Una doctora bahiense utiliza la risa como herramienta para mejorar la salud
La doctora Alicia Villalba está a cargo de talleres denominados "Curate de la risa".
Por Pablo Andrés Alvarez / [email protected]
La doctora Alicia Villalba se muestra convencida, aunque algunos la miren de reojo y no entiendan el buen humor que irradia para poder sacarle una simple sonrisa a los pacientes.
“Me han llegado a preguntar si estoy fumada o si tome alcohol”, dice antes de largar una carcajada.
Precisamente, Villalba --Especialista en Psiquiatría, Psicología Médica y en Psicogerontología-- es una de las referentes de utilizar la risa como método de prevención en la salud.
Sus talleres se denominan “Curate de la Risa” y tienen cada vez más adeptos y participantes.
“Esto viene de hace muchísimos años y es una de las tantas herramientas que tenemos los médicos para trabajar desde la prevención primaria. No todos utilizan la risoterapia, pero en lo personal me ha dado muy buenos resultados”, señala quien también es docente desde hace 9 años en la escuela de enfermería del Hospital Municipal e Instructora en el curso Auxiliar del cuidador del adulto mayor en la escuela de formación profesional de Coronel Pringles.
Hace muchos años que implementó cursos destinados a cuidadores de adultos mayores y enfermeros.
“En salud, la gran mayoría de las veces te encontrás con gente preocupada. No se trabaja en un lugar en el que la situación es placentera. Partiendo de esa base, hay que ser responsable para saber cómo y cuándo aplicar esta técnica. Pero hay que entender que el humor es gratuito y la risa genera sustancias anticuerpos, que aumentan la inmunidad del organismo”.
Desde su punto de vista, el médico tiene que trabajar para cambiarle el humor al paciente.
“Modificar la energía negativa que presenta por la dificultad de salud en una carga positiva, optimista, no cuesta tanto y trae aparejados múltiples beneficios”.
Aclara que en la técnica no se trata de contar chistes, como algunos creen.
“Incluso, uno se puede reír o sonreír mirándose al espejo. Y en ese simple acto, te libera sustancias beneficiosas para el organismo”.
Y tampoco que cure enfermedades.
“Yo no estoy diciendo que riendo se puede curar un cáncer, por ejemplo. Pero si ayudará a que el organismo no se siga enfermando”.
--¿Hay maneras de estimular la risa?
--Hay un montón de ejercicios. Yo tomo mucho de la risoterapia, la yoga de la risa y la técnica de los payamédicos. Las escuelas sobre esta práctica son muchísimas.
“A los médicos también nos ayuda, porque ante situaciones de estrés, que en nuestras carreras atravesamos mucho, te genera una mirada distinta sobre la situación. Es buscarle el lado positivo a la situación que estás viviendo”.
Cuenta que un niño se ríe 300 veces al día. Un adulto apenas 100.
“Eso indica que estamos mal, que vivimos preocupados, tristes, enojados, fastidiados. Y muchas veces por cosas que no está en nuestras manos modificarlas. Todo eso, va repercutiendo en el organismo. El ser humano es cuerpo, mente y espíritu. Los médicos estamos acostumbrados a trabajar en la enfermedad, pero no tanto en la prevención de la enfermedad. En ese punto es importante conseguir que el organismo genere anticuerpos para evitar enfermarse, y una de las herramientas que tenemos es la risa. Y es gratuita”.
A su entender, se naturaliza más la tragedia que la alegría.
“Y eso es terrible. En uno de los cursos que dí este año, me pasó algo extraño. Hice dos preguntas. La primera fue ¿recordás cuándo fue la última vez que te reíste hasta el punto de sentir ganas de hacer pis? Muy pocos me respondieron. Y la segunda fue: ¿cuándo fue la última vez que lloraste? Casi todos la recordaron”.
--¿En la formación de un médico, se le brindan herramientas para que utilice el humor como método de prevención?.
--No. La risoterapia está como materia en algunas universidades de Europa, pero en Argentina no figura. En mi caso, investigué y me formé por mi propia cuenta. De todos modos, no digo que los médicos hagan bien o mal en aplicarlas, sino que es una herramienta más que podemos utilizar en la prevención.
“Mirándote al espejo y sonriendo, podés mejorar tu calidad de vida. Muchas soluciones a los problemas de salud los tenemos nosotros mismos internamente. Sólo hace falta estimular algunas funciones para conseguir ser inmunes a muchas enfermedades”.
A eso apunta en sus talleres, a que la gente transmita alegría y aliente a ser feliz, a disfrutar momentos, a reírse cuando uno siente ganas y permitirse alegrarse.
“Por ejemplo, cuando hay una desgracia o una tragedia con alguien cercano, nos hacemos el tiempo y hasta nos endeudamos para estar presentes. Pero tomamos un viaje a un lugar lindo como un gasto y no como una inversión. Los momentos de dispersión son muy importantes para la salud, pero no lo vemos o no lo reconocemos como tal”.
La risa tiene un centro localizado en el sistema nervioso central del ser humano.
“Somos los únicos que los tenemos. Y no lo aprovechamos. Y hasta ni siquiera lo estimulamos”.