Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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“No me creo eso de maratonear series”, dice un puntaltense experto en cine y tele

Leo González fue jefe de redacción de la revista La Cosa y ahora tiene un canal de Youtube donde la nostalgia por los 80 tiene horario central.

Por Gustavo Pereyra / gpereyra@lanueva.com
 

 
   “No sabés ver series —arranca polemizando Leonardo González, puntaltense, 43 años, periodista de cine y televisión—. ¿Ves una en 3 días para esperar 9 meses a que salga la segunda temporada? Si cuando la dan ya ni te acordás de qué se trataba.”

   A Leo le cae mal ese consumo voraz que proponen las plataformas de streaming como Netflix, Flow o HBO GO, que te incitan a maratonear series durante días enteros, pero te quitan parte esencial del ritual: esa corta espera que te deja asimilar lo que viste, empatizar con la trama y extrañar a los actores y sus roles.

   “Te dicen ‘tragá, tragá series’. Te engañan con que cambió la forma de ver, porque ahora es todo lo que quieras, cuando quieras y en cualquier lugar. Pero terminaste con tu programa favorito del momento y te quedaste sin nada. Por eso vas viendo de a 10 al mismo tiempo, llenándote de información que pasa”, dice Leo, un crítico cítrico.

   “Y lo peor… te robaron la lealtad con el producto. Ya no conectás con los personajes.”

   Leo recuerda que tenía 8 o 9 años y llegaba del colegio para sentarse frente al televisor a esperar Combate, por Canal 7. Cada día renovaba esa emoción de sumergirse en un mundo de fantasía por una hora. Es algo que se grabó fuerte en la memoria de los chicos de los 80.

   “Ahora nos pasa lo mismo —advierte—. ¿Cuáles son las series que más prenden en la gente? Las que te dan un episodio por semana: a Game of Thrones la mirás un domingo a la noche o cuando te bajás el último capítulo. Igual con The Walking Dead, Westworld o American Horror Story. Con la gran N [por Netflix], esta fidelidad no la tenés.”

   Leo es de cuando había 3 cines en Punta Alta y pasaban 2 películas por función. Iba mucho. Se crió viendo a Spielberg. A los 14 trabajó en un videoclub que claramente ya no existe. Cuando se mudó a Buenos Aires, entró como técnico en una fábrica de gaseosas. Ahí se cruzó con un número de la revista La Cosa, de Axel Kuschevatzky.

   “¿Qué es esto? ¡Está buenísimo!”, pensó. Y empezó a comprarla, a devorarla y a mandarles reseñas de películas. Un día les dejó una de ET. “Nos encantó —le dijeron—, pero no estamos tomando gente”.

   Siguió mandando, algunas salieron publicadas, pero seguían sin tomar empleados. Él ya se había quedado sin trabajo y empezó a caerles a tomar mate. En una de esas, apareció Kuschevatzky, enojadísimo por la cantidad de errores ortográficos que tenía la revista.

   “¿Cómo puede ser? Hay que hacer algo —puteaba Axel—. Y ahí me salió un “Si querés te hago de corrector”. Así entró. Era un sueño. Después empezó a escribir y terminó de jefe de redacción “porque nadie quería agarrar”.

   También pasó por MTV y fue columnista en programas de radio como Perros de la Calle (Andy Kusnetzoff) o La Mañana del Mundo (Marcela Feudale); hasta que dejó porque a espectáculos todos lo quieren “pero nadie quiere pagar”. Siguió con otros proyectos, entrevistando a figuras como Viggo Mortensen, Santiago Segura (el de Torrente), Oscar Martínez o Peter Lanzani.

 

 

 

   Leo sigue con su gran amor, la radio, y mantiene un canal de Youtube en el que hace el ejercicio nostálgico de reseñar series famosas que pasaban en la tele argentina de los 80.

   “Ayer nomás es lo que me gusta hacer —explica—, porque las series de los 80 eran distintas. No sabías cuál era el principio o el final; había muy pocas a las que tenías que seguirles bien la trama, porque todas eran episodios cerrados. Manimal, Brigada A, Invasión Extraterrestre.

   “Hay un retorno a esa estética, pero son un rejunte de cosas que vimos de chicos. Strangers Things’ —hace montoncito con los dedos— ¿de qué vivís? De convenciones. Y ya me olvidé de qué trata.”

   También prepara “una enciclopedia con todas las series extranjeras, no animadas, que se emitieron en los canales de aire de Argentina”. Es que también le tira hacer libros, como cuando escribió Perdiendo el control, sobre el Superagente 86. ¿Y ese quién es? Gugleá y verás.