Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Mario López: el legado de un atleta ejemplar

Un breve repaso de su vida deportiva que define su dimensión como ser humano.

   Desde Mundo Running y “La Nueva.” solemos aconsejar y dar tips sobre entrenamiento para quienes empiezan a correr, aunque en esta oportunidad y tras la partida de Mario López el domingo pasado, creemos que lo importante es destacar a quienes viven de manera ejemplar.

   Y Mario deja un legado del que todo deportista debería aprender. No solo porque se destacó a nivel nacional e internacional, sino porque vivió superando obstáculos a partir de una tragedia.

   En 1966, tras ser embestido por un auto le amputaron una pierna. Tenía apenas 21 años.



Marcó un camino para otros y demostró que nunca es tarde

   Además de haber sido uno de los fundadores de DUBa, periodista deportivo y futbolista, Mario demostró que nunca es tarde para encontrar una pasión.

  A los 40 años empezó a competir en atletismo con su silla de ruedas y fue el primer atleta discapacitado argentino en presentarse a una carrera.

  Fue en 1986, en el maratón de Buenos Aires, con una silla de ruedas que diseñó él mismo.

  Desde ese entonces decenas atletas con discapacidades se sumaron a las carreras de calle.



Lo importante no es ganar

Más allá de haber acumulado primeros puestos y trofeos de cientos de carreras en Argentina y Brasil, entendía que lo importante no era ganar.

En una carrera organizada por La Nueva Provincia en 1987 venía disputando el primer puesto con otro atleta discapacitado y a 200 metros de la llegada, su silla de ruedas se rompió. Debía abandonar, pero no lo hizo

Le pidió una bicicleta rodado 20 a un chico y completó la carrera empujando con una pierna. Fue una de las historias más emotivas de la competencia.


En 1987 completó una carrera con una bicicleta prestada

   En 1988 ganó las 3 competencias que lo clasificaban a las olimpiadas de Seúl, pero por una mala intervención del técnico de la selección nacional lo privaron de poder participar de los Juegos Olímpicos de aquel año.

   A pesar de la tristeza siguió compitiendo y nunca bajó los brazos.

El éxito está en casa

   En octubre pasado Mario recibió a “La Nueva” en su casa para hacer una nota. Fue por el regreso de la competencia que este diario organizó en décadas pasadas. 

   Durante la entrevista se emocionó y no paró de hablar de Marta, su mujer, de sus hijos y de sus nietos. Estaba orgulloso de ellos y de que lo acompañaran en su pasión por correr.

   Ese día dijo que a pesar de haber corrido los maratones más importantes del mundo como Berlín, Los Ángeles, Boston, Atlanta y Nottingham, la carrera que más le gustaba era la de “La Nueva.”

Berlín 2000
   “Viajaba por todos lados, pero a mi esposa, a mis hijos y a todos mis seres queridos y vecinos les podía mostrar lo que hacía en esa competencia. Y eso era lo mejor que me podía pasar”, dijo en ese entonces.

   En 2010 fue reconocido como uno de los 200 bahienses ejemplares del Bicentenario y en 2013 fue distinguido como personalidad destacada por el Concejo Deliberante, donde ocupó una banca como concejal entre 2003 y 2007.

   “Mientras Dios me de fuerza voy a seguir yendo a todas las carreras”, dijo en su última nota.


Inglaterra 2000

   “Voy a morir corriendo, Juancito. Esto es parte de mi vida”, le anticipó a un cronista de este diario después de haber participado de una de las tantas carreras de Reyes que ganó.

   El domingo,a los 73 años, el corazón de Mario dijo basta. En plena carrera, como decía que le iba a pasar.

   A pesar de las diferentes crónicas que se escribieron en los últimos días no queríamos dejar de recordarlo.

  Y de agradecerle por haber vivido y competido de una manera digna de imitar.