La “Santa Fe” de la Villa lo hizo posible: le ganó a Newell’s, histórico…
¿Ñuls? ¿Maxi Rodríguez? Para el tricolor no hubo imposibles. Consiguió un 2-1 que será recordado por siempre y clasificó, por vez primera, a los 16vos de final.
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Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com
Enviado a Santa Fe
Tavoliere; Dauwalder, Manchafico, el “Lorito” González, Ihitz; Formigo, Cocciarini, Leo López, Maxi López; Herrera y Maldonado.
El equipo que el hincha de Villa Mitre va a repetir y a recordar de por vida.
El equipo que le hizo vivir al club tricolor el partido más importante de su historia, en sus casi 95 años de existencia.
Si le digo que en la tribuna sur del estadio 15 de Abril, la que ocupó la parcialidad de la “Villa”, hubo simpatizantes que no vieron el partido, que caminaron de un lado al otro, que se agarraban la cabeza sin poder darle dimensión real a lo que estaba sucediendo en el campo de juego, que terminaron llorando junto a mujeres y seguidores villamitrenses de toda la vida, ¿Me cree?
Lo de Villa Mitre fue magnífico, desde todo punto de vista. Dejó chiquitito a un equipo de Primera división que nunca le hizo sentir el rigor de estar dos categorías más arriba en el mapa del fútbol argentino.
Como amante de este deporte, debo reconocer que el primer tiempo del conjunto bahiense fue brillante. Tácticamente demolió a un rival con poco peso jerárquico y con su máxima figura (Maxi Rodríguez) fuera de órbita.
Con movimientos coordinados, con la inteligencia de saber cuándo presionar alto y cuándo esperar, con Maldonado endemoniado para encarar y dejar en ridículo a Fontanini y compañía, Villa Mitre impacientó a su adversario a sus hinchas.
“Jugadores, la c… de su madre, a ver si ponen huevos, que no juegan con nadie”, corearon los de Ñuls.
Fue peor. La “lepra” rosarina era prisionero de un Villa Mitre voluntarioso, enjundioso, pícaro, solidario y que nunca especuló.
En el complemento, Newell’s cambió a un 3-3-1-3, se hizo de la pelota y fue a "trompear" a su oponente con más nervios que claridad.
En el “trico”, el cansancio y tanta tensión provocó imprecisiones en el traslado, pero nunca distracciones.
Cuando no pudo con los pies ni con la cabeza, puso el corazón para cuidar un resultado tan valioso como histórico.
Sí, Villa Mitre lo hizo. Lo disfrutaron casi 2000 almas en Santa Fe; será recordado por siempre por el pueblo tricolor…