Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El cereal, origen del desarrollo del puerto bahiense

 Hoy podemos decir que es un puerto multipropósito y en crecimiento. Pero sigue siendo un puerto cerealero por excelencia.

Foto: Archivo La Nueva.

   La propuesta de desarrollo de los gobernantes de fines del siglo 19 era poblar para lograr el despegue de Argentina. Se produjo un aluvión de inmigrantes que encontraban en nuestro país una posibilidad de progreso.

   A esto se sumó el desarrollo del Ferrocarril que sería la  base del despegue regional, Y que llegaba a Ingeniero White en 1884.

   Ya en 1908 estaba completado el muelle de hierro y el primer elevador, que marcaría el signo cerealero exportador de nuestro puerto. Desde el punto de vista social, podemos ver el despegue si comparamos los 1.472 habitantes que tenía el partido de Bahía Blanca en 1869, contra los 14.238 de 1895.

   Y por muchos años seguiría creciendo por el atractivo de trabajo que generaba el puerto.

   A partir de ese momento el puerto ha seguido siendo motor de crecimiento y desarrollo, ya más cercano, el advenimiento del Polo Petroquímico agregó un gran segmento exportador, complementado luego con el Muelle de Contenedores.

   Hoy podemos decir que es un puerto multipropósito y en crecimiento. Pero sigue siendo un puerto cerealero por excelencia.

   Las cinco terminales de granos con una capacidad de almacenaje conjunto de más de 800.000 tn, un movimiento de granos y subproductos agrícolas de más de 8.000.0000 de toneladas durante 2017 y al ritmo de crecimiento de la producción agrícola, se espera un 2019 record en el rubro.

   Los granos y subproductos agrícolas superan el 50% del total de exportaciones del puerto.

   Los cambios en las reglas de juego con el sector agrario se vieron reflejados en grandes volúmenes de carga que permitió reactivar principalmente el sector cerealero del puerto.

   El grano se tornó competitivo y a través del  sistema portuario volvió a lugares relevantes en el  mundo. Si continúa esta política de apoyo al sector agroindustrial, Argentina crecerá a un muy buen ritmo y nuestro Puerto aún más.

   Está claro que este crecimiento deberá ser apoyado por el sector público y privado en obras que exceden el ámbito portuario, como son las vías y rutas, algunas de cuyas obras ya están en marcha y otras en avanzada etapa de proyecto. También es necesario pensar en ampliar significativamente la capacidad de almacenaje y hasta programar nuevos sitios de carga para darle agilidad y competitividad al puerto.

   Debieran acelerarse los proyectos de plantas de molienda para generar agroalimentos, que más allá de aumentar la capacidad exportadora, generará valor agregado a la cadena y puestos de trabajo. Una asignatura pendiente que tenemos que atender con urgencia.

   El  sector agrícola seguirá siendo estratégico como generador de actividad económica y empleo, a través de las distintas cadenas de valor que involucran: semillas, agroquímicos, fertilizantes, maquinaria y agroindustria.

   El Puerto trabaja para estas actividades y a su vez, en lo que le compete, labora sin pausa en el mejoramiento de la tecnología para adecuarlo a un mundo digital, que lo mantenga competitivo.