Los basurales complican tanto como las calles de tierra en Bahía
Algunos delegados municipales aseguraron que limpiar o erradicar basurales a cielo abierto insume más tiempo, combustible y recursos que el mantenimiento vial.
Sergio Prieta
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En algunos casos ocultos a la vista de los bahienses, y en muchos otros no, los basurales a cielo abierto se multiplican en diferentes barrios y crecen día a día. Y al menos por el momento, no se puede hacer nada para detener esta preocupante modalidad.
Para tomar dimensión del problema, algunos delegados municipales opinaron que limpiar baldíos o incluso plazas y espacios públicos, donde la gente deja sus residuos, les insume mucho más tiempo, combustible y recursos humanos que mantener en buen estado las calles de tierra de sus jurisdicciones.
Si bien el problema se percibe con mayor claridad en esquinas y terrenos vacíos y en barrios de la periferia, hay grandes parcelas de tierras que sufren el descuido de quienes viven en sus alrededores.
Semanas atrás, “La Nueva.” dio a conocer que mientras el municipio avanza con la creación de un espacio público en el Parque Campaña del Desierto, muchos vecinos aprovechan el interior de esas tierras para dejar cientos de kilos de basura, abandonan electrodomésticos viejos y se deshacen de todo tipo de objetos sin uso.
Colchones viejos, cubiertas de autos quemadas, pañales, cartones e incluso grandes cantidades de residuos domiciliarios afloran como el inicio de un basural a cielo abierto en uno de los terrenos más valiosos y por décadas desperdiciado de la ciudad.
Según Marcelo Pastor, responsable de la Delegación Centro, con sus empleados realizan al menos 3 limpiezas por mes en el interior del predio ubicado entre la avenida Cabrera, Fortaleza Protectora Argentina, Fragata Sarmiento y Tres Sargentos. Y “prácticamente es contínua” la atención en los alrededores.
“Cada vez que vamos a recorrer la zona llevamos tres camiones volcadores, una pala cargadora y al menos 6 empleados con horquillas. Luego van todos los residuos al relleno sanitario”, contó.
También dijo que “las denuncias de vecinos de la zona que pretenden vivir en mejores condiciones de higiene son permanentes”.
“Tiempo atrás pusimos contenedores y una vez que se llenaron de basura los prendieron fuego”, puntualizó Pastor.
Cerca del Parque Campaña del Desierto hay varias esquinas donde suelen formarse otros basurales y es habitual ver que los vecinos incendian residuos si la comuna demora en la recolección.
Uno de ellos es una plaza con juegos infantiles ubicada en Fortaleza Protectora Argentina y Charcas.
Al punto de la
naturalización
Una situación similar se vive en la delegación Las Villas. Pablo Aguilera, a cargo del sector, describió como “infernal” la proliferación de basurales y habló de una naturalización del problema.
“Acá es una costumbre que parece imposible de erradicar. Es muy normal que la gente deje bolsas de basura en la calle”, dijo.
Pese a que en muchos sectores cuentan con el servicio de recolección de residuos de Bahía Ambiental Sapem, cada 15 días deben destinar una recorrida para evitar la formación de basurales.
“Durante la última limpieza que hicimos sacamos 9 camiones con bateas de 27 metros cúbicos cargadas de residuos, que fueron depositados en el relleno sanitario”, graficó.
También sostuvo que las campañas de concientización, a cargo de la subsecretaría de Gestión Ambiental, no alcanzan porque hay vecinos que siguen arrojando desechos en cualquier parte, incluso en espacios verdes.
El “mapa”
del Noroeste
El delegado de Noroeste, Juan Campos, dijo que para no olvidarse de ningún punto conflictivo de su territorio tiene marcados entre 45 y 50 basurales existentes en la vía pública o baldíos.
“Hacemos recorridas semanales y estimo que mantener la limpieza de todos esos puntos nos insume el 60% de los recursos que tenemos”, afirmó Campos.
Ramas, escombros y residuos de las viviendas de la zona forman parte de la basura que se apila en cuestión de horas.
“Si por algún motivo nos demoramos en la recolección, los propios vecinos prenden fuego y luego quedan los restos quemados”, explicó.
El referente municipal de Harding Green, Eduardo Schwerdt, fue quien confirmó que el problema de los basurales en la vía pública superó el mantenimiento de las muchísimas cuadras de tierra con las que debe lidiar en su territorio.
Por la expansión de la ciudad durante la última década y la creación de diferentes barrios, la Delegación Harding Green se convirtió en la más amplia. Se calcula que en el área existen entre 1.600 y 1.700 cuadras sin pavimentar.
“El problema de los basurales es más complicado que las calles de tierra. Se forman en todos lados, desde espacios públicos a banquinas de la ruta de Indiada. No los podemos erradicar”, confesó.
Al mismo tiempo dijo que los intentos por mantener la limpieza son permanentes y se llevan la mayor parte de los recursos, pero que a pesar de los esfuerzos hay basura que permanece por varios meses.
“Para la semana que viene solicitamos varias máquinas, porque pretendemos dedicarnos a la limpieza de distintos lugares.
Permanentemente pedimos a los vecinos que antes de tirar objetos viejos llamen a la delegación para que vayamos a retirarlos, pero muchos no hacen caso”, indicó.
En Villa Rosas no cambia el panorama. Es común observar basurales cerca de Spurr, sobre todo en los amplios terrenos ferroviarios lindantes con la calle Esmeralda e incluso en sectores aledaños a Villa Rosario y alrededores.
Denuncia contra una empresa
Durante una de las recorridas realizadas por “La Nueva”, vecinos de Thompson al 3.800 denunciaron que una empresa de contenedores, a la que no pudieron identificar, suele depositar cientos de kilos de escombros en un terreno de la zona. Incluso dijeron que repitieron denuncias ante el municipio.
Por el tema, este diario le consultó a la titular de Gestión Ambiental, Adriana Chanampa, aunque no ofreció respuestas sobre la situación pese a los reiterados mensajes y llamados realizados.
En el lugar se podían ver grandes montañas de escombros y residuos.
Los problemas de higiene no solo afectan terrenos, sino que también se observan en diferentes cursos de agua.
El lago del Parque de Mayo suele convertirse en un basural y foco de críticas, ya que se acumulan cientos de kilos de residuos.
La limpieza que se realiza en el espacio es ejecutada por grupos de vecinos que lo hacen de manera voluntaria.
De hecho, en esas intervenciones han encontrado desde animales muertos, hasta cientos de preservativos y todo tipo de desechos que contaminan uno de los espacios más concurridos.
Algo similar sucede en el arroyo Napostá. En marzo pasado el municipio contrató una limpieza que costó 10 millones de pesos y permitió levantar cientos de toneladas de residuos del tramo de arroyo que pasa por Villa Rosario y llega hasta White.
Más de 100 denuncias en 2017
Como viene sucediendo año a año, los problemas de limpieza lideran el ránking de los reclamos más frecuentes de vecinos a través del 0-800 Bahía o mediante la web Gobierno Abierto.
De los más de 18.000 reclamos que hicieron los bahienses al Municipio, casi 1.000 fueron por problemas de limpieza en la vía pública y/o con la recolección de residuos.
Además se recibieron más de 500 reclamos por la presencia de ramas o restos de podas en la calle, 379 reclamos por pedido de barrido y 300 por veredas sucias.
También se denunciaron 89 basurales a cielo abierto, mientras que en lo que va de 2018 ya se recibieron 18 denuncias por la misma problemática.