Continuará en prisión un hombre condenado por un crimen en Villa Rosario
Negaron el beneficio de libertad condicional a Matías Oscar Soto, sentenciado por matar de dos tiros a Sergio Cabrera. El hecho se registró a fines de 2012.
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Un hombre impulsivo y con escasa capacidad de abstracción y análisis de las circunstancias.
Así describieron los psicólogos del Servicio Penitenciario Bonaerense a Omar Matías Soto, condenado a 10 años y 8 meses de prisión.
Ese análisis coincide con la conducta desplegada por el sujeto el 8 de diciembre de 2012, cuando asesinó de dos disparos a Sergio Cabrera (40), poco después de tomar conocimiento de una disputa vecinal que había tenido su expareja con la mujer de la víctima.
El informe del Departamento Técnico Criminológico resultó vital para que la justicia le negara a Soto la posibilidad de dejar la cárcel con el beneficio de la libertad condicional.
En primera instancia el pedido fue rechazado por el juez de Ejecución Penal Nº 1, Claudio Brun, y en las últimas horas la Sala II de la Cámara de Apelación confirmó la resolución.
Los magistrados Guillermo Petersen, Alfredo Mones Ruiz, y Guillermo Rodríguez, no hicieron lugar a la presentación de la defensora oficial Luciana Juricich y convalidaron la decisión de Brun.
Consideraron que el fallo “no resulta en modo alguno arbitrario, sino razonables los motivos que lo fundamentan”.
También indicaron que las reservas expresadas en el informe psicológico del detenido fue uno de los aspectos valorados acertadamente por el juez.
El 21 de junio de 2013, el Tribunal en lo Criminal Nº 3 lo sentenció por homicidio agravado y lesiones leves culposas.
Los profesionales consignaron que “si bien reconoce ser el autor del crimen, no logra anteponer un trabajo reflexivo sobre los motivos y circunstancias que lo condujeron al mismo”.
Del mismo modo, refirieron presenta dificultad para aprender de la experiencia, exponiendo “baja tolerancia a la frustración y a la demora de sus necesidades”.
Finalmente, los psicólogos manifestaron que “no es posible descartar el surgimiento de dificultades para ajustarse a parámetros impuestos por orden judicial en tanto el control externo disminuya”.
Los hechos
La violenta situación que derivó en el crimen de Cabrera se produjo a fines de 2012, en la zona de Cabo Farina al 600.
El trágico episodio se registró alrededor de las 13.45, luego que Cabrera interrumpiera su almuerzo para atender a Soto, quien llegó al lugar y reclamaba su presencia a los gritos desde la vereda.
“Según me comentó la mujer de Cabrera, hace 40 días, ella y la exconcubina de Soto habían mantenido una discusión a través de los patios; pero la situación se había tranquilizado y ahora vivían en armonía”, comentó en ese momento el comisario Claudio Petrizán, quien por entonces se desempeñaba como segundo jefe de la comisaría Primera.
Describió que ese día el procesado arribó a la casa de su exconcubina, lindera a la de la víctima, y se enteró de la disputa.
La sanción impuesta al sentenciado vencerá el 7 de agosto de 2023.
“Al parecer, Soto tomó conocimiento de aquel conflicto y llegó hasta la casa de Cabrera para recriminarle”, agregó el uniformado.
Describió que “Soto comenzó a los tiros y, de los varios que efectuó, dos de ellos impactaron en la víctima fatal”.
Uno de los proyectiles disparados hirió a la víctima en la arteria femoral, a la altura del cuello, y el restante, con orificio de entrada y salida, en el muslo derecho.
"Debido a los disparos, los hijos de Cabrera se levantaron y con la mujer lo socorrieron, llevándoselo hacia el interior de la vivienda, donde lo sentaron en una silla, pero el hombre se desvaneció y cayó muerto entre la cocina y el comedor", dijo el comisario Petrizán.
En medio del incidente también resultaron lesionadas las dos hijas adolescentes del acusado, quienes habrían llegado hasta el lugar para evitar que su padre atacara al vecino.