Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

“Es raro, y hasta loco, escuchar que me digan 'qué tal presidente'”

La vida de Angel Tuma, quien está cumpliendo una semana como titular del club Olimpo, sufrió una variación inesperada y le contó a La Nueva. los malabares que viene haciendo para poder organizarse.

Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa)

   “Me da cierto estupor que me digan `que tal presidente'. Es raro y loco a la vez, no sé, me cuesta acostumbrarme”.

   Angel Eduardo Tuma cumplió una semana como titular del club Olimpo y su vida tranquila y ordenada se transformó en un intenso ajetreo que ni siquiera alguna vez pudo llegar a imaginar.

   “Todavía no caí. Entre tantas idas y vueltas, solo tengo tiempo para apoyar la cabeza en la almohada y dormir. Es extraño ir al estadio, saludar a la gente y que te hagan preguntas que no tienen nada que ver con lo que hice durante 20 años seguidos: ser el médico del plantel profesional”, señaló, sentado en el sillón presidencial, quien para los más íntimos nunca dejará de ser “el tordo”.

   “Mi vida empezó a cambiar cuando hace casi un mes, Alfredo (Dagna, vice primero en la actual Comisión Directiva) me dijo que yo era el indicado para asumir la presidencia. Sabía a que me exponía, a que había que hacerse cargo de una brasa caliente, pero no le podía decir que no a un amigo y sentía la necesidad de jugármela por amor, que es lo que siento por Olimpo”, se sinceró el traumatólogo cordobés.

   “Además pensaba: el club es un caos, los dirigentes se van, los socios también, y alguien tiene que tomar el mando de una institución que va camino a desaparecer. ¿Si es algo demencial? Sí, pero la pasión es demencial, y yo por Olimpo tengo una pasión bastante anormal”, agregó.

   —Me da la impresión que tu primer día como presidente fue como el debut de un pibe en Primera: inolvidable.

   —Único e irrepetible. Pasó una semana y estoy muy enfocado en lo que me toca hacer, pero no te puedo mentir que por momentos me invade la ansiedad, la incertidumbre, el temor a equivocarme, la curiosidad a lo que puede llegar a pasar...

   “Ya está, me involucré en esto y voy a hacer hasta lo imposible para sacar a Olimpo adelante. Igualmente, el desafío no lo hubiese aceptado si al lado mío no estaba Alfredo. Con él aprendo día a día; es una bestia que va a mil por hora buscando las mejores opciones y todas las soluciones. No me deja dormir, me llama mil veces por hora, pero es la única forma de que yo me pueda instruir”.

   —¿Cómo fue ese primer día en el sillón presidencial?

   —Raro. El lunes pasado, cuando asumimos, tenía que estar a las 12 en la sede, pero me demoré más de la cuenta y doce menos cinco me llamó Alfredo para preguntarme donde estaba y que hacía que no estaba ahí. Me estaban esperando para firmar y no lo podía creer. A medida que pasen los días iré cayendo sobre un montón de cuestiones que ni siquiera me doy cuenta que son parte de mis obligaciones como presidente.

   —Hace un año y medio te despidieron del club, le hiciste juicio a Olimpo, te costó salir del pozo depresivo y ahora te toca volver, pero como presidente. Suena hasta irreal...

   —Es increíble, un guion digno para una novela. Cuando me despidieron la pasé mal, pero lo único que me sostenía en pie era sentir que alguna vez iba a volver. Imaginé un regreso como coordinador médico o colaborador de la CD, pero jamás como presidente. Ni siquiera lo soñé alguna vez.

   —Me cuesta creerte. ¿Nunca se te pasó por la cabeza ser presidente de Olimpo?

   —Jamás. Ni siquiera lo sospeché cuando Alfredo me dijo que quería hablar conmigo un tema muy importante del club y que lo tenía que escuchar con absoluta atención. Acepté porque era él, porque ya tenía una parte de la gestión encaminada y porque me mostró cuales eran los pasos a seguir. Caso contrario, ni loco me hacía cargo de un club tan grande y con un estado de abandono casi total.

   “Y acá estoy, en la incertidumbre de no saber como acomodar y manejar los tiempos del club, que son totalmente distintos a los de mi vida... (risas)”.

