Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Alerta amarilla por el aumento de la mora en el sector privado

Para el economista Martín Grandes, el deterioro de las condiciones financieras fue notorio y no debería ignorarse, aunque recordó que los problemas empiezan generalmente en el sector público en la Argentina.

Foto: Emmanuel Briane-La Nueva.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

Pese a su bajo nivel, el importante crecimiento de la morosidad del sector privado es una señal de alerta que el Gobierno no debería ignorar, aseguró el economista e investigador Martín Grandes a La Nueva.
Es que  aunque más del 90 por ciento de las carteras de créditos de los bancos se halla, a noviembre del año pasado, en "situación normal " de acuerdo con datos del BCRA,  lo cierto es que el deterioro de los indicadores de mora de los últimos cuatro años es notoria, corolario de una economía en recesión y tasas de interés por las nubes.
Así, desde la autoridad monetaria señalan que el alza de la morosidad es significativa, ya que trepó desde el 1,8% del stock total de créditos al 3,1% del año pasado.
Entre los bancos privados, la cartera de consumo -préstamos a familias- pasó de un 1,13% de clientes con riesgo alto de impago en 2016 a casi el 2% en 2018, al tiempo que, en la cartera comercial (empresas), el porcentaje de créditos probelmas pasó de un inexistente 0,06%a al 0,86% en idéntico lapso.
Sin embargo, en tren de hacer comparaciones, los niveles de mora argentinos se hallan algo por encima de países como Chile y Uruguay, aunque por debajo de Brasil, Perú y Colombia.
"Aunque no es lo usual en nuestro país, la tormenta puede venir del lado privado, de la deuda corporativa y de las familias, si la economía sigue cayendo", alertó Grandes, visitante asiduo de la ciudad, donde habitualmente dicta cursos de posgrado, tanto en los departamentos de Economía como de Ciencias de la Administración de la UNS.
"La importante caída de la demanda se conjugó con tasas de interés que yo calificaría de punitorias, lo que disparó los indicadores de morosidad de los bancos, que, aunque todavía bajos, se incrementaron de forma notoria en los últimos años".
"La tasa de interés de referencia es del 50% anual , de forma que para las pymes es privativo acceder al crédito, menos si se quiera descontar cheques u obtener un crédito de corto plazo", explicó Grandes.
Acotó que "los créditos UVA no son los morosos, los morosos son las tarjetas, y, en menor medida, las empresas medianas y grandes. Y eso es un monitor fuerte, porque son empresas importantes, con mucho empleo, que pueden afectar a los bancos, a pesar de que tienen importante liquidez".
Pronosticó que a las grandes empresas, aunque hoy sólo exhiben problemas de liquidez puntuales, pero no de cesación de pagos, nada les impide que no los tengan en un futuro, sea en forma directa o indirecta, a través de la deuda pública.
"Pensemos por ejemplo en el caso de Molino Cañuelas, que, tras anunciar inconvenientes para pagar su deuda, anunció, días atrás, un acuerdo para reestructurarla. Me parece que se trata de una clara señal que no desestimaría".
Grandes explicó pese a ello que "cuando hay una crisis financiera, para el caso particular de nuestro país, el primero que tiene problemas es el Estado, que arrastra al resto".
"El tema es que los Estados no quiebran y pueden salir adelante, pero las empresas no.  O se venden o se reestructuran. No hay otra".
Señaló que las crisis de deuda soberana afectan al sector privado por las siguientes vías: la restricción a la transferencia de divisas o controles cambiarios, ya que se debe ahorrar divisas para pagar las deudas públicas, los que típicamente emergen en por la crisis, de forma que las firmas endeudas en dólares son las primeras en caer.
"Después de la depresión del año 2002, se tomaron medidas tendientes a mitigar este riesgo en nuestro país, ya que los bancos sólo pueden prestar en dólares a las empresas exportadoras, lo cual calza los egresos en dólares (el préstamo) con los ingresos (las exportaciones), minimizando el riesgo de impago por una devaluación", destacó.
"Pero hay otros riesgos; como el de confiscación de activos o suba de impuestos. Lo primero hoy parece muy lejano, pero no lo segundo, ya que para honrar las deudas, el Estado necesita dinero y se ve en la obligación de subir los impuestos".
"Esto último  ya está ocurriendo , asfixiando fiscalmente a las empresas , que, al enfrentarse a una demanda en caída, comienzan a exhibir subas cada vez más preocupantes en los indicadores de morosidad", sostuvo.
