Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Tren Bahía Blanca-Punta Alta, un viejo sueño casi imposible

Para recuperar los 32 kilómetros de vías se necesitan 24 millones de dólares, sin contar puentes, alcantarillas y obras de seguridad. El aporte de los puertos de la región y de ambas comunas es vital.

Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

   A casi 30 años del último tren local entre Bahía Blanca y Punta Alta, cada tanto reaparece alguna propuesta para reactivarlo.

   La última correspondió al concejal de Bien Común  y candidato a intendente en Coronel Rosales, Daniel Medina, quien días atrás dijo que pedirá una actualización de los estudios de costos y logísticos para precisar la inversión necesaria.

   Si bien esta iniciativa tiene un claro objetivo electoral, también es cierto que   no resta, sino que podría aportar datos concretos para impulsar o desechar una alternativa que daría respuesta a los altos costos de transporte que deben afrontar quienes deben viajar diariamente entre ambas ciudades.

   De todas formas no hay que ser un iluminado para saber que recuperar el antiguo ramal inaugurado en 1922, hoy en pésimas  condiciones, sobre todo en lo que hace a puentes y alcantarillados, implicará una inversión inalcanzable y de muy difícil recupero.

   Si bien algunos años atrás las estimaciones más optimistas hablaban de la necesidad de invertir 4 millones de dólares para recuperar el ramal de 32 kilómetros, se necesitan 750 mil dólares por kilómetro, sin contar puentes ni alcantarillas.

   En este escenario la propuesta del candidato rosaleño no haría más que poner, de una vez por todas, blanco sobre negro sobre una cuestión de la que se ha hablado mucho pero hecho muy poco.

   Posiblemente la cifra de u$s 4 millones haya surgido de la cooperativa de ex ferroviarios y vecinos puntaltenses Ferrocopa, entidad que hace años viene sosteniendo que el Estado debe obligar a Ferroexpreso Pampeano (empresa concesionaria) a reponer los 18 kilómetros de vías faltantes.

   Pero independientemente del costo real que requiere el proyecto, está claro que en el escenario actual, con una economía en llamas, su concreción resulta imposible.

   Quizás la única chance resida en la voluntad política de ambos municipios o en la necesidad estratégica de los consorcios portuarios de Bahía y Rosales.

   Fuera de ese esquema el regreso de los trenes urbanos entre la estación Sud y Almirante Solier aparece como una utopía.

   Incluso, sin un mix entre pasajeros y cargas, las chances serán muy escasas si en algún momento se realiza, la autovía de acceso a Punta Alta, cuya traza en parte correrá por donde lo hacían los trenes.

   Hasta fines de los '60, una docena de servicios diarios enlazaban la Estación Sud con Puerto Belgrano y Solier. A la primera tardaban 42 minutos, a la segunda 56. El último corrió en febrero de 1990.

   Hoy eso forma parte de una historia que se resiste a desaparecer.