Bahía Blanca | Lunes, 30 de junio

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Una nueva oleada de árbitros imparte justicia en los torneos mayores

La suma de un tercer juez en Primera y Segunda le dio la oportunidad a -al menos- 13 réferis de codearse con la elite. Los presentamos.

Fotos: Emmanuel Briane-La Nueva.

Por Mauro Giovannini / [email protected]

   El año comenzó con muchos cambios en la estructura general del básquetbol bahiense.

   Lo más sustancioso fue (es) que se achicó la cantidad de partidos en Primera y Segunda; que se bajó La Falda y se sumaron Ateneo y Pellegrini; y que, finalmente, son 13 los protagonistas activos en cada rectángulo de juego: cinco jugadores por bando y tres jueces.

   Esta última variante ayudó al crecimiento que viene sosteniendo el Colegio de Árbitros desde lo institucional, ente que cuenta con 65 réferis, siendo 33 los que dirigen en las dos categorías mayores masculinas.

   “Dejé de jugar y como había dirigido Mini siendo 'amigo', probé y me gustó. El debut me sirve anímicamente para seguir puliendo cosas que me permitan crecer. Sinceramente, no me lo esperaba. Me gustaría el día de mañana llegar a algo importante en el arbitraje. Ojalá se dé”, le contó a La Nueva. Lucas Andrés, quien dirige desde 2012 y este año hizo su debut en Primera.

   Junto a Santiago López Hoyos, árbitro en Bahía desde 2016, son los únicos dos que ya habían dirigido en Segunda y ahora les tocó hacer experiencia en la elite.

   “Es algo muy lindo que disfruto con la responsabilidad que se merece. Trato de tomar las dos carreras por igual, intentando hacer lo mejor posible para llegar lo más lejos que se pueda”, contó el nacido en General Roca sobre sus estudios en Recursos Humanos.

   En el Colegio hay siete mujeres pitando (Marjorie Stuardo, Yamila Nicoletta, Agustina Borrello, Ludmila Munz, Camila Robles, Jesica Barrio y Delma Chilote) y dos de ellas se han sumado al grupo de debutantes.

   “Quería estar en la cancha y no sabía cuál era mi lugar, así que arranqué el curso y si bien dejé un año, luego retomé y hasta el día de hoy no paré. Dirigir mayores es el objetivo que tuve siempre. Lo hago porque me apasiona hacerlo”, sostuvo Munz, quien acopió una larga trayectoria dirigiendo formativas desde 2012 mientras es acompañante terapéutica y estudia Prof. Especial.

   A ella se le sumó Robles, otra acompañante terapéutica y vestida de negro desde 2016.

   “Estar todo el día en una cancha viendo partidos me llevó a meterme en el arbitraje. No me esperaba el debut, siento mucho orgullo de pertenecer al primer Colegio en el mundo que tiene tres jueces en un torneo local. Todo de a poco y a su tiempo, pero me gustaría seguir vinculada al arbitraje”, relató.

   De los nueve jueces restantes, uno llegó desde Carhué hace 12 años y suma siete almanaques como árbitro.

   “En el pueblo nos juntábamos seguido a jugar al básquet, crecí en la era de Manu Ginóbili, Pepe Sánchez... y cuando me vine a Bahía, qué mejor que seguir con la actividad en la ciudad del básquet. Vine a estudiar, sabiendo que como jugador no iba a poder seguir y el arbitraje me permitió estar ligado, aunque desde otra perspectiva”, señaló Ezequiel Weinbender, también estudiante de Filosofía.

   Otro con vasta experiencia, aunque con ropa de jugador, es Juan Agustín Matías, quien está a punto de recibirse de abogado y empezó a dirigir el año pasado.

   “Jugué toda la vida al básquet y arbitrar era algo que tenía pendiente, pero por una cuestión de tiempos no lo había podido hacer. El año pasado arranqué y me encantó. Fue inesperado haber debutado tan rápido dirigiendo en mayores, pero justo se dio que comenzó la mecánica de tres y varias cosas se alinearon para hacerlo en ocho meses”, dijo.

   Si hablamos de precocidad, el caso de Lucas González no puede faltar.

   “Coincidió que había dejado de jugar y que buscaba trabajo. Leí que buscaban árbitros en el Colegio y me anoté. Hice el curso y por suerte me está yendo bien. Siento que soy nuevo y que me falta aprender, pero haber jugado me ayudó y me dio un plus para entender todo más rápido. En el verano empecé a dirigir Liga de Desarrollo y me tomé todo más en serio; con responsabilidad, las oportunidades aparecen tarde o temprano”, mencionó. Es árbitro desde el año pasado y también estudia Ed. Física y Musculación.

   Justamente, el profesorado de Ed. Física y el arbitraje van de la mano en otros tres casos.

