Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Seguros: una historia que se remonta a 1811

La Superintendencia de Seguros de la Nación estableció el 21 de octubre como el Día del Seguro, a través del decreto 24.203, firmado el 8 de septiembre de 1944.

   El 21 de octubre de 1811, en una nota dirigida por el Primer Triunvirato al Tribunal del Consulado, se oficializó la primera iniciativa gubernamental de crear un Banco de descuentos y una Compañía de Seguros Marítimos.

   Por eso, la Superintendencia de Seguros de la Nación estableció el 21 de octubre como el Día del Seguro, a través del decreto 24.203, firmado el 8 de septiembre de 1944.

   El proyecto mencionado fue atribuido a Bernardino Rivadavia, por entonces secretario del Primer Triunvirato, aunque muchos historiadores le asignan a Manuel Belgrano las ideas fundantes de la iniciativa.

   Otra fecha importante para destacar en la historia del seguro es el 7 de noviembre de 1796, día en el que se constituyó la primera Compañía Colonial de Seguros en Buenos Aires, La Confianza.

   Este día se recuerda a esta actividad económica tan importante en el tráfico comercial, no solamente en nuestro país, sino en todo el mundo.

   La primera cooperativa argentina fue fundada el 1º de octubre de 1898 y afortunadamente está vigente, se llama El Progreso Agrícola, con casa matriz en Pigué.

   La mencionada institución cooperativa es la más antigua del país y la primera de Latinoamérica en brindar servicios de seguros.

   Por aquella época, el granizo representaba el peor enemigo para los chacareros pampeanos (de la pampa húmeda en general). La única defensa que tenían los colonos frente a las adversidades climáticas eran indemnizaciones reconocidas por aseguradoras de Buenos Aires; escasas, de bajo monto, y tardías, aún cuando las primas ascendían y eran exigidas con pagos inmediatos.

   Esteban Simón era un aveyronés que se sentía atraído por las ideas económicas de su amigo Charles Gide, uno de los principales impulsores de la “concepción católica de la economía”.

   Simón pensaba que, con la unión de todos los chacareros, podrían reemplazar a las aseguradoras de Buenos Aires y se contactó con ellos para llevar adelante esta misión junto al fundador de Pigüé: Clemente Cabanetes.

   El 1º de octubre de 1898 Cabanetes, Simón, y un conjunto de chacareros de la zona conformaron “El Progreso Agrícola de Pigüé, Cooperativa Mutua de Seguros Agrícolas y Anexos Ltda.”, que se encargaba de formar un fondo común, ayudándose mutuamente, para que aquel que tuviera una adversidad climática como el granizo pudiera resarcirse y volver a trabajar la tierra en el próximo año.

   Si uno tuviera que explicar para qué sirve y cómo funcionan los seguros, diría que es como una cooperativa o círculo cerrado, formada para protegerse de un daño al patrimonio, de un acontecimiento abrupto (un siniestro: algo súbito e imprevisto).

   Los seguros se agrupan en diferentes “riesgos” y entre una comunidad determinada, todos pagan una parte del daño, en forma anticipada, para hacer un pozo común (sería “hoy por ti, mañana por mí”).

   Los primeros seguros fueron un poco así, sin nada que los legislara, ni cálculos estadísticos.

Inicio en el mar

   Fue el transporte marítimo el que inició la actividad del seguro, hace tres mil años atrás con los mercaderes chinos.

   Luego vino la Ley de Rodas, por la que los propietarios de las embarcaciones entregaban pequeñas cantidades de dinero, para hacer un fondo común y compensar al propietario que perdiera su embarcación.

   Mucho después, ya en el siglo XVIII, los ingleses perfeccionaron la actividad aseguradora.

   Precisamente, Inglaterra fue la cuna del seguro y fundamentalmente del reaseguro. Tomó esa posición debido -entre otras causas- a que en ese por entonces imperio, se inició un proceso transformador mundial, conocido como Revolución Industrial.

Seguro de vida

   Los primeros seguros sobre la vida humana también aparecen en razón de los viajes a través de los océanos.

   Durante la Edad Media los piratas vagaban por los principales mares capturando a menudo a los capitanes y a las tripulaciones de los barcos para cobrar rescate.

   Al principio no había datos estadísticos de mortalidad, y se aseguraban solo personas hasta 45 años. Con el tiempo, y con datos estadísticos, se pudo realizar un buen estudio de mortalidad y conocer el riesgo real por edad.