   —¿Qué es lo primero que hiciste o vas a hacer como presidente?

   —Lo primordial fue juntar el dinero necesario para pagar las deudas del plantel y de los empleados del club. Se consiguió el 80 por ciento del monto que necesitamos y ya empezamos a cumplir con salarios y aguinaldos atrasados. Por gestión exclusiva de Dagna, esta Comisión Directiva apagó el primer incendio grande.

   “El otro tema que nos tiene muy ocupados es cerrar el armado del plantel profesional. Para que el hincha confié en nosotros y el socio se vuelva a acercar, debemos formar un equipo competitivo y con pretensiones de ascender. No hay otra”.

   “Una vez que arranque el Federal A, en los primeros días de septiembre, nos abocaremos a las necesidades de las demás disciplinas de la institución. Con algunos referentes de la distintas actividades ya hablé y les pedí paciencia”.

Firma Alfredo Dagna y Tuma lo mira desde el sillón presidencial. Raro, ¿no?

   —Dagna se encarga del fútbol y vos de todo lo que tiene que ver con el día a día del club. ¿Ese fue el arreglo?

   —No hay nadie mejor que Alfredo para que maneje el destino del fútbol; es la persona de Olimpo que más conocen en AFA y en el Consejo Federal. Yo lo sigo porque aprendo, aunque no puedo descuidar la atención por lo institucional. Voy a ir al estadio, hablaré con los auxiliares, con los 'Profes', con todos. Quiero ser un presidente presente”.

   —¿Qué se logró en una semana?

   —Además de la contratación de un DT de jerarquía (Sergio Lippi) y la vuelta de Furios, noto que los hinchas se tranquilizaron, como que renovaron las esperanzas y que están empezando a creer otra vez.

   “Sé que tengo ascendencia con la gente de Olimpo, con ex futbolistas y entrenadores, pero no soy necio ni puedo negar la realidad: todo el mundo sabe que Alfredo Dagna es el que va a sacar al club adelante. No me da vergüenza decirlo”.

   —¿Quién será el médico del plantel profesional?

   —Federico Zurita. Hablé con él y entendió que tiene que hacer lo que hacía yo: ir a los entrenamientos, viajar y atender a los chicos de menores y de la Primera local cuando lo necesiten.

   —¿Y el médico de la Liga?

   —Todavía no está resuelto.

   —Ya te veo corriendo otra vez con el maletín...

   —¿Me ves capaz?

   —Por supuesto.

   —Voy a dar una mano en lo que sea; no se me caerán los anillos por tener que entrar a una cancha otra vez.

   “Lo bueno es que hablé con el kinesiólogo Diego Martínez para que vuelva al club. Es uno de los mejores de Bahía; no puede no estar con nosotros”.

   —¿Retirás de la justicia el juicio que le hiciste al club?

   —Sí. Hablé con mi abogado y quedó a foja cero.

   —En la vida cotidiana, donde te movés habitualmente, ¿qué te dicen?

   —Me cargan constantemente. De un “hola presi” pasan a “¡cómo cambiaste, ya no te juntás con los pobres!” Mirá si seré sencillo que una de las cosas que me preocupa es tener que dejar de ir a dirigir a Médicos A a la Liga de Profesionales. Encima este año armamos un equipazo y venimos cumpliendo una campaña impresionante. Sería una pena no poder estar si salimos campeones.

¿El libro de actas está en orden? Para la tesorera Antonella Marchegiani sí. ¿Para usted doctor?

   —¿Cuál es tu mensaje para el hincha?

   —Antes que nada agradecerles por el apoyo y por el empujón anímico que me están dando. Le vamos a poner el pecho, a dejar la vida con tal de sacar a Olimpo adelante, y a eso me comprometo en este año y medio, que es el tiempo que, legalmente, durará mi mandato.

   “Que la gente crea, que los que se fueron tendrán facilidades de todo tipo para reincorporarse como socios”.

   —¿Vas a seguir con la rutina de llevar el postre a cada peña o cena que sos invitado?

   —Sí, las masas de confitería no se manchan..., ja,ja. Eso es tan clásico como sagrado. No tengo porqué cambiar.