Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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La estatua de Carlos Gardel de calle O'Higgins irá a reparaciones

Fotos: Emmanuel Briane - La Nueva

   A contrapelo de su leyenda, mientras Carlos Gardel sigue cumpliendo con la magia de cantar cada día mejor, en nuestra ciudad el monumento que le rinde homenaje en la primera cuadra de O'Higgins luce cada día peor, un conjunto deshilachado y malherido.

   El 24 de junio se cumplirán ocho años de la colocación de la obra en la vereda del Hotel Muñíz, donde se alojó el cantante en ocasión de sus actuaciones en la ciudad, en 1930 y 1933. 

   Por entonces Gardel ya era Gardel. Pero estaba lejos del mito. Para eso le faltaba una muerte inesperada, violenta y a destiempo. Tampoco había compuesto muchos de sus tangos emblemáticos, como Volver, Mi Buenos Aires Querido, El día que me quieras, Por una Cabeza, Cuesta Abajo.

   El Morocho había pasado la barrera de los 40 --no se tiene precisión sobre su fecha de nacimiento-- y se aprestaba a iniciar una aventura única: viajar a Estados Unidos para protagonizar un conjunto de películas para la Paramount. 

   La gira de 1933, que lo vio en el escenario del Palacio del Cine --Chiclana 174-- fue la última en el país.

   Ahora el Gardel de O'Higgins irá a reparaciones.

   "Tendrá un cambio total, en su estética y hasta en el banco que ocupa", anticipó el empresario José Valle, encargado de la iniciativa.

   Es posible que mantenga su sombrero, pero cambiará la corbata por un moño rojo. Aumentará de peso y de 80 kilos pasará a 180, buscando darle "otra consistencia", más resistente al clima y "a los desmanes", apuntó Valle.