--Sin embargo, aunque las alertas pueden ser preocupantes, no podemos hablar de crisis financiera hoy ¿verdad? ; se manifestó a Grandes.
"Si, es cierto. Pero no se olvide que tenemos, de cara a 2020, un futuro y muy probable evento de insolvencia, porque difícilmente podamos resolver el problema de la deuda del sector público si no volvemos a crecer".
"Hoy el peso de los intereses de la deuda es de casi 4 puntos del PBI, por eso, por más superávit primario que se genere, va a ser muy difícil poder afrontar ese escenario sin crecimiento", respondió.
Adicionalmente -acotó- todo el ajuste de gastos públicos para lograr el superávit incidió negativamente sobre el sector privado, de manera que la suba de impuestos, que ya cité anterioromente, más el frío de la economía tras la corrida cambiaria del año pasado, contribuyeron a tirar para abajo a la economía argentina".  
Con relación a la experiencia de nuestro país, también de manera típica, "las primeras que entraban en crisis eran las provincias y después lo hacía el Estado nacional, como ocurrió en una de nuestras más notorias crisis de deuda de 1890 y 1891.
Propuestas
--Usted habla de impuestos y yo le recuerdo que son altos porque el gasto público es alto, entonces....
--¡...es que no el impuesto que más complica no es Ganancias y Bienes Personales (interrumpe)! Hoy el peor de los impuestos es el inflacinario".
"Fíjese que con una inflación del 49% y paritarias de alrededor del 15% entre los estatales, es claro que la caída del poder de compra fue brutal".
"Aunque si, es verdad que la presión fiscal es alta".
--Solución: achiquemos el Estado, le diría algún economista mediático...
--Eliminar el Estado como varios proponen es imposible. Ni siquiera países como Chile lo hacen, y eso que es el ejemplo favorito de esos economistas.
"Es una realidad que Chile tiene un Estado chico, pero no deja de gastar en defensa y educación. Y a esos economistas que tanto hablan del país trasandino, sería bueno recordarles que ellos pudieron bajar presión fiscal porque la economía sigue creciendo, lo que aumenta la recaudación por esa vía, y, por eso, se pueden bajar impuestos".
"La relación es al revés, no como estos analistas postulan".
"Claramente, esto no implica no admitir que el Estado se sobredimensionó, porque hubo una fuerte expansión del empleo público, sobre todo en las provincias, así como mayores prestaciones sociales, que este Gobierno aumentó".
Cayó el crédito
El crédito al consumo, a través  de préstamos personales y tarjetas de crédito, cayó 28%  interanual en enero, y reflejó una tendencia negativa por quinto  mes consecutivo, de acuerdo con un informe difundido ayer por la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de  Buenos Aires (FECOBA).
   La entidad señaló que "las altas tasas de interés, la  inflación y la incertidumbre económica son los tres principales  causas de esta dinámica negativa".
   En un comunicado, FECOBA estimó que este panorama   "difícilmente se revierta en los próximos meses, ya que las  entidades crediticias serán más restrictivas en el otorgamiento  de créditos, mientras que las tasas y la inflación seguirán en  valores muy altos".
   "El saldo de préstamos al consumo (préstamos personales y  préstamos con tarjeta) fue de casi 800 mil millones en enero de  2019, que es una cifra 24% mayor que la de enero del año  anterior. Sin embargo, en términos reales y considerando el alto  nivel de inflación, los créditos al consumo cayeron 28% en forma  interanual en enero de 2019", indicó el presidente de FECOBA,  Fabián Castillo.
   El dirigente advirtió por la "caída generalizada del consumo  desde hace trece meses, como consecuencia de la pérdida del poder  adquisitivo de las familias frente a la alta inflación".
   "El panorama para el primer trimestre de 2019,  lamentablemente, no anticipa una mejora, ya que según la Encuesta  de Condiciones Crediticias del Banco Central, se espera una  disminución significativa de la demanda de todas las líneas de  crédito a las familias", concluyó Castillo.
Los UVA
De acuerdo con un informe del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA), "el 2018 comenzó siendo un año muy alentador en materia de créditos hipotecarios denominados en Unidades de valor adquisitivo (UVA), continuando con la tendencia observada hacia fines de 2017 ".
No obstante, lejos de haberse observado una evolución homogénea a lo largo del año, el grueso de los préstamos se concentró en los primeros cinco meses del mismo, ya que de que el resultado final fue una expansión del 55% en este tipo de créditos, la misma se desactivó notoriamente.