Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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¡Misión cumplida! El Dakar, examen aprobado para Gustavo Gallego

La tercera fue la vencida para el bahiense, quien logró cruzar la meta en la edición 2019 que se disputó en Perú.

Fotos: Agencia Paco.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

    Una nueva página se escribió en la enciclopedia del deporte mecánico bahiense. La historia, interpretada y firmada por Gustavo Gallego, podría titularse: “Yo vencí al Dakar”.

   Sí, el Rally Dakar, la competencia mecánica más exigente del planeta, que tantas vidas se cobrara desde su origen a la actualidad.

   Finalmente, el piloto de 36 años logró saldar su asignatura deportiva pendiente, en esta edición 2019 disputada en Perú.

   “Persevera y triunfarás”, o bien “La tercera será la vencida”. Ambas frases trilladas bien son aplicables a la epopeya de Gallego, primer piloto bahiense en lograr algo semejante; ganarle la pulseada al Dakar.

   Aunque observando la estadística y los registros, encontramos que el mérito del ex campeón de Rally Cross Country trascendió el mero acto de cruzar la meta...

   “Realmente estoy muy feliz, no puedo sentirme de otra manera. Terminé muy cansado, pero lleno de felicidad, porque se cumplió el objetivo. La idea era llegar, y no solo logramos eso, sino que ocupamos un lugar en el podio; más gratificante todavía”, le contó Gallego a "La Nueva", tercero en la clasificación general de los cuatriciclos.

   —¿Sentís que dejaste una huella en el deporte motor bahiense?

   —No sé si dejé una huella, pero sí creo que lo que hice marcó un hito muy importante, siendo el primer bahiense que completó un Dakar y que subió a un podio. No es algo menor, porque significa que estar entre los mejores tres del mundo en el Rally. Lo venía buscando desde hace muchos años, fue un esfuerzo y sacrificio enorme, con innumerables entrenamientos, dejando de lado a la familia, a los amigos y haciendo un enorme esfuerzo económico. Pese a las caídas, los tropiezos y los intentos frustrados, pude lograrlo.

   —¿Qué cosas modificaron y en qué mejoraron?

   —En lo personal, mejoré mucho en la navegación y en la forma de planificar la competencia y cada una de las etapas. A nivel grupal, como equipo, tuvimos una forma más estratégica e inteligente de programar todo, procurando ir paso a paso y cumpliendo los objetivos diarios. Además, el cuatriciclo mostró una gran confiabilidad, tanto en el funcionamiento del motor como en la eléctronica, aspectos sobresalientes que en las ediciones anteriores nos dieron varios dolores de cabeza.

   —¿Lo mejor y lo peor de esta tercera participación?

   — Lo mejor de mi actuación fue la regularidad. Si uno mira los resultados, nunca bajé del quinto puesto de competencia. Eso es muy meritorio, ya que habla a las claras que no hubo altibajos. Después, no noté punto negativo, creo que todos los aspectos fueron salientes. Planteamos una carrera inteligente, la cual estudiamos arduamente, y salió todo muy bien. El cuatriciclo no se paró nunca, el equipo trabajó siempre para que funcione a la perfección y así fue.

   —¿En algún momento se te vinieron a la cabeza los fantasmas de la lesión sufrida el año anterior?

   —No, no hubo fantasmas; estaba convencido de que íbamos a hacer las cosas bien y que cumpliríamos el objetivo. No había forma que no se pudiese lograr. Lo habíamos propuesto y estábamos seguros de que se iba a cumplir. En un momento de la carrera sufrí un poco con la lesión (NdR: sufrió fractura de tibia y peroné en la edición pasada), ya que uno de los clavos me molestaba al contacto con la bota. Hubo que cortar un pedazo de la misma para poder correr más tranquilo. Pero después eso no fue problema.

   —¿El Dakar fue lo que esperabas?

   —Fue muy duro, tuvo todo tipo de etapas y sucesos. Hubo muchísima arena y mucha navegación, especialmente en la etapa maratón, la cual estuvo plagada de piedras y ríos. Ese tramo nos puso en jaque permanentemente.

   ¡Salud, Gustavo!. Tu labor colocó a Bahía Blanca en la cúspide del deporte motor a nivel mundial.