Bahía Blanca | Lunes, 25 de agosto

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Gustavo Mena: la política como puente entre las instituciones

Fue funcionario de dos intendentes, y aunque se retiró a su actividad profesional, lo consideran un hombre de consulta ante las crisis. Está acostumbrado a escuchar y esto define su visión política. Hoy asegura que está en condiciones de volver a la gestión pública.

Foto: Pablo Presti-La Nueva.

Por Fernando Monacelli / [email protected]

   ¿Cómo se convierte una imagen positiva en votos?

   Es lo que se preguntan quienes, desde la política bahiense, imaginan al doctor Gustavo Mena de regreso a la gestión pública a partir de un cargo electivo.

   La disyuntiva se apoya en dos sondeos de opinión. En ambos, Mena, un reconocido psiquiatra con experiencia de gestión municipal y muy bajo perfil, aparece como uno de los posibles actores políticos locales con mayor imagen positiva, aunque, claro está, con bajo nivel de conocimiento, justamente porque el ex secretario de Gobierno, de Salud y Jefe de Gabinete, ha sido poco adepto a las presentaciones públicas.

   --¿Lo sorprende su imagen en Bahía Blanca?

   --El concepto de imagen es ambiguo. Puede deberse al bajo conocimiento. Si te conoce poca gente y encima piensa mal de vos mejor ni salgas de tu casa, ¿no? Fuera de broma, es bueno que habiendo estado en la gestión pública, la manera en que me ve la gente que me conoce no se haya modificado. Eso me alegra.

   Mena habla muy pausado. Seguramente es un modo de su formación como psiquiatra. Al oírlo, da sensación de estar seguro de lo que dice, pero a la vez utiliza un tono medido, como si buscara dejar en claro que su punto de vista puede convivir con otros.

   De hecho, la convicción de que la política abierta, que funcione como articuladora de intereses encontrados para orientarlos hacia un objetivo común es la base de su pensamiento en casi todos los temas.

   Dice que es una postura basada en su experiencia en la gestión pública, donde vieron la luz solo los proyectos que tenían consenso con los sectores opositores y se terminaron diluyendo las que no lo tenían.

   Este año comenzó con una lluvia de nombres de cara a las próximas elecciones. El suyo suena como alguien de afuera de “la rosca” con experiencia en la actividad pública y al mismo tiempo éxito profesional. Un perfil de seriedad para competir por el lado del contenido.

   Dice que siempre tuvo inclinación por lo público; que en esta etapa de su vida siente que está en condiciones de volver a la política, que tiene experiencia y conocimiento para ofrecer una visión diferente sobre los problemas que enfrenta la ciudad.

   Mena fue secretario de Salud y de Gobierno entre los años 2007 y 2009, durante la gestión de Cristian Breitenstein y jefe de Gabinete de Gustavo Bevilaqua. Luego volvió a la actividad profesional, aunque en varias ocasiones fue hombre de consulta y hasta de mediación en distintos conflictos. El último fue la crisis entre el gobierno de Héctor Gay y el Sindicato de Municipales, donde logró acercar las partes.

   --¿Usted cree que su perfil conciliador puede servir para superar la grieta que hoy separa a la sociedad, al menos a nivel local?

   --En Bahía Blanca no existe la grieta del odio que hay a nivel nacional. Sin embargo, sí creo que la sociedad se encuentra atomizada y que las instituciones se han debilitado, y por ende han tomado actitudes corporativas de defensa de sus propios intereses. El ejemplo más actual es la inseguridad. La institución judicial atiende y justifica su propio accionar, independientemente de las demás instituciones vinculadas con el flagelo. Yo creo que la tarea de la política, del Ejecutivo Municipal, por caso, es trazar una línea transversal hacia todas las instituciones (policía, servicio correccional, ministerio público, etc) para ponerlas detrás un objetivo común.

   --Un hombre manejando los hilos de los actores sociales, suena un poco a la existencia de un líder salvador...

   --No, yo no hablo de personas sino de la voluntad política por fortalecer las instituciones, a partir de un proceso por el que se comience a entender la postura del otro como genuina. Estoy convencido de que esta es la base de acuerdo para resolver los problemas de la ciudad.  

   --¿Y cuáles son, a su juicio, esos problemas?

   --Bahía Blanca enfrenta problemas que la alcanzan desde lo provincial y lo nacional y otros que son producto de falencias de las políticas propias. Sin embargo, el jefe político local tiene responsabilidad sobre todos y es su deber articular a los actores para conseguir soluciones.

