Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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“No sé si voy a seguir en el club; es muy grave lo que sucedió"

Julio Escamilla, quien lleva 33 años trabajando en Olimpo, denunció penalmente a Marcelo Allende, otro empleado administrativo de la entidad, por agresiones físicas y verbales.

Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]
(Nota publicada en la edición impresa)

   “No sé si voy a seguir trabajando en el club. Lo que sucedió fue muy grave y no merezco estar pasando por esto. Me tomé unos días para serenarme y procesar la decisión final”.

   Con los ojos a punto de estallar en lágrimas, Julio Escamilla, el empleado administrativo más antiguo de Olimpo, vivió, a sus casi 79 años, el hecho más desagradable de su extensa trayectoria en la entidad aurinegra, donde fue boletero, dirigente, chofer, jefe de prensa y, más que nada, colaborador permanente de cada Comisión Directiva de turno.

   El jueves a la mañana, según le contó “Julito” a La Nueva., fue agredido en una de las oficinas de la parte alta de la sede social por Marcelo Allende (hijo de Daniel, ex entrenador de básquet del olimpiense), también empleado de la entidad, quien habría sido despedido inmediatamente después del hecho.

   “Se llegó a lo peor por una diferencia laboral, que es lo que más bronca me da. Seguramente Allende malinterpretó una orden que dio Nicolás Arroyo, coordinador del fútbol menor e infantil de la institución, y reaccionó como reaccionó", señaló Julio, antes de meterse de lleno en los hechos bochornosos y lamentables.

   “Desde que tengo uso de razón me encargo de pedir, tramitar, autorizar y legalizar los pases locales, nacionales e internacionales de jugadores que llegan y se van de Olimpo. Con los demás clubes de la Liga del Sur, Olimpo tiene distintos convenios por futuras ventas de futbolistas que se suman a nuestras filas en las categorías menores de AFA, y el encargado de confeccionar esos convenios es Allende. El miércoles, después del fin de semana largo, el trabajo se amontonó y Arroyo vino a preguntar por qué estábamos atrasados, a lo que respondí: 'Tengo todo listo, sólo faltan los convenios'".

   —¿Y ahí se armó?

   —Yo le había reclamado varias veces a Allende que me active los convenios para que yo pueda seguir adelante con la presentación de la documentación, y se puedan habilitar a los jugadores antes del último plazo, que es el 12 de este mes. Arroyo habló con él, aunque Allende entendió o interpretó que yo lo había mandado al frente, que había hablado mal de él y al otro día se apareció en mi oficina como una tromba, enardecido, furioso...

   —¿Y?

   —Venía insultando por el pasillo, entró, me dijo de todo, me ofendió y me bajó una batería de insultos irreproducibles. Paso siguiente me empujó, y como la silla donde estaba sentado tenía rueditas, terminé en el piso, patas para arriba y contra una pared.

   “Me levanté enseguida para preguntarle que carajo le pasaba y me pegó otro empujón. Y después otro, y otro... Conclusión: terminé cuatro veces en el suelo. No me abrí la cabeza de milagro, aunque tengo moretones en los brazos y varios golpes en la espalda y la cintura".

   —¿Te hiciste una revisación completa?

   —Por supuesto. Tengo sólo golpes y machucones. Caí sobre la silla y el escritorio y pegué contra una pared. Me duele todo. Estoy a punto de llegar a los 80, así que en ningún momento pensé en hacerle frente porque no tengo la agilidad y la fuerza de él, que esta cerca de los 30 años. Si lo peleo me da vuelta como un barrilete.

   —En tus 33 años trabajando en forma ininterrumpida en el club, ¿te había sucedido algo similar alguna vez?

   —Jamás, y eso que trabajé con las gestiones de Macagno, Rabbione, Ledo y Dagna. Diferencias y discusiones tuve un montón, pero esto es violencia pura; es atravesar un límite extremo.

   "Nunca tuve problemas con colegas del club, ni con dirigentes, ni con planteles ni con empleados. Prueba de ello es que el celular no para de sonar. Muchas personas se solidarizaron y se ofrecieron a ayudarme. Es más, me mandó mensaje gente que ni conozco. Eso demuestra que tan mal no he hecho las cosas".

   —¿Formulaste la denuncia?

   —Sí, en la comisaría segunda. Antes les avisé a los dirigentes lo que había sucedido, y cada uno de ellos se puso a mi disposición. 

