómo se juegan las cartas el año que viene.