   “Mi historia con el arbitraje surgió de la nada, nunca lo había pensado. Un día me crucé al papá de un amigo (NdeR: Marcelo Carrizo) y me dijo si quería ser árbitro. Lo pensé, vi que también me servía para mi carrera de profe así que le dije que sí. Pensaba que me podía tocar recién el año que viene debutar en Primera. Fue muy lindo. Le estoy metiendo ganas con la idea de seguir creciendo”, señaló Erik Larsen, juez desde 2016.

   También está Nicolás Chauvie, estudiante, guardavidas y réferi desde 2017.

   “Tenía un par de amigos que estaban dirigiendo, me gustó la idea y quise probar.  No era muy habilidoso (risas) y tenía ganas de seguir relacionado con el deporte. Fue una sensación muy linda cuando me eligieron (para dirigir en Segunda). Estoy muy agradecido al Colegio por la oportunidad. Soy joven y no tengo definido qué haré en el futuro, pero mis actividades son compatibles así que por ahí iré”, relató.

   Mauro Guallan, que imparte justicia desde 2012, está a pocos finales de ser profe y además estudia para ser acompañante terapéutico.

   “Dejé de jugar al básquet y busqué una alternativa para seguir en la actividad. Me gustó la idea de arbitrar y empecé el curso. Me costó, pero con el tiempo me fui sintiendo cómodo. El debut fue un salto importante para mí, estaba acostumbrado a dirigir menores y que me llamen para dirigir Primera fue shockeante. De a poco me voy sacando los nervios”, sostuvo.


López Hoyos, Chauvie, Weinbender, Robles, Irrazábal, Larsen, Munz, González, Matías, Andrés Guallan y Berlato. Ausente, Rizzo.

   A Franco Berlato lo captó un ex árbitro, Luis de Marchi, allá por 2011.

   “Me convenció el Pelado. Vino a mi casa, me dijo 'vos jugaste al básquet, ¿querés dirigir?'. Y arranqué. Él en su momento daba los cursos iniciales. Este debut significa mucho para mí. La posibilidad de tener un tercer árbitro nos abrió las puertas a muchos que veníamos de abajo. Lo estaba esperando hace rato, se dio ahora y lo trato de disfrutar. Soy consciente que por mi edad, escalar categorías no va a ser fácil y dirigiendo acá estoy muy cómodo”, se sinceró.

   El grupo se completa con dos jóvenes que, a la par, se forman en carreras bien alejadas de la pelota naranja.

   Ángel Rizzo estudia Profesorado de Matemáticas -aunque ya ejerce- y dirige desde 2013.

   “A los 16 dejé de jugar y quería seguir vinculado al básquet, siempre había dirigido como amigo del club local. Con mayores ocupamos una posición distinta aunque se trate de la misma actividad, ya no estamos pensando en formar personas; acá no hay que explicar sino trabajar, no hay que cumplir otro rol”, relató.

   Mientras que Joaquín Irrazábal empezó a dirigir en 2015 y estudia Diseño Gráfico.

   “Dejé de jugar y me anoté en el Colegio, me gustó de entrada. No era algo que esperaba este debut y me puso muy contento porque pude dirigir la máxima categoría local y a jugadores que yo veía jugar cuando era chico. A futuro, me gustaría trabajar de lo que estoy estudiando y dirigir todo lo que pueda”, contó.

   A la cancha.

"Se podrá ver un cambio en cuanto a la calidad arbitral"

   El recambio generacional llegó en un año con nuevo presidente en el Colegio de Árbitros de nuestra ciudad.

   “Es algo que venimos charlado hace mucho tiempo con la Asociación Bahiense y ahora tenemos la oportunidad. Lógicamente, es algo nuevo y hay que acoplar a muchos chicos que nunca han dirigido de a tres, nos va a llevar un tiempo de adaptación. Estamos contentos porque es un cambio sustancial y un avance tremendo”, sostuvo Sebastián Giannino.

   “Es un cambio importantísimo para el básquet en sí, para los clubes, para la Asociación y para nosotros como Colegio, porque seguimos mejorando. En las categorías superiores del país se dirige de a tres; entonces, así como nosotros en la instrucción (vía Javier Sánchez) nos manejamos de la misma manera que a nivel nacional, poder tener el tercer juez en las categorías superiores de Bahía Blanca es algo espectacular”, añadió el máximo dirigente local.

   “Hubo muchísimo trabajo en conjunto con la ABB para ver cómo incorporar el tercer árbitro para el crecimiento de los jóvenes. De acá a los próximos años se podrá ver un cambio muy importante en cuánto a la calidad arbitral. Está comprobado que con tres jueces se mejora la calidad del básquet, de los partidos”, señaló quien asumió el pasado 22 de abril en reemplazo de Néstor Schernenco.