Bahía Blanca | Sabado, 12 de julio

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Calzado: la industria regional perdió el 63 % de los puestos laborales que tenía en 2016

Los trabajadores ocupados son algo más de 800, entre Suárez, Pigüé y Puan. Hace unos años eran más de 2.200. El único aspecto positivo: la fábrica más grande, la brasileña Dass, ratificó su intención de continuar en el distrito suarense.

Frente de Dass, la empresa textil más importante de Coronel Suárez. / Fotos: Agencia Suárez, Pigüé y Puan.

Agencias Coronel Suárez, Pigüé y Puan / [email protected]

   El cierre de TecnoSport Latinoamericana, en el parque industrial de Luján, volvió a poner en agenda la gravísima crisis de la industria del calzado. No es para menos: pese a abastecer durante 10 años a Nike, la firma no resistió y tuvo que cerrar, dejando a 120 familias sin sustento.

   Según la Cámara Argentina de Industriales Proveedores de la Industria del Calzado (CAIPIC), el sector está atravesando “su peor momento”. Los datos son brutales: la crisis ya se cobró decenas de fábricas y cerca de 9 mil empleos.

   En la región el sector también está complicado. Las cifras actuales hablan de algo más de 800 trabajadores, cuando hace pocos años superaba los 2.200. La caída supera el 63 %.

   La empresa más importante, Dass Coronel Suárez, fue la que más personal redujo en los últimos dos años, hasta llegar a un plantel actual de 700 operarios.

   La firma brasileña —que ocupa las explantas de Gatic— parece haber superado los momentos de zozobra de 2017, cuando se inició un duro plan de ajuste y retiros voluntarios, pero aún sufre profundos baches productivos. A tal punto, que comunicó hace unos días a sus trabajadores que adelantará las vacaciones al mes de julio.

   Antonio Godoy, delegado local del Socaya, dijo a La Nueva. que desde la empresa aseguran que “la producción va a continuar”.

Antonio Godoy, delegado local del Socaya.

   “Nos comunicaron que nos iban a dar las vacaciones para el mes de julio, y pedimos seguir dialogando. Trabajo va a haber, pero hay un hueco de 21 días que, hasta el momento, no se puede cubrir y por eso nos pidieron adelantar las vacaciones. La gente está intranquila, sobre todo porque ya se vivió en otra época esto de adelantar las vacaciones y lo que conlleva, más la realidad del país”, dijo.

  “La empresa nos confirmó que la producción continúa; hoy en día estamos haciendo 14.000 pares diarios y no hay indicios de que baje. Se quiere evitar el conflicto, los rumores, los fantasmas del pasado o lo que vivieron los trabajadores de la empresa en Luján. Acá, los directivos siempre nos dicen que van a seguir”, sostuvo.

   El delegado del Socaya confirmó que, hasta ahora, no se ha hablado de suspensiones. “Lo fundamental es mantener la tranquilidad para los trabajadores que, hoy en día, están en la fábrica. Lo que sabemos es que la actividad y la producción continuarán y estamos a pleno. Veremos qué sucede con el resultado de las próximas elecciones”.

De 4 talleres a 2 reconvertidos

   Los talleres de costura de calzado de Puan nacieron —en 2010— con la finalidad de tercerizar servicios para firmas nacionales.

   Ubicados en Puan, Darregueira, Villa Iris y Felipe Solá, llegaron a tener 80 trabajadores; actualmente, solo dos quedan abiertos, con 10 operarios que hacen desde bolsos artesanales hasta labores de tapicería.

   El secretario de Producción de la comuna, Celso Castillo, dijo que el cierre de los talleres de Puan y de Darregueira se produjo en el curso del último año.

   “Hemos tenido una disminución de trabajo, hasta que se anuló por completo el pedido de empresas de Buenos Aires para que se haga el calzado en el distrito y, en su momento, muchos que nos daban para trabajar. Les convenía comprar la capellada en el exterior, ya que les salía más económico por la importación”, dijo Castillo.

Celso Castillo, secretario de Producción de Puan.

   Asimismo, el funcionario aclaró que los talleres que siguen abiertos no están funcionando en calzado, ya que se han reconvertido y hay dos en actividad: uno en Villa Iris y otro en Felipe Solá. “El de Puan se cerró a comienzos de este año y los que están activos realizan trabajos relacionados con cuero, tapicería y bolsos. Hay diez personas en los dos talleres de Felipe Solá y Villa Iris”, afirmó Castillo.

