Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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“No puedo creerle más a Balbín”, dijo el titular del gremio del INTA

La reestructuración del organismo desplaza a cuatro agencias de extensión, entre ellas la del INTA Bordenave. “Entendemos que el próximo paso es ir por los puestos de trabajo”, dijo Mario Romero, de Apinta.

Mario Romero, secretario general de Apinta. / Fotos: Agencia Bordenave y Prensa Apinta.

Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com

   —El presidente del INTA, Juan Balbín, admitió la reestructuración del organismo, pero también que no habrá despidos. ¿Ud. le cree?

   —Soy escéptico. Porque el propio Balbín, el último 15 de enero, me dijo que no se iban a tocar los Institutos de Investigación y Desarrollo de Agricultura Familiar y que se respetarían las estructuras de las experimentales pero, entre gallos y medianoche, sacó un ajuste sin comentarnos nada. Por eso ya no puedo creerle a Balbín.

   Para Mario Romero, secretario general de Apinta, el gremio que agrupa a los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, el próximo paso es reducir puestos de trabajo.

El INTA Bordenave, que en este noviembre cumplió 90 años, es un referente en todo el país. Ya no tendrá la agencia de extensión. 

   El ajuste de las estructuras del INTA se llevó puesto cuatro agencias de extensión, entre ellas la reconocida del INTA Bordenave, así como Rauch, Río Gallegos y Esquel.

   “No existe más la estructura y por ahora la gente estará dentro de las experimentales. Aún no sabemos, y no está claro, si van a seguir trabajando en extensión o los van a reconvertir para hacer otra tarea”, afirmó.

   También se cerraron tres de los cinco institutos de Pequeña Agricultura Familiar del país: Formosa, San Juan y Neuquén.

   “Ahora pasan a ser una coordinación dentro de la estación experimental. Pero pierden la jerarquía y el financiamiento para el desarrollo y la investigación”, dijo Romero, en diálogo con La Nueva.

   Además, el INTA cerró el Instituto de Políticas Públicas y Perspectivas y un Instituto de Investigación en Economía, y bajó alrededor de 200 cargos jerárquicos.

  “Lo que más molesta es que esta decisión se tomó a espaldas de los presidentes de los consejos regionales, que son los representantes de los productores. Lo resolvió el consejo directivo nacional. Nueve de sus 10 miembros votaron a favor; solo Federación Agraria lo hizo en contra”, sostuvo.

   Hoy, el INTA tiene 6.960 empleados. Desde otro ajuste iniciado en 2016, la planta se fue reduciendo en 850 personas, aunque sin la necesidad de despidos: fue por las jubilaciones o por los retiros voluntarios.

   El presupuesto, aprobado por el Congreso para este año, es de alrededor de  $ 7.516 millones, un 23 % más respecto de 2018, cuyo destino, en casi el 90 %, tendrá destino de salarios.

   “¿Un INTA más eficiente con este ajuste? Cuando Balbín habla de eficiencia le pediría los estudios que se tomaron en cuenta para hacer más eficiente el organismo... ¡sencillamente porque no existen! Esto se hace por el ajuste en sí mismo, no para lograr más eficiencia”, aclaró Romero.

El recambio generacional

   “El ajuste en las estructuras resentirá el trabajo y, además, provocará que no haya el recambio generacional que se debe producir en los organismos de ciencia y técnica. En 2003, profesionales muy formados se jubilaron y quedó una planta joven; nos faltó la generación intermedia. Si esto sigue así, vamos hacia el mismo proceso”, dijo Romero.

   “El mismo presidente del INTA (por Juan Balbín) me admitió, en febrero último, que, si bien se aprobó la cartera de proyectos, algo indispensable para pensar en el futuro, no sabe si estarán los recursos. 'Aunque sea la mejor cartera que se haya presentado', me aseguró. Por eso ya dudo de todo”, agregó.

Balbín y las líneas de trabajo

   “No se van a cerrar agencias, ni centros de investigación, ni se despedirán empleados. Al contrario, buscamos potenciar las líneas de trabajo", dijo el titular del INTA, Juan Balbín, esta semana, tras los anuncios de reestructuración.

El titular del INTA, Juan Balbín.

   “Hoy tenemos una estructura de 1.095 puestos de gestión en una planta de 7.000 empleados. En la planta actual, la relación se representa en 6 a 1, cuando en un organismo como el nuestro en otros países está en el 10 o 12 de cada uno”, detalló el funcionario.