Tras el fallido Bar de Moe, el "arquitecto de los sueños" va por la República de Carlitos Balá
El arquitecto y artista Rubén Díaz puso la piedra fundacional de lo que será la República de Carlitos Balá en el partido bonaerense de Ituzaingó, convencido de que "fracasar, es no intentar" después de su fallido intento de abrir la Taberna de Moe, de Los Simpons.
Díaz (65) fue entrevistado por Télam en la "Torre Eiffel", no la situada a orillas del río Sena sino cerca del río Reconquista, en la zona oeste del conurbano, su última obra inaugurada a mitad de año y denominada Torre Santa Rosa, inspirada en la parisina y como una réplica de 16 metros.
"A los 18 años comencé a soñar, pero tuve hijos y me tuve que poner a trabajar, lo que me abrió la cabeza fue viajar, he recorrido más de 120 países y he visto de todo, la riqueza y la pobreza, las vanidades y la miseria, y llegué a la conclusión de que las construcciones representan a las personas", comentó.
Este artista que hace 60 años vive en Ituzaingó, a unas cuadras de la torre ubicada en Lavalleja 40, afirma que "el éxito es tener sueños y cumplirlos" y eso es lo que quiere dejar como enseñanza a sus hijos y a los jóvenes.
"Los jóvenes son el futuro, a ellos hay que escuchar y apoyar, el objetivo en la vida es ser feliz, tener sueños y proyectos. Si yo a los 65 años puedo hacer una torre Eiffel y verla del balcón de mi casa, qué no pueden hacer los jóvenes. No se pierden los sueños en la vejez, la vejez llega cuando se pierden los sueños", aseguró Díaz.
Ahora va por su nuevo sueño, la República de Balá, que comenzó con el "Arco 13 de Agosto", por la fecha de nacimiento del célebre cómico, que está a punto de culminar en la avenida Fleming y Diego de Rojas, en la primer rotonda del boulevar que comienza en la colectora de la autopista del Oeste, en el barrio de Villa Ariza.
"Este es el Arco de Carlitos Balá en homenaje a que ayudó a derrotar a miles de chupetes", afirma el arquitecto, admirador de la libertad, amigo del ridículo, seducido por la locura y "fiel al ser, e indiferente al pertenecer", como él se define.
Pero sus construcciones no son solo obras. Así como la torre tiene detrás un bar, el Arco de Balá tiene en su interior dos triplex, con balcones hacia el fondo, patio, cochera y todas las comodidades para que pueda vivir una familia.
Para concluir este proyecto restan los detalles de molduras y esculturas que serán realizadas en relieve con telgopor con imágenes del cómico con sus gestos característicos, y frases del ídolo infantil como ¿qué gusto tiene la sal?, entre otras.
Incluso, Díaz contó que ya le presentó el proyecto-homenaje a Carlitos Balá y a su entorno, quienes, según contó a Télam, le dieron el visto bueno, y este incluiría un "chupetómetro" de seis metros de alto.
"Para mi cualquier devolución es valiosa: el empate lo tengo asegurado, a veces puedo ganar y otras no", afirmó el hombre que no pudo construir la Taberna de Moe porque no tenía los derechos de imagen.
El arquitecto lleva realizadas más de 16 obras temáticas, pero además junto a su socio construyó más de 300 propiedades y 600 departamentos en Ituzaingó y Morón en todos estos años en los que desplegó su "pasión por la arquitectura", carrera que estudió tras recibirse de maestro mayor de obra.
Con sus cuatro hijos y el socio laboral que lo apoyan, Díaz no para y ya tiene en mente otros proyectos mientras espera que el municipio de Ituzaingó le apruebe el proyecto de la República de Balá, con la que aspira a que esta zona del conurbano se convierta en un partido de arte temático, urbano y edilicio, para sumar otros artistas a la idea.
"Tengo ya casi definido el nuevo proyecto: será "El Obelisco" porque está muy lejos para ir a manifestarse, será un complejo que tendrá casas, una plaza de la República y que se va a inaugurar con una manifestación", adelantó y mostró su sonrisa como durante toda la entrevista, porque sin dudas Díaz es un hombre feliz que sueña y hace soñar. (Télam)