   “Los trabajos que hacen hoy es para abastecer la demanda de la localidad. Por ejemplo, arreglos de sillas y, a su vez, fabrican bolsos, mochilas y carteras que se venden en las localidades, o en las ferias o en algunas exposiciones para mejorar su situación”, explicó.

   Además, mencionó que los talleres cerrados —por el momento— son Puan y Darregueira y que el intendente de Puan, Facundo Castelli, está realizando gestiones para reabrirlos.

   “Pretendemos que, cuando mejore un poco la situación, se reabran y así poder entrar a trabajar con los talleres de Puan y de Darregueira también”, sostuvo.

En Textiles no avizoran un panorama mejor

   “Si nos hemos podido mantener es porque no somos una empresa común. No tenemos paritarias y nos hemos ido ajustando”. Es la reflexión de Marcos Santicchia, presidente del consejo de administración de la cooperativa de trabajo Textiles Pigüé que, desde hace más de diez años, autogestiona lo que fue el complejo fabril de la fallida Gatic.

   “La situación es difícil, más que el año pasado y que en 2017, porque la demanda, lejos de sostenerse o crecer, bajó enormemente en el último trimestre del año pasado, después de la devaluación y la corrida que hubo”, afirmó Santicchia.

   “Todo el sector textil está igual y es coincidente el dato que hubo una muy importante disminución en la demanda. Eso se sumó a otros aspectos, como las tasas de interés bancarias que están por encima del 60 % y así no hay actividad que las pueda soportar”, amplió.

Frente de la cooperativa de trabajo Textiles Pigüé.

   “Nosotros, al ser una cooperativa de trabajo, donde todos los trabajadores son dueños y donde hay una participación democrática y las decisiones son de otro tipo, se puede sostener porque la prioridad, hoy, es mantener la cooperativa, más allá de las dificultades que tiene que afrontar cada uno de los socios y más allá de que pueda haber alguna modificación en algún tipo de política, que no va a ser este año, ni con este gobierno. Está por demás demostrado que el camino de este gobierno va a ser este y profundizándolo”, dijo.

   “Esto implica que hay que resignar lo que cada trabajador retira por mes. Nosotros no tenemos paritarias. La cooperativa define, dentro de lo que son sus posibilidades económicas financieras reales, qué es lo que puede retirar un socio. Si bien hay establecido un retiro mínimo, después nos tenemos que remitir a la realidad, y hoy la realidad es que no podemos acompañar los tremendos índices de inflación que hay, porque la prioridad es sostener a nuestra organización”, explicó Santicchia.

   Desde hace más de un año, la cooperativa impulsa un sistema de compras comunitarias con un listado de productos de primera necesidad del rubro alimentos y limpieza. Es una forma de hacerle frente a la crisis, a la vez que todos los trabajadores tienen su obra social, que es una prioridad para la organización.

   Otro dato de la dura realidad es que son unos cien trabajadores que desempeñan su labor diariamente dentro del complejo fabril, cuando en 2015 y 2016 eran de más de 140.

Marcos Santicchia, presidente del consejo de administración de la cooperativa de trabajo Textiles Pigüé.

   “En los últimos años no se habían incorporado socios. Los que se iban por cuestiones particulares no fueron reemplazados. Recién en estos últimos meses se han incorporado algunos, porque el número ya no podía ser menor a no ser que desafectemos alguna actividad o línea de producción, algo que no estamos haciendo”, acotó.

   Respecto del futuro, no se advierte una expectativa de cambio. “Esto no es una cuestión de fe, son datos de la realidad y de analizar el escenario, las medidas, los discursos y entonces concluimos en que esto no va a cambiar; no se necesita ser muy iluminado (para saberlo)”, aseguró.

   “Estamos todos los días pensando en cómo hacerle frente con otras alternativas y estudiando si podemos incursionar en otro tipo de actividad. Tal como lo hicimos con una línea deportiva propia, hoy analizamos otras cosas. Trabajamos siempre en la búsqueda de hacer alguna alianza, alguna integración, buscarle la vuelta; no nos sirve sólo hacer catarsis y solo reclamar”, dijo Santicchia.