   "Hice una denuncia penal por violencia física y verbal. En la exposición describí todo lo que sucedió, di los antecedentes del agresor y puse como testigo a Julieta Pérez, la encargada de recursos humanos del club, la única presente en la parte alta de la sede del club y que siempre intentó calmar. No había dirigentes, sólo tres personas".

   "Este chico es grande y necesita tratamiento, porque es violento y con antecedentes. Hace un mes o dos agredió en el club a un dirigente, Rodrigo Gómez, una persona de bien que nunca lo vi pelearse con nadie".

   "Me duele porque me pegaron en el club, mi otra casa. Hasta hubiese preferido que me espere en la esquina o en otro lugar. Me tiró al suelo, me patoteó; no lo puedo creer..."

"Si me vuelve a agredir, lo hago meter preso"

   "Desde que pasó esto no fui más al club. El año que viene cumplo 80 años y, si estoy animado y lúcido, mi idea era continuar con mis funciones en Olimpo, más que nada por la parte económica. Aunque esta desgracia precipita bastante mi salida, es la realidad".

   “Lo estoy analizando en familia, no sé. Hoy estoy indeciso. La CD me aconsejó tomarme los días necesarios para descansar, calmarme y pensar. Me pidieron que no me vaya, que no tire por la borda 33 años de trabajo en el club, aunque me aclararon que la decisión de seguir o no es mía. Igualmente, lo principal es lo que piensa mi familia".

   —¿Hablaste con el presidente Mauro Altieri?

   —Se sorprendió con todo lo que le conté. Aunque me aclaró que sabía que este chico era violento y que como CD se habían equivocado en no tomar la decisión de sacarlo del club cuando agredió a Rodrigo Gómez.

   "Si no voy al club no es por miedo, porque miedo no le tengo a nada. Por lo que me comentaron, a Allende lo echaron o le dieron de baja, pero si sigue en el club yo voy a ir trabajar igual. Si se me pasa la calentura y decido volver, lo voy a hacer sin problemas. Y si me vuelve a agredir, lo hago meter preso", dijo Escamilla, encargado del 90 por ciento de las tareas administrativas en el club.

   Por ejemplo: pases de todo tipo, migraciones, actas de asambleas, plazos de personas jurídicas, imprimir contratos de AFA, convenios privados, centro de documentación, además de preparar la boletería para los partidos, pedir entradas, hablar con AFA, derivar a cada empleado para una determinada función el día que Olimpo es local, etc, etc.

   "Estoy dolido, no me merecía esto; ni por este chico ni por nadie. En un club, cuando surgen diferencias, siempre llegás a un acuerdo, hablando o aceptando lo que quieren tus superiores. Es así...".

   —¿Sos consciente de que no podés vivir sin Olimpo?

   —Seguro, pero tampoco puedo estar en un lugar donde me quieren pegar por tener diferencias laborales. Son muchos años, he estado más en el club que en mi casa. Son 9 horas por día de corrido.

   —¿Por qué crees que pasó esto, está muy desorganizado el club, no están bien laboralmente, hay falta de diálogo con la dirigencia, no hay control interno, qué es lo qué sucede?

   —Te vuelvo a repetir: este pibe malinterpretó lo que le dijo Nico Arroyo, porque cuando se me puso cara a cara me gritó que era un botón, que lo había mandado al frente. Y Arroyo me aclaró que nunca me puso a mi en el medio de ellos ni me responsabilizó por el atraso en los convenios, que es tarea de Allende. Arroyo le pidió que me de una mano, solo eso. Y le creo a Arroyo, un tipo tranquilo, laburador y sin mala intención.

   "Allende malinterpretó lo que le dijo Arroyo, que no le vendió pescado prodrido, ni lo retó ni le llamó la atención".

Lo padeció

   "Después de la agresión crucé a la plaza Rivadavia y estuve sentado varias horas en un banco. No quería volver a mi casa, no tenía ganas de contar lo que había sucedido".

¿Y si le dan la llave?

   "Antes nunca se acumulaba mucho trabajo tras un fin de semana largo porque yo, domingo o feriado, siempre iba al club a adelantar. Lo que sucede es que esta CD no me ha provisto de una llave personal para poder abrir mi oficina. Tal vez no me tienen confianza, no sé, pero si yo voy los días no laborables, se puede hacer mucho, sobre todo en los meses críticos como este, marzo".