   Mena tiene visiones y proyectos para los que él piensa que son los problemas de la ciudad. Los ordena por temas: Trabajo y Desarrollo, Medio Ambiente, Seguridad, Salud, Educación, Planeamiento Urbano, Genero y Política.

Trabajo y Desarrollo

   Para Mena la generación de trabajo será el resultado de vincular las instituciones de conocimiento como la UNS o la UTN con las empresas privadas. La política debe impulsar y facilitar esta relación para generar emprendimientos que desarrollen empleo de calidad.

   Al mismo tiempo, es función de la política local implementar o lograr que se implementen sistemas de estímulos económicos para convocar inversiones en el distrito.

   “Bahía Blanca ha tenido esfuerzos dispersos en este sentido, pero sin una política coordinada”, dice.

Salud 

   Mena fue secretario de Salud y durante su gestión buscó también ir detrás de una política de coordinación entre lo público y lo privado para conseguir mayor y más eficiente acceso de la gente a los servicios del sistema de salud que, aclara, “hoy se encuentra atravesando una profunda crisis”.

   “El Estado debe --y lo hemos hecho con las emergencias cuando estuve en la secretaría--, coordinar la asistencia pública y privada en todas las áreas, para que los recursos de la ciudad sean más eficientes”.

Educación

   “Es quizá el tema más estructurante de la sociedad. Con este principio, el municipio debe coordinar la acción de educación no solo a partir de las escuelas, sino en cuanto al control de la salud de los chicos, su alimentación y el ejercicio físico, realizando acuerdos con instituciones clave como son los clubes. Cuánto más tiempo un chico esté en la escuela o en un club será un mejor individuo para la sociedad. Esto es un hecho”.

Planeamiento y desarrollo de la ciudad

   Según Mena, la clave para imaginar a Bahía en el futuro pasa por sancionar un Código de Planeamiento Urbano que contenga las ideas y los principios rectores de esa ciudad que se desea.

   “Bahía Blanca tiene Código de Zonificación desde principios de la década del 70, un código obsoleto que ha sido sometido a diversas modificaciones en base a necesidades particulares. Para pensar en un desarrollo a largo plazo, la ciudad necesita un código urbano que contenga la visión que se desea llevar adelante en forma global. Esto define el futuro de una serie muy larga de temas estructurales, como por ejemplo, el transporte, los servicios públicos, las inversiones, etcétera”.

   A esta idea general, agrega dos puntos particulares: la necesidad de desarrollar nuevos espacios verdes para mejorar la calidad de vida de los bahienses y la implementación de un plan rector de Arbolado Urbano.

Medio Ambiente

   “El Estado es el principal responsable de los problemas de contaminación. Hay que ejercer un drástico cambio en las aspiraciones de cuidado de medio ambiente. Estoy a favor de una Bahía Blanca industrializada, pero a la vez de que el Estado tengo como prioridad proteger a los ciudadanos de la contaminación. Hoy no lo hace. En Bahía, sin ir más lejos, se vuelcan al estuario líquidos cloacales sin tratar porque el Estado durante años no resolvió la inversión en la planta depuradora, que funciona mal. Así de sencilla y palpable es la inacción”.

Género y gobierno

   En materia de políticas de género, se muestra contundente. “Debe haber legislación que obligue a incorporar mujeres en puestos clave del gobierno. De lo contrario, el proceso de igualación de derechos y de participación va a ocurrir de una manera más lenta, porque siempre es difícil romper la inercia de años”.

Política

   --Es un tema recurrente, el papel de la política local en relación con los niveles superiores de gobierno. ¿Usted qué cree al respecto?

   --Bahía Blanca debe generar una síntesis política frente a las autoridades superiores de Provincia y Nación para demandar las soluciones que amerita una ciudad de la magnitud de la nuestra, sobre todo en materia de los recursos que se le destine.

   --¿Y ahora, a su juicio, no ocurre?

   --Yo creo que el Municipio siente sus manos atadas para exigir soluciones a los gobiernos superiores, en aquellos problemas de los bahienses que les competen a ellos, como la inseguridad o la crisis que afecta al sector comercial local, por decir dos que son evidentes. Ser del mismo color político que la Provincia y la Nación, que era visto inicialmente como un beneficio, terminó perjudicando a la ciudad porque se ejerce menos presión a la hora de que el intendente reclame por lo nuestro.