Bahía Blanca | Viernes, 04 de julio

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Anticipan más cierres de comercios por la crisis imperante

Martín Garmendia y Facundo Borri analizaron las complicaciones por las que atraviesa el sector.

Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

Pablo Andrés Alvarez / [email protected]  

   En una situación asfixiante. De ese modo, miembros de la Cámara del Comercio de Bahía Blanca graficaron el presente que atraviesa el sector que representan.

  El presidente de la entidad, Martín Garmendia, y el coordinador Facundo Borri se quejaron por la presión fiscal, la desigualdad en los controles y la inacción ante la aparición, cada vez más numerosa, de lo que consideran competencia desleal.

   “Muchos comparan este momento con 2001, pero creo que estamos mucho peor. Porque en 2001 no teníamos los altísimos costos en tarifas ni una devaluación semejante. A eso se suma el acoso impositivo actual y la irrupción en el mercado de nuevos actores, muchos de ellos fuera de toda normativa”, resumió Garmendia.

   Y añadió: “En 2001 no había tantos vendedores ambulantes ni existían los showrooms y las ferias. Tampoco había venta por internet. Hoy el 70 por ciento de las compras se registran por web, lo que nos lleva a repensar las estrategias comerciales”.

   Borri apuntó a la competencia desleal como uno de los motivos del difícil presente que viven los comercios.

   “La competencia desleal la tenemos a la vuelta de nuestro propio local. O bien hasta en la misma puerta. Hoy abren un departamento para realizar showrooms o ferias americanas  como si fuera natural, y con mercadería de primerísimo nivel que nadie sabe cómo la consiguen. Es imposible competir en precios contra esas cosas”.

   Garmendia agregó que “hoy cualquiera viaja a Buenos Aires, compra ropa en negro y revende en sus propios hogares. Con esa gente no se puede competir, porque sus costos son muchísimos menos que cualquier persona que todos los días levanta las persianas de su comercio. El propio sector político lo permite, por conveniencia, pero lo paga el comercio sufriendo esta crisis”.

   Sin embargo, no es el único causante del inconveniente. La presión fiscal lleva a que muchos comerciantes puedan mantenerse en pie.

   “Los controles no son semejantes para uno y otro sector. Yo no veo allanamientos para incautar esta mercadería de dudosa procedencia, pero sí veo muchas visitas de AFIP, ARBA y demás organismos públicos a los comercios debidamente habilitados. Muchas personas abren sus negocios en sus propias casas, en estilo de venta de garaje. Y he visto marcas internacionales a precios muy baratos. ¿Cómo lo hacen? ¿De dónde proviene? Nadie controla eso y se favorece la delincuencia”, opinó el titular de la CAC.

   Borri fue aún más allá, con un dato impactante.

   “Hoy las cargas impositivas de un comercio legal llevan a trabajar casi 15 días del mes para pagar impuestos. Y los controles son asfixiantes. Entonces casi que llegamos a la conclusión que somos perseguidos, mientras los que trabajan en la ilegalidad tienen libertad absoluta. Bajo la excusa de ayudar en lo social, a las ferias les ponen las carpas, las estructuras, las luces y no les controlan la facturación ni la procedencia de la mercadería que vender. ¿Eso no es competencia desleal?Por eso, una campera similar en un lugar vale 500-600 pesos menos. Después la gente dice que nosotros los robamos con los precios, pero es imposible sostener toda la maquinaria comercial”.

  En ese sentido, Garmendia afirmó que el Estado relajó los controles.

  “Algunas ferias, mal o bien, están bajo la órbita del municipio. Pagan sus canon. Podemos discutir si es poco o mucho y si los controles son eficientes, pero de algún modo están reguladas. Pero ahora hasta clubes o salones de eventos están organizando ferias. El control se relajó muchísimo”.

   Borri esgrimió que varios comerciantes que trabajaban al margen de las normativas intentaron blanquear sus negocios, pero la experiencia fue muy mala.

   “¿Cómo le fue a esa gente? Se fundió. No pudieron sostener el local. Y lo peor, aún no se pudieron dar de baja porque no pagaron todos los impuestos, por lo que sus deudas siguen creciendo por los intereses. Hoy en Argentina no hay posibilidad de resurrección. Te fue mal en un negocio, quedás endeudado para toda la vida y se te cierran todas las puertas para que puedas realizar otro emprendimiento”.

   El futuro inmediato no es auspicioso.

   “De aquí a fin de año cerrarán muchos comercios más. Ya no pueden sostener la estructura y están pensando seriamente en cerrar sus puertas. Y los que quedan, que son los que más espaldas tienen, no van a poder crecer. Con ésto quiero decir que quedará mucha gente desocupada, que no se podrá reinsertar en otro comercio. La gran mayoría piensa en mantener o achicar. Casi ninguno en crecer”, afirmó Garmendia.

   Borri señaló que “la impotencia que vive el comerciante es latente. Lamentablemente, la Cámara puede traccionar temas o inquietudes, pero dependemos del poder político para generar los cambios. Y hoy, los políticos, controlan a los mismos de siempre, hasta el punto de desangrarlos prácticamente. Es como pescar en una pecera o cazar en un zoológico”.

   --¿Cómo se frena esta recesión?

   --Garmendia: “Lo peor que nos ha pasado fue no habernos aggiornado a tiempo. Hoy muy pocas empresas bahienses tienen mucho volumen de venta por internet. Entonces se suman varios problemas que llevan al estado actual del comercio: las cargas impositivas, la competencia desleal y la falta de aggiornamiento a los tiempos que corren. Los comerciantes no hemos sabido unirnos para encarar emprendimientos en conjunto. Todo lo que se hace son ideas aisladas, que terminan desinflándose. O bien esperamos la mano salvadora de alguien y si ese alguien no nos cae bien, no nos sumamos. Tenemos que generar emprendimientos en conjunto que generen movimiento y, por ende, más ventas. No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando que la gente ingrese a nuestros comercios. Eso ya no existe, hoy hay que salir a buscar al cliente y atraerlo.

   --Borri: Se debe bajar sí o sí la presión impositiva. Los costos son altísimos. Hoy, el 57 por ciento de lo que genera un comercio se lo lleva el Estado. Eso es inviable por donde se lo mire. O sea que, de 30 días al mes, 15 lo trabajás para el Estado. De esos 15, hay que descontar los domingos. O sea que te quedan alrededor de 11 para conseguir ganancias que garanticen la continuidad del comercio. También hay que bajar los costos laborales. Cuando se dice ésto, no se está diciendo que el empleado gane menos, sino que el Estado no gane tanto por ese empleado. Caso contrario, es impensado que un comercio genere trabajo.

   --Garmendia: Se está dando que el comerciante ofertas ya no de fin de temporada, sino de inicio. ¿Porqué? Porque prefiere no endeudarse con los bancos, porque las tasas de interés por mora son altísimas. Entonces, opta por deberle al proveedor y no a la entidad financiera, que debería ayudarte pero todos sabemos que no es así.

   --Borri: Cualquier comercio que se haya atrasado con el pago de las carga sociales, que aumentó de un 3,5 a un 5 por ciento, más se complica ponerse al día. ¿Porqué? Porque actualmente el Estado arma un ránking del que, cuanto más moroso fuiste, menos cuotas te dan en moratoria. Eso es una locura, porque muchos comerciantes, ante la falta de liquidez, muchas veces deja de pagar las cargas sociales, pero cuando quiere ponerse al día prácticamente no